Estando en mi oficina siento la negatividad entrar por la puerta y desordenar mi vida por completo - Anderson, pasa por mi oficina – sonó más a orden que ha pedido, me sacaba de onda que fuese tan grosera y arrogante que lo único que salió de mi boca fue - Por favor - manteniendo la mirada fija en ella con una actitud de total seguridad.
- Por favor ¿qué? - respondió ella con tono desafiante, pero con esa sonrisa cínica que siempre tenía reservada para mí y que no puedo negar que me gustaba porque la hacía ver...interesante diría yo.
Le respondí con mi mano aguantando mi barbilla - Por favor, Gabriela, podría pasar por mi oficina cuando pueda, lo apreciaría mucho.
Katherina caminó hasta mi escritorio poniendo sus manos en él, dobló todo su cuerpo y se acercó hacia mí lo suficiente para dejar su rostro frente al mío, donde podía verme reflejada en esos ojos, podía respirar su perfume y podía sentir su respiración cerca, demasiado cerca diría yo y con la misma sonrisa dijo en tono de burla - Gabriela, serías tan amable de deleitarme con tu hermosa presencia en mi oficina, eso me agradaría mucho... ¿mejor? - no pude responder porque estaba distraída con los gestos de su cara y me enloqueció el olor de su perfume, ¿o era su olor natural?, no lo sé, sentí que me ardían las mejillas. Supongo que por el sonrojo o por los nervios...cuando reaccioné ya salía por la puerta y se giraba para decir - Es ahora Anderson que para luego es tarde y tengo millones de cosas más importante que hacer.
- Maldita mujer, Dios, ¿que hice para merecer esta cruz? - dije por lo bajo, pero aun así sonreí...
Minutos después toqué la puerta y escuché desde dentro su voz que me indicó que pasara, entré, me pidió que cerrara la puerta y me invitó a sentar. Esta mujercita me ponía nerviosa, no solo en esa relación de jefa-empleada, o lo imponente que era sino también su cercanía me hacía sentir intimidada, al menos eso pensaba yo. Se sentó a mi lado y no en el
escritorio, con unos papeles en la mano que continuaba viendo y comenzó a hablar - Gabriela, este proyecto ha llegado a nosotros y es uno muy importante, es un proyecto internacional y hay que crearlo desde cero o sea tenemos el nombre y el dinero, lo demás, presentación, publicidad, arte, concepto...es nuestro problema - dijo extendiendo su mano y entregándome los papeles. Luego continuó diciendo, en esta ocasión mirándome a los ojos – Y dirás que eso es lo que hacemos todos los días aquí, allá y más allá y lo hacemos bien, no obstante, la pequeña diferencia es que solo tenemos dos meses para realizarlo todo – Katherina alzó sus cejas y frunció su boca en señal de disculpa y yo abrí mis ojos en señal de sorpresa.
- ¿Dos meses Katherina? eso es...imposible, es muchísimo trabajo en poco tiempo y...
Se puso de pie y se sentó esta vez sobre su escritorio pasando sus manos por su cabello castaño y rascando su cabeza. - No he dicho que si aún, sé que es un trabajo arduo y estamos cortos de tiempo, pero estoy convencida que lo podemos lograr y es importante para continuar abriendo horizontes y dejando nuestro nombre muy bien plantado en otros lugares - hizo una pausa y entonces dirigió su mirada a mí. - No he aceptado porque la única manera que lo haré es que tú me ayudes con el proyecto, necesito que seas tú quien esté junto a mi frente de este, si tú dices sí, yo acepto.
Me quedé sorprendida con esas palabras, - ¿Yo?, ¿porque debo ser la persona que esté junto a ti frente al proyecto? Katherina en esta empresa hay excelentes profesionales que pueden con este o con cualquier trabajo, pero ¿yo?...
- Gabriela, precisamente tú eres una de esas excelentes profesionales, ¿no te has dado cuenta? Quizás yo no sea santo de tu divina devoción y nuestra relación no ha sido...ya sabes; sin embargo, puedo decir que todo lo que mi padre hablaba sobre ti era mentira porque en la realidad eres mejor de lo que el comentaba... - se quedó observándome con una mirada que nunca le había reconocido y asomó en su rostro esa sonrisa que me encantaba. - Obviamente eres la mejor después de mí.
No pude evitar sonreír porque era tan engreída e insoportable, pero había algo en ella, había ciertamente algo en ella que no podía explicarme, que me hacía perder la calma y la concentración, tenía razón con lo que decía que yo era la mejor después de ella porque a su lado yo embrutecía.
- Bien, agradezco tus palabras y claro no me importa ser la segunda mejor - sonreí al decir esto – Y más que todo aprecio tu confianza y si es tu deseo acepto el reto doble. - terminé diciendo con una mueca casi hecha sonrisa.
De seguro ella entendió el comentario de reto doble; el trabajo más ella, porque dejó salir una carcajada que nunca le había escuchado, se bajó del escritorio, se detuvo frente a mi aun con su hermosa sonrisa dibujando su rostro. - Gracias, te lo agradezco mucho, sabía que podía contar contigo...vamos, ve a casa, descansa que estos meses que nos esperan serán bastante ajetreados, te veo mañana - me dio la espalda y caminó hacia su escritorio y permaneciendo así escuché que murmuró. - Yo también espero sobrevivir el reto doble...
Y ahí me quedé observando ese cuerpo hermosamente definido, sonreí mordiendo mi labio inferior inconscientemente y me dije a mi misma - Gabriela Anderson, estás tan jodida - y no solo porque sabía que estaba jodida llena de trabajo sino también porque estaba totalmente jodida pasando más tiempo con esta mujer, algo estaba pasándome que no entendía...o tal vez si entendía y aun así no quería enfrentar... esto sería una tortura.
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No todo lo que se ve es realidad (Sankh)
RomanceGabriela lucha en contra los sentimientos que crecen por su molesta jefa Katherina, en el camino se da cuenta de que no todo lo que se ve es la realidad...