La sombra del zipper

Hay que ir por ese hijo de perra

Centro de la ciudad de Nápoles: _____(Cal).

Sábado 13 de marzo. 12:45 p.m.

Era una completa locura, pero, el terror en los ojos de esa bolsa de colesterol mal empaquetada, sin duda fue la cosa más satisfactoria que había visto en mi vida. Espinas punzantes como pequeñas cuchillas lo rodeaban en ese espacio tan pequeño, completamente rodeado, sabía que si hacia siquiera el más mínimo movimiento, el veneno letal de esas plantas no solamente lo haría morir, sino que sería un proceso lento, ardiente y doloroso. Casi me daba lastima no tener palomitas para acompañar el divertido espectáculo, aunque tenía que admitir que este lado tan oscuro de mi hermana nunca lo había conocido, daba algo de miedo, pero al mismo tiempo es genial. Es una sensación extraña entre terror, admiración y curiosidad ¿Es esta la hermana amable que recuerdo? ¿Aquella que me dejaba confeccionarle las ropas más extrañas que usa con tanto orgullo? ¿Aquella que entraba en una habitación y parecía resplandecer? Es la mujer que recuerdo, lo sé por ese aroma a flores tan familiar, ¿Pero es aquella mujer que se fue para no volver hasta ahora?

Es algo tonto, pero me siento un tanto resentida por el hecho de haber desaparecido sin dar señales de vida, mientras que yo, cansada y asustada, con solo siete años tuve que afrontar a un mundo oscuro y sucio que realmente no tenía piedad en nada. Por mi pequeña hermana, y por mí, me vi obligada a convertirme en adulto. Estoy furiosa por eso, pero a la vez tan feliz de poder verla nuevamente, y más ahora que está haciendo llorar grasa a ese gordo de mierda que me la tenía jurada.

- Lo-lo juro, no tenía idea que eran familia ¡De otra manera yo nun-! - El ver como las perfectas uñas del stand de Camelia se aferraban con una fuerza desmedida al cuello de Polpo era algo impresionante.

- ¿Acaso permití que hablaras, cariño? - Dijo de una manera tan lenta y juguetona que me da la impresión que no soy la única que se está divirtiendo con el espectáculo. - ¡Parece que te comiste todas las deudas que tenías conmigo, Polpo! ¡Estas el cuádruple de grande de lo que recordaba! Pero enserio ¿Que te panzo? ¿Qué fue lo que te sucerdio? Por poquito y no te reconozco. - Una risa entre amarga e irónica había salido de sus labios mientras lo estampaba con fuerza contra el suelo de su prisión. - Incluso te hiciste capo de MI territorio, imagino que gracias a eso lograste almacenar una buena fortuna, con todos mis prostíbulos, casinos, y bancos de venta ¡¿No te parece gracioso?! - Casi parecía que sus ojos saltarían de sus cuentas, y eso que no parecía estar aplastándolo con demasiada fuerza.

- ¿Puedo golpearlo un poco? ¡Parece divertido! - Dije, finalmente dejando el lado de la pared en el cual me solía apoyar cada vez que veníamos con Bucciarati, para estar al lado de Camelia. Ella me sonríe con dulzura y una mirada tan maternal que casi lograba volcar mi corazón, obviando el horrible color de cabello que tiene, realmente sigue siendo una mujer completamente preciosa. Ahora recuerdo porque de pequeña quería ser tan parecida a ella, esa seguridad en su persona y fiereza en su mirada la hacían parecer siempre una persona importante, además que siempre parecía estar feliz con esa sonrisa tan deslumbrante en el rostro. Si, tiene la misma expresión boba que papa poseía.

- Si así gustas, hermanita. - Poco a poco, el crujido de las hojas y las ramas era lo único que podría escucharse. Un aire frio comienza a sentirse mientras que los ojos de terror del gordo de mierda no dejaban de ver a Bad Things, dejo un poco más abierta su boca para así poder ver sus colmillos afilados, con aquella oscura saliva que parecía ser brea cayendo al suelo de madera, debía ser un espectáculo aterrador para ese hombre que no dejaba de ver la hambrienta expresión de mi stand y mi mirada de pura venganza.

Un sudor frio comenzó a correr por su rostro mientras comenzaba a balbucear clemencia que claramente no tendría, hasta que dijo una frase. - ¡Hare lo que sea, pero no me mates! ¡Te pagare! ¡Lo que quieras! Ehhh ¡Le pagare por completo el tratamiento del padre de Bucciarati! - Bad Things fue retirado en ese mismo momento.