Nuria

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Hace muchísimo tiempo atrás, unos 7 años posiblemente, hubo una chica que conocí por medio de foros de chat, Nuria. Era de esas personas con las que sin darse cuenta uno terminaba platicando todos los días. Era divertida y guapa, la verdad me gustaba mucho, pero así como muchas amistades de esa época que se hacían por internet, ella vivía en otra ciudad. Yo en esa época no era de viajar mucho, era el típico universitario que apenas solventaba sus gastos para asistir a clases y nada más. Aún así, ahorrando y con las motivaciones de vacaciones que se avecinaban se dio una oportunidad en que pude hacer un par de preparativos, y gracias a eso más unos ahorros que fui acumulando, me decidí en ir a visitarla. Era la primera vez que la vería en persona, de hecho la idea me tenía muy emocionado ya que hasta ese entonces solo la había visto en fotos. Me encantaba como era: pequeña y de pelo oscuro liso muy largo. Tenía unos ojos almendrados y labios carnosos que eran bastante llamativos. Comúnmente me quedaba pegado en su sonrisa, pero aunque me gustaba mucho su rostro, por más que lo intentaba no podía evitar admirar otros de sus atributos, que de hecho abundaban en ella. En muchas de sus fotos usaba shorts pequeños combinados con ropa ajustada que resaltaban su cuerpo. Además de sus piernas gruesas que eran un detalle particular que me fascinaba, tenía unas caderas marcadas que a modo personal consideraba mi debilidad más grande, eso mezclado al típico fervor de juventud lograba provocar de todo en mí, al punto que de solo imaginarla me comenzaba subir la temperatura, un calor comenzaba hormigueando en mi pecho, y descendía hasta llegar a mis lugares más íntimos.

Luego de varias horas de viaje, caminar, conocer y recorrer la ciudad, finalmente llegue hasta la puerta de la casa de Nuria. Estaba algo nervioso y la verdad desgastado por el viaje que fue un largo tramo. Toqué el timbre y luego de un minuto que se hizo eterno, en una mezcla de nerviosismo y ansias, el temor es no saber que decir o que impresión podría causar a la chica, apareció tras la puerta una silueta hermosa y pequeña de estatura. Una diferencia de tamaño notoria entre mi metro .84 y esa mujer que no parecía medir más de 1.60. Algo que es lo primero que sientes como una sorpresa cuando conoces a una persona por primera vez. Sobre esto mismo es que ella se mostró algo sorprendida, y ante esa impresión ambos nos dimos unos segundos para observarnos. Tal como imaginé que sería en persona, se veía  muy linda aunque algo frágil frente a mi contextura que si bien no es tan marcada, si es de hombros y espalda  anchos, además de brazos que su bien no eran nada impresionante si estaban algo trabajados por el ejercicio que me gusta hacer de vez en cuando en mi tiempo libre. Ella vestía una blusa muy suelta que dejaba entrever su  sostén sin mucha dificultad, revelando sutilmente su piel ante miradas que esquivamente luchaban por no invadirla. Realmente no queria echar abajo el momento por ese tipo de curiosidad que me causaba, aun así a pesar de eso la miré de pies a cabeza en una medida mas sencilla y realmente se veía aun mucho mas hermosa en persona que en fotos, sencilla pero al mismo tiempo una silueta muy atractiva. A pesar de la impresión y de ser la primera vez que nos vimos ella se mostró muy natural y me saludo, acercándose para darme un beso en la mejilla y colocando sus manos con firmeza sobre mi pecho que cobijaba su rostro y su cabello. Se me apego tanto que sentí un roce bajo mi pantalón con algo que que no podía esconder (y que yo también me sorprendí al no haberme dado cuenta que ya no estaba "escondido"). Hizo un gesto con su cuerpo que indicaba que notó el roce, pero aun así no se movió. Hizo una pausa y de forma normal siguió ahí preguntándome como había estado el viaje, muy apegada contra ese lugar que no sabía si había atraído su atención o si fue solo coincidencia. Yo al ver que ella no se alejaba de mí, la tome de la cintura para acomodarme un poco dentro de esa posición y escuchaba sus suaves palabras. sentía su calor contra mi pecho. Me provocaba y ya notaba como la erección se hacía más grande, a lo cual ella se acercaba más y más a mí. Finalmente luego de compartir palabras por un par de minutos en esa posición y perdiendo la lucha por mantener la calma, le dije que necesitaba una ducha por lo agotado que me sentía después de viajar. No podía quedarme ahí ya que no podía contenerme más, y sabía que si me mantenía otro instante en esa posición terminaría dejándome llevar por mis mas bajos instintos, posiblemente acorralándola contra la pared como un animal.

El dia que conocí a Nuria (+18)Where stories live. Discover now