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Caroline Forbes, Niklaus Mikaelson.
¿Han venido aquí a contraer matrimonio por su libre y plena voluntad? ¿Sin que nada ni nadie los obligue?
—Sí, padre. —Contestaron ambos.
¿Están dispuestos a amarse y honrarse mutuamente en su matrimonio durante toda su vida?
—Sí, padre. —Dijeron, en sinfonía el uno con el otro.
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—Yo, Niklaus Mikaelson, te acepto a ti Caroline Forbes, como mi esposa. Prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarte y respetarte todos los días de mi vida.
—Yo, Caroline Forbes, te acepto a ti Niklaus Mikaelson, como mi esposo. Prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarte y respetarte todos los días de mi vida.
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—Caroline Forbes, recibe este anillo como signo de mi amor y fidelidad.
—Niklaus Mikaelson, recibe este anillo como signo de mi amor y fidelidad.
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—Caroline… —Susurro el hibrido, haciendo una pausa. —Amor, por fin eres mi esposa. Lamento haberte hecho esperar tanto. —Dijo el, clavando su vista en los ojos de la rubia frente a el. —En realidad… ella es la que me ha hecho esperar. —Rio leve, al igual que algunos de los presentes.
Una de las cosas que más amo de ti es que siempre ves el lado bueno de todo, tanto de las cosas como de las personas, pues tu lograste ver lo bueno en mi. Aún cuando se nos ponía la vida de color gris, tu nunca dejaste de sonreír.
Cabe mencionar que gracias a ti soy una mejor persona, de seguro todos los presentes te lo agradecen. —Las risas vuelven a oírse, con la de Caroline uniéndose a estas.
Me siento tan feliz por este día tan especial e importante para nosotros, ya que seremos uno sólo y estaremos juntos para siempre. —Continuó Klaus, guiñándole un ojo a la chica frente a el. —Estoy tan seguro de que llevaremos una vida uno al lado del otro, cumpliendo juntos cada uno de nuestros sueños.
Te amo, ahora y siempre, amor.
Caroline no pudo evitar sonreír con cada una de las palabras pronunciabas por Klaus, así como no pudo evitar que sus ojos se humedecieran, logrando que unas cuantas lagrimas cayeran sobre sus mejillas.
—Klaus… —Dijo ella, mientras sus manos buscaban las de el, entrelazando sus dedos. —No puedo expresar lo que siento en este momento, no encuentro las palabras exactas para describir aquella felicidad que se ha apoderado de mi.
Jamás hubiera pensado que amar a alguien podía ser tan especial hasta que conocí al hombre de mi vida, hasta que te conocí a ti. —Caroline hizo una pausa, tragando saliva. —Aunque alguna vez te haya “odiado”. —Susurro ella, pronunciando aquella última palabra con algo de sarcasmo, dirigiendo una fugaz mirada a Tyler, quien se encontraba entre los presentes.
Ahora que somos sólo tu y yo, prometo que estaré a tu lado siempre, así como ha sido hasta ahora. Estoy segura de que nada ni nadie podrá hacer que este amor tan grande se desvanezca.
Te amo, más de lo que cualquiera pudiera imaginar.
De ahora en adelante dedicare mi vida a mantener vivo el amor entre nosotros, como también a trabajar para que cada día seamos una pareja digna del cariño que ustedes nos brindan. —Dijo ella, dirigiendo esta vez su mirada hacía el público, regalándoles una leve sonrisa. —Muchas gracias por asistir, hoy soy la mujer más feliz del mundo.
—Hoy… —Susurro el, dando un paso hacía ella, inclinándose luego para dirigir su mano hasta su mejilla, acariciando con lentitud. —Te haz vuelto la mujer de Klaus Mikaelson. —Dicho esto, rozo de forma fugaz sus labios con los de ella.
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