La familia no engaña, pero sí traiciona

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Cuando volvieron a la celda, con su cabello húmedo y uniforme limpio, a Kyung soo en verdad le sorprendía ver que los altos actuaban como si nada hubiese ocurrido después de ver al de bonito cabello tener sexo en las duchas, el pálido no creía poder ver al chico de la misma manera. Sacudió su cabeza y los hombros le temblaron, subió a su litera y se tapó hasta la cabeza con la delgada manta que le habían proporcionado.
—¡Ah! —exclamó XLH, Kyung soo lo identificó por su suave voz—. Kai a veces es muy rudo —se quejó, nadie le respondió, luego pudo escuchar cómo se dejaba caer bruscamente en la cama de abajo—. En serio, deberían intentarlo, reduce el estrés —comentó alegre, nuevamente sin recibir respuesta por parte de los demás chicos.
Por alguna razón, Kyung soo sintió la necesidad de quitarse de la cara aquella manta color azul celeste, y así lo hizo. Se topó entonces con KW, mirándolo intensamente y sin vergüenza, sus ojos estaba fijos sobre su cuerpo y no parecían querer apartarse de éste, Kyung soo tragó duro al darse cuenta de que él dormía en la parte alta de la otra litera. Kyung soo le sostuvo la mirada por un par de segundos, luego, entre abrió sus labios para hablar, pero fue interrumpido por el rubio.
—¿Cómo te llamas? —escuchó decirle en un tono de voz demandante, pero, justo antes de que él pudiese responder, XLH se levantó de la cama y se paró en medio de la celda, dándole la espalda a Kyung soo y mirando a KW.
—¡Ala! Sabes perfectamente que aquí no valen los nombres —dijo molesto, pudo notar cómo el rubio rodaba los ojos y giraba su cuerpo para por fin recostarse en la cama.
El de bonito cabello aclaró su garganta y esta vez, se dirigió hasta el pálido.
—Dime Ciervo —dijo con una sonrisa, él pensó que se trataba de su apodo—. Ese rubio estúpido es Fan y esta cosita adorable es Loey —dijo mientras señalaba al rubio y al de orejas grandes respectivamente, obteniendo un gruñido por parte del último.
Kyung soo no respondió, simplemente se quedó mirando intercaladamente entre cada uno de los hombres en frente suyo.
—¿A ti cómo te llaman? —dijo Ciervo con una sonrisa ladina. Kyung soo pensó unos momentos, recordando.
En su trabajo, siempre era llamado por su apellido, inclusive varios de sus amigos lo llamaban Do de igual manera, dejando en segundo plano su nombre, así que pensó que aquello podía funcionar.
—Llámame D.O —dijo en un hilo de voz, entonces mientras Ciervo reía con suavidad y a Loey parecía darle igual, Fan lo volteó a ver, con una expresión vacía que no hacía justicia al revuelto de emociones en la boca de su estómago. Al final, el rubio sólo bufó y cerró los ojos.
—Muy bien D.O, pórtate bien y puede que seas parte de la familia, me caes bien —finalizó para volverse a su cama.
A Kyung soo le resultaba curioso que aquello hubiese salido de la boca de Ciervo siendo que cuando llegó, se había dedicado a ignorarlo.

—¿No es bonito? Parece un hada —escuchó decir a lo lejos, pero Kyung soo decidió hacerse el sordo.
No era la primera vez que escuchaba aquello a la hora del desayuno o la comida, a todos parecía hacerles gracia su estatura, algo que Kyung soo jamás entendió.
La comida no era tan mala, pero quién sea que cocinace, podía agregar un poco más con la sal y nada malo pasaría. Tomó un sorbo de su vaso de agua antes de observar como Fan se sentaba a su lado, no lo miró, y Kyung soo no le dedicó más que un par de segundos con su mirar, ambos comían en silencio y casi de forma mecánica.

Kyung soo no sabía qué clase de relación tenían, pero claramente no eran amigos. Fan casi nunca hablaba, de hecho, el único que lo hacía era Ciervo, él tenía muchísimo carisma, inclusive le había prestado un libro, se llevaban bien, pero por obvias razones no eran cercanos, sobre todo por el hecho de que Kyung soo no podía verlo sin recordar las duchas y sus escenitas con el chico moreno que ya conocía como 'Kai'. Pero había algo sobre Fan que Kyung soo había decidido ignorar, y aquello era el hecho de que lo miraba demasiado, a todas horas dentro de la celda, casi siempre, sus ojos estaban postrados sobre él. Inclusive Ciervo había hecho un par de bromas durante el día.
Entonces, ahí estaba de nuevo, los ojos del rubio sobre el perfil de Kyung soo.
—¿Se te perdió algo? —dijo en un tono de voz neutral. Pudo observar de reojo cómo Fan dirigía nuevamente su mirar al frente y negaba con calma.
—¿Te vas a comer el pudín? Es que casi nunca hay —susurró tiempo después, entonces Kyung soo le tendió el postre. Esa cosa jamás le había gustado, el sabor era tan artificial y la consistencia era demasiado extraña.
Cuando Kyung soo estaba a punto de terminar de comer, Fan nuevamente abrió la boca.
—¿Por qué estás aquí? —preguntó sin vergüenza, las palabras salían fluidamente de su boca, posteriormente se llevó un chícharo a la boca y lo masticó con lentitud.
—Agresión a un oficial de policía en primer grado —dijo de una, sin hacer pausas, poner entonación, o mirar a otro lado que no fuera su plato de comida.
Escuchó cómo Fan ahogaba una risa.
—¿Cuánto te dieron? —Comentó, esta vez se notaba la burla, pero, nuevamente y como con todo, Kyung soo lo ignoró.
—Seis meses.
No obtuvo respuesta, Fan simplemente había asintió y continúo comiendo sin volver a mirar al pálido chico.

𝐷𝑈𝐴𝐿𝐼𝑇𝑌 | KrissooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora