Pesadillas, me he familiarizado con ellas, conozco una amplia variedad de los terrores que habitan en mi subconsciente, desde el día en el que logré escapar de la neblina, el día en el que superé mis miedos fue el día en el que mis noches se plagaron de recuerdos de todo lo que vi en mi prisión del mundo espíritual, a pesar de que logré ver más allá de mis temores, me resulta imposible no reaccionar a las terribles imágenes que mi mente recrea noche tras noche.
Ser valiente no es sinónimo de no temerle a nada, ser valiente implica ser capaz de ver tus miedos y enfrentarlos para poder llegar más allá de los límites que estos marcan en tu vida.
¿Pero qué pasa cuándo sigues adelante a pesar de tus miedos y estos terminan por apoderarse de tu vida?
Vivir en un mundo en el que tus temores están presentes a cada segundo del día es peor que vivir atrapado en pesadillas todas las noches de tu vida.
La guerra fue dura con todos los que participaron en ella, no perdonó a nadie, gente de Las Tierras Frías del Norte, de Las Tierras Frías del Sur, de Ba Sing Se, del Antiguo Reino fuego y por supuesto, del pueblo sobre las ruinas de Ciudad República, todos pagamos un precio alto por aquella batalla.
Intentaré narrar los días que siguieron después de la guerra lo mejor que pueda, mi experiencia personal, porque es algo que necesito para mí misma, necesito un punto de referencia que me ayude a ver el avance que hemos logrado después de la terrible madrugada del bombardeo.
Tengo que aclarar que mis recuerdos no son claros, una de mis heridas fue un golpe en la cabeza y hay muchas cosas que se borraron de mi mente, muchas cosas que no supe distinguir entre sueños y realidad.
La guerra se libró durante la noche de un jueves y parte de la madrugada del viernes, eran inicios de Septiembre, el invierno se aproximaba pero esa noche se asemejó más a una noche de verano, un poco cálida y con el cielo despejado.
Las heridas que recibí durante la batalla me impidieron formar parte de los líderes que ayudaron a motivar a la gente después de haber vencido a nuestro enemigo, mi ausencia se prolongaría por meses así que se puede decir con seguridad que yo no ayudé mucho a la recuperación del pueblo.
Yo fui trasladada al mundo de los espíritus, me sumergieron en un oasis de agua espiritual y Katara debió mantener mi energía fluyendo día y noche, Desna se encargaba de traerle agua y comida, en ocasiones él también ayudaba un poco para brindarle unos minutos de descanso a Katara pero según escuché, ella trabajó sin descanso durante poco más de cuarenta y ocho horas.
Personalmente no recuerdo haber estado en el mundo espiritual, no sufrí dolor, tampoco hambre o sed, no sentía nada, era como no estar ahí, Katara hizo todo lo que pudo por sacarme del peligro, gastó todas las energías que tenía disponibles en su envejecido cuerpo y el Domingo al medio día, cuándo mi corazón recuperó un poco de fuerza, Desna se ofreció a tomar su lugar para que pudiera reponer energías.
A partir de ese día ambos comenzaron a turnarse, sin la ayuda de un maestro agua mi cuerpo estaba destinado a fallar, el daño recibido había sido más de lo que cualquiera hubiera podido soportar y ni la ayuda del agua espiritual bastaba para sanar mis heridas lo suficientemente rápido, lo más fácil hubiera sido dejarme partir, pero nadie estaba dispuesto a hacer tal cosa, todos se encontraban severamente lastimados, habían perdido demasiado y se negaban a perder más.
Mako renunció a su puesto como jefe de la guardia para poder permanecer a mi lado en todo momento, se aseguraba de llevar comida suficiente para que los tres pudieran comer y también acarreó equipo médico para conectar mi brazo izquierdo a una bolsa de suero que alimentara mi cuerpo mientras yo permanecía inconsciente.
ESTÁS LEYENDO
Futuro Incierto
FanficEn un mundo en agonía no existen más los maestros de los elementos, corre la leyenda de que prevalece un solo maestro, el más grande de todos, el Avatar, pero pocos saben de él en tiempo real, en un mundo al borde de la extinción total no se pueden...