Capitulo VII

33 2 0
                                    


Alicia al escuchar la voz femenina que estaba a su espalda dio un brinco del susto pues no había escuchado a nadie entrar en la habitación. Cuando vio que era la arcángel Gabriel se puso la mano en el pecho en señal de alivio.

-Vaya susto me has dado Gab... Suprema arcángel Gabriel.- realmente tenía problemas en recordar los rangos angelicales.

Gabriel permanecía con el rostro serio y pasivo examinándola minuciosamente. Eso le dio oportunidad a que Alicia también la estudiara. La divinidad en ella era obvia. Sus bellas alas doradas eran un adorno que sólo marcaba más su extrema hermosura y su llamativo cabello de un rojo fuego caía por sus hombros en perfectas ondas dándole un aspecto irreal.

Gabriel interrumpió su escrutinio al hablar.
-He venido a darte personalmente la bienvenida y a ofrecerte mi protección. Por favor no dudes en buscarme si en algún momento la necesitas. Podrás encontrarme en la Fortaleza Zafiro cuando no estoy en los cielos bajos.- le dijo la arcángel.

La belleza de Gabriel le provocaba un poco de recelo femenino pero su modestia era admirable y su temple sereno le daba la confianza de que su ofrecimiento era legítimo.

-Muchas gracias Suprema Arcángel. Recibo su ofrecimiento en lo más profundo de mi corazón. Hasta ahora todos han sido tan especiales conmigo que no podría quejarme de nada.-

- Tu adición a la comunidad nos ha tomado por sorpresa a todos pero no te desanimes. Si buscas apoyo puedes...- La arcángel interrumpió de golpe su frase.

- Suprema Arcángel Gabriel- Haydrien la saludó cordialmente con una leve inclinación de su cabeza.

Gabriel no respondió pues al parecer estaba demasiado ocupada mirando fijamente a Haydrien.

La cabeza de Alicia se movía de izquierda a derecha tratando de descifrar lo que estaba pasando. De pronto el ambiente se cargó de tensión y pudo observar como la mandíbula de Haydrien palpitaba por la presión hermética a la que la había sometido, mientras que Gabriel lo miraba de arriba abajo con pupilas dilatadas. La arcángel pareció salir de su trance y su rostro por fin dejó a entrever una expresión de disgusto lo que a consecuencia provocó que más ondas de tensión brotarán de Haydrien. Ella de manera automática le puso una mano sobre el antebrazo para expresarle tácitamente que se calmara.
Notó como la arcángel siguió lentamente aquel movimiento con su mirada y luego cuando sus ojos se encontraron con los de Haydrien nuevamente, solamente había reflejada una cosa en ellos. Desprecio.

El tono de la arcángel fue duro al despedirse.

-Mi oferta sigue en pie Alicia. Que seas bienvenida.- dió la vuelta y se alejó majestuosamente de ahí.

Cuando hubo abandonado la habitación Alicia vió que el rostro de Haydrien había perdido su color y que tenía los puños apretados y blanquecinos. Ni siquiera pudo alagar su sex appeal estando vestido de aquella manera pues su comportamiento la estaba preocupando.

De la nada Haydrien soltó una carcajada seca y carente de diversión.

-Parece que has ganado tu apuesta pequeña ex-humana.- le dijo en tono incrédulo.

Haydrien aún podía sentir que la adrenalina recorría por sus venas mientras sentía el calor de la excitación evaporarse. Jamás, desde que la había visto por primera vez, Gabriel lo había visto de aquella manera. Por un momento pudo sentir una conexión entre ellos. Creyó imaginar que las pupilas de Gabriel se habían dilatado por el mismo deseo que él sentía por ella. Pero cualquier deseo quedó aplastado al ver el desprecio que apareció en sus ojos. Sabía que lo había contemplado como una hembra a un macho pero eso no cambiaría que él seguía siendo basura que no tenía ni la más mínima posibilidad de alcanzar sus favores.

URIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora