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"Amor buscado es bueno,
pero dado sin buscarlo es mejor"

~William Shakespeare

* * *

—¿Sigues enojado por eso?

—Claro, no quiero a idiotas cerca mío.

Día tras día las aniñadas como deseaba llamarles el eslovaco a los intentos de esos "tesoros" por cabrearlo ya estaban comenzando a aburrirlo de ello. Esta vez mientras se bañaba habían tomado sus prendas y cortado agujeros en ellas, no era algo del otro mundo pues el hecho de un short de mezclilla, sus mallas de red y una ombliguera con 2 o 3 hoyos enseñando sus nalgas, un pezón y parte de sus muslos solo era divertido.
Bajo con su ropa como tal a la cocina donde observó al vampiro y sólo se colocó frente a él.
Todos los chicos del lugar lo veían unos con sorpresa, otros con envidia y otros con asco; pero el vampiro solo lo miró entretenido a una explicación de sus ropas.

—Tus "tesoros" piensan que te desarás de mi solo por verme así. Que el que ser tan vulgar y narcisista te desagrada.

—No, solo me desquicias...

Dijo rápido cargándolo como ya era costumbre. Realmente el humano parecía un pequeño mono de tanto tiempo que pasaba colgado de él, pero no le molestaba en lo más mínimo, incluso se atrevería a decir que así le gustaba más.

—¿No me llevarás a dormir?

—Te acabas de levantar.

—Entonces dame de desayunar...

Decía frotando sus pechos y sus intimidades mientras despeinaba ese peinado tan punk del vampiro.

—¿Y qué quieres para desayunar?

—Huevos, salchicha...

—¿Y leche?

Decía pícaro el vampiro mientras metía por debajo del short las manos para apretar sus nalgas.

—Quizá...

—Pues entonces vamos a darte de desayunar.

Dijo aun manoseando las redondas nalgas para recostarlo sobre la larga mesa digna de la elite.

—¿Aquí en la mesa?

—¿Dónde más se desayuna?

El eslovaco se dejaba hacer entre los besos y chupetones del vampiro mientras jalaba inconsciente de su cabello por la inercia. Se sentía genial ser deseado de esa forma como si sólo existiera él, y aunque fuese una mentira se dejo caer en la idea por la excitación.

—¿Entonces qué tal un trío?

Y con ello apagó toda llama dentro del eslovaco. Este solo detuvo todo acto, se separó del vampiro y sin mediar palabra con nadie se dirigió a subir las escaleras, mientras el vampiro sonreía fascinado por la reacción.

—¿Entonces es un no?

Pero el eslovaco no se dejaría atrapar por celos estúpidos, solo volteó con una sonrisa ahogada en sorna.

—Cuando quieras.

Fue bastante para tumbarle la sonrisa al vampiro y cabrearlo. ¿Quien se creía para pensar en compartir el cuerpo que el mismo había comprado con otro hombre?
El cabreo fue suficiente para que se largara a cazar cualquier imbécil que se le pasará por enfrente y esa fue la suerte de un chico de aspecto fuerte y atractivo para cualquiera junto a una chica menos atractiva, y el escuchar como ese individuo hablaba de como el esposo de la humana no lo descubriría le provocó un sabor amargo; se imaginó que esa chica de aspecto promedio era la belleza del chico que lo traía como loco, que él sería ese esposo que no conocía nada y que alguien como aquel atractivo chico podría arrebatarle al eslovaco en un abrir y cerrar de ojos.
Con el coraje controlando su cabeza pronto se vio arrancándole la piel al chico que gritaba como si de un animal atropellado se tratase la chica en una esquina miraba con terror el escenario frente a ella pero sabía que si gritaba y se hacía notar por el vampiro podía darse por muerta. Después de un rato el chico entro en la inconsciencia gracias al pánico y la pérdida de sangre, el vampiro tiró el cuerpo al suelo para pasar a un lado de la joven que comenzaba un shock por la escena frente a ella.

—Vuelve con tu esposo.

Mientras tanto el dueño de sus pensamientos tomaba un baño de burbujas, hace un tiempo que no estaba tan relajado. Se empezaba a sentir somnoliento y cansado, quizá solo descansaría un momento antes de salir.
Luego de un rato abrió los ojos y salió de la bañera casi desnudo excepto por las típicas medias acompañando una tanga, dio la vuelta al pasillo y vio a esa demacrada mujer, sus ojeras, sus arrugas, esos ojos cansados; algo en su estómago se revolvió, paralizado no se atrevió a decir nada, que horrible broma le jugaba su mente, abrió los ojos mientras escupía un tanto de agua de sus pulmones y estómago, miró al ser cruzado de brazos frente a él.

Yerik: ¿Qué?

Bershttka: ¿No deberías agradecerme de salvar tu vida?

Yerik: No iba a morir solo por eso.

Bershttka: ¿Imaginarte sin mi es tan aburrido para dormirte?

Yerik: Ya quisieras.

El vampiro solo lo miró, enserio era extraño pues ¿quién en su sano juicio se baña con medias?

Yerik: Si me sigues viendo así me vas a desgastar.

Bershttka: Eres raro.

Yerik: Bastante y aún sabiendo eso aquí estoy.

Yerik: Tengo hambre.

Bershttka: A menos que vayas a desayunar desnudo, ponte ropa.

Yerik: ¿Qué tiene, no querías un trío?

El vampiro lo arrinconó molesto sujetando sus brazos con fuerza.

Bershttka: He cambiado de idea, soy tu único dueño. Si lloras, ríes o incluso te masturbas será por mi, no por ningún otro.

Y el vampiro sonrió cínico, al humano le costaría trabajo volver a tener su libertad en sus manos, pero bueno ¿a quién no le gusta un buen reto?

***

Era la misma gloria el saborear el agua helada con su cuerpo mientras sentía el calor del sol intenso sobre él, el día era el único momento en que se encontraba solo y en paz para relajarse ya que los demás descansaban incluyendo a los tesoros que no deseaban quemar su delicada piel.

Yerik: Necesito salir de aquí.

Pronto salió del agua tal y como había llegado al mundo, comenzó a vestirse mientras era vigilado por unos ojos fieros y cansados que se refugiaban en la sombra.

Bershttka: ¿A dónde se supone que vas tan risueño?

Yerik: Iré por unas cosas a mi apartamento.

Bershttka: Bien, pero irás hasta el anochecer e iré contigo, no puedo dejar ir una presa tan sexy como tu.

El humano respondió con desgana y sintiéndose entre la espada y la pared.

Yerik: Bien.

Bershttka: Ahora larguémonos a dormir.

Dijo cargándolo a modo de princesa mientras éste se dejaba ser.
En un parpadeo ya habían llegado al cuarto del vampiro, el susodicho aventó al humano y se colocó sobre él.

Yerik: Pensé que íbamos a dormir.

Bershttka: Necesito estar seguro que no podrás irte...

Decía coqueto mientras llenaba de mordidas todo a su paso para caer después como peso muerto sobre el cuerpo del humano que jadeaba muerto de ira por no continuar la diversión que le exigía su cuerpo.

Yerik: Te juro que cuando despiertes seré tu peor pesadilla idiota.

* * *

Ya había caído la noche y con ella el despertar del ser sin alma.

Yerik: Eres un maldito idiota.

Bershttka: ¿Qué lindo?, ¿Te calentaste solo?

Yerik: Sí pero ya no esperare por ti para calentarme.

Dijo el humano ahogado en cólera caminando fuera de debajo del magno cuerpo para encerrarse en el cuarto de peluches nuevamente, se había vuelto su lugar favorito de toda la "casa".

Colmillos de Pasión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora