Los Ojos Del Asesino: Capitulo 1

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¿Qué hace un hombre cuando se cansa de estudiar los secretos de la vida? En su opinión, estudiar los secretos de la muerte. Intente explicarle que la muerte no tiene secretos, simplemente te mueres y ya. Atraviesas un corazón con una espada, rajas una garganta con un cuchillo, cuelgas a alguien, le decapitas, no importa el método que utilices, al final el resultado es el mismo. La otra persona cae al suelo y no se vuelve a levantar.

Pero, él quería saber por qué sucedía eso. ¿Qué pasaba en el cuerpo cuando una garganta era rajada? ¿Es el corazón tan importante para el cuerpo que si es atravesado, automáticamente mueres? ¿Por qué? ¿Es posible que un ser humano pueda vivir luego de que le cortas la cabeza?

Yo no entiendo la necesidad de querer saber eso.

Aunque claro, ¿Qué puedo saber yo? Solo soy un Asesino. Yo simplemente hago lo que me pagan para hacer, vuelvo a cobrar y ya no me importa lo demás. Y él... Y él... Bueno, dicen que los Nigromantes solo son Asesinos con mucho tiempo para leer.

No lo creo.

Cuando le conocí podría decirse que era un chaval con mucho tiempo para leer, pero no me parecía un Asesino. De hecho, tenía pinta de nunca haber cogido una espada en su vida. Y en efecto, no me equivoque. Cuando intento defenderse, agarro un cuchillo de la cocina y su arremetida fue la cosa más patética que jamás había visto. Una mujer embarazada estuvo más cerca de tocarme que él.

Me pregunto "¿Qué haces aquí?"... Siempre preguntan eso. ¿Por qué? Si ves a un hombre vestido de negro con un puñal en la mano creo que es obvio lo que hace ahí.

Volviendo el tiempo, no sé porque le conteste. Le dije quién me había contratado, para que me habían contratado y mierda, le dije hasta cuantas monedas de oro recibí con antelación y cuantas recibiría cuando volviera con las noticias de su muerte. Echo a llorar. He visto a hombres llorar por muchas razones y puedo afirmar que no hay nada más patético que aquel que llora mientras implora por su vida. Y otra vez él era especial. Fue el más patético de todos.

¿Puede un hombre de veinte años llorar de forma más triste que una mujer de alta cuna que ve morir a su única hija de quince frente a sus ojos o que un hombre que pide a gritos que por favor le perdones la vida a su esposa y a sus tres hijos aun a sabiendas de que los cinco morirían?

Si, él pudo.

La primera muerte es especial. Acostumbras recordarla con cierta nostalgia. Es la muerte que más trabajo cuesta. Es la que de cierta manera, te duele. Porque es la que marca un punto de quiebre en tu vida. Es esa muerte de la cual sabes que no te recuperaras pues ya no hay vuelta atrás. Las que le siguen inmediatamente después, conservan un poco de ese sentimiento, pero no igualan a la primera. Después de eso, cada una va diluyendo el sentimiento hasta que desaparece por completo y te vuelves tan inmune a la muerte que una más en una pelea de bar da igual.

Por eso, debo decir que me extraña que sus suplicas hayan causado impacto en mí. Aun no sé porque me puse en cuclillas y le dije que dejara de ser tan patético, que hiciera lo que hiciera lo iba a matar de todas formas. Le pedí que al menos tuviera la decencia de morir con dignidad.

"Por favor, no lo hagas" me dijo.

"El tipo que te pago... Tiene envidia por los conocimientos que poseo" me dijo.

"¿Qué conocimientos puede tener un joven de veinte años que causen la envidia de otro al punto de pagar su muerte?" Te preguntaras si estás leyendo esto. Buena pregunta. Yo no lo pensé hasta ahora que escribo esto. Mi cliente era un hombre de cincuenta y seis años con el dinero suficiente para pagarme, ¿Qué me importaban a mí sus razones? Es más, ¿Qué me importaban los conocimientos de ese llorón?

El hombre que me crio cuando mi madre, cansada de mantenerme, me tiro a la calle, se encargó a base de golpes de que las letras entraran en mi cabeza hueca, pero eso no logro que yo sintiera curiosidad por ellas ni por los conocimientos del mundo o su funcionamiento. No. Yo estaba hecho para otras cosas. La espada, las historias de caballeros que cantan los juglares, hombres que logran hazañas tan heroicas que las mujeres se pelean por yacer en sus camas.

Es irónico... No soy un caballero... Ni uso una espada... Y las mujeres no se pelean por yacer en mi cama a menos que me vean entrar con una bolsa llena de monedas en la mano...

- "No me importan los conocimientos que poseas" le dije.

- "Espera, si me das unos segundos, puedo probarte los conocimientos de los que te hablo" me dijo.

"Oh, dame tiempo para pensar en una trampa o una forma de escapar a mi muerte" pensé. Cuantos antes que él lo habían intentado y cuantos habían fracasado.

Debo de decir que lo miserable y delgado que lucía me hizo sonreír.

En una ocasión deje que un caballero fuera a su dormitorio por dinero, porque me iba a pagar el triple de lo que me había pagado mi cliente. Volvió con una espada y tras unos pocos segundos lo único que logro fue le hiciera ver como violaba a su esposa antes de matarla con su propia espada

No soy de esos, pero ese día no estaba de humor.

- "¿Qué vas a demostrarme?" Le pregunte.

- "La razón por la que ese hombre te pago para matarme" respondió.

Hice que se pusiera de pie y le dije que se limpiara las lágrimas. Parecía un bebe.

Fue en ese momento, al verle la cara de cerca, que me di cuenta por primera vez que... Era algo diferente. ¿Tal vez el realmente evitaría su muerte? Después de todo, ¿A quién le hace daño una demostración de conocimientos mortales? Si al final el niño tendía su trampa o intentaba correr, le cortaría alguna extremidad antes de matarlo como lección.

Me senté en una de las sillas de su cocina y deje que fuera a donde tuviera que ir para que obtuviera lo que necesitara. Solo le advertí que si intentaba huir, bueno, sería lo último que intentaría.

Cuando llevas una vida llena de muerte, la diversión acostumbra ser un buen método de salida. En ese momento, me pareció divertido darle una oportunidad al hombre más patético que jamás había conocido.

Oh... Cuantas sorpresas me ha deparado el destino desde entonces...

El chico volvió con un...

El mensaje termina repentinamente.   

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