Capítulo 7 _______

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Tomó las llaves y salió, cayendo en el asiento trasero. Cerró las puertas y me hizo señas hacia él, meneando los dedos. Pasé por en medio de la consola y casi lo logré antes de que mi zapatilla se deslizara en el cuero. Me caí, riendo a carcajadas, en su regazo. Se rió, todo ronco y divertido, mientras me ayudaba a levantarme sólo para colocarme en su regazo, una de mis piernas a cada lado de él.

Sonrió y se estiró para quitarme los zapatos, uno a la vez. Lentamente. Los dejó caer con un ruido sordo en el suelo entarimado de la camioneta y nunca apartó los ojos de mí mientras me quitaba también los calcetines.

Dejé de reír ante el gesto íntimo. Esa parte de mí que descubrí más temprano, la parte que de pronto estaba en sintonía con el cuerpo de Harry y en cada movimiento, ahora se encontraba más despierta. Me quitó el gorro de la sudadera de la cabeza. Ahora entendí por qué el empleado de la tienda fue tan raro.

Probablemente pensó que iba a robarle algo. Acarició mi cabello hacia atrás y dejó que sus dedos a penas rozaran mi cuello. Tragué.

—¿Te parece bien dormir aquí? —preguntó en voz baja—. Podemos recostarnos si quieres, pero

—No —dije. Sentí sus ojos agrandarse ante mi voz rasposa. También lo notó, y succionó su labio en la boca. Lo miré—. Quiero quedarme justo aquí.

—De acuerdo. Lo que quieras.

Descansé la cabeza en la curva de su hombro y su cuello. Inhalé y exhalé bruscamente. Olía asombroso. La esencia me causó problemas físicos. Mi cuerpo replanteaba algunas cosas. Quería a Harry en todas las formas y me resultaba más difícil mantener la mente clara. Racionalmente, nos íbamos a casar de todas formas, ¿no? Eso era un hecho, pero quería mantener la tradición Ace. Y quería mantener mi tradición. No por ser religiosa ni pasada de moda ni con padres protectores ni ninguna otra razón. Era sólo mi decisión. Pero mientras sentía los dedos de Harry rozar la punta de mi mano, me estremecí ante la pequeña caricia porque me encontraba tan apretada y en sintonía con él.

Mi corazón se detuvo, mis pulmones me señalaron que tomara otra bocanada de él, mis dedos se curvaron en su camisa sin preguntarme antes.

Inclinó su cabeza contra la mía. —Bienvenida a mi mundo, _______.

Suspiré. —No puedo creer que haya sido así para ti todo el tiempo.

—Créelo. —Se rió, y el movimiento hizo temblar su pecho y a mí con él—. Es el Cielo y el Infierno.

Encendió la radio y Where I Belong de Switchfoot comenzó a sonar. Me levanté un poco y lo miré a la cara. —Los vamos a encontrar, ¿verdad?

Acunó mi rostro y prometió—: No nos detendremos hasta encontrarlos.

Me lamí los labios. —Gracias por ser tan tú.

Sonrió. No era una mueca, sino una sonrisa real llena del amor que era mi constante. Se inclinó hacia adelante para besarme y se alejó después de otra pequeña probada. Se lamió el labio inferior.

—Lo sé — gruñí—. Tengo sabor a bollos de miel.

—Nena —me dijo, sus ojos entornados y oscuros—, siempre tienes sabor a bollos de miel.

Y luego dio el golpe final.

Ambos gruñimos al mismo tiempo, y nuestras bocas se abrieron a la del otro al mismo tiempo, y jadeé mientras aspiraba una rápida bocanadade aire. Puse los brazos alrededor de su cuello mientras me acercaba más con sus manos en mis caderas.

Y luego, lentamente se alejaron de mis caderas y agarraron mi parte superior para acercarme más a él. Jadeé en una buena forma y amé que no pidiera permiso. Eso fue un inicio. Un buen inicio. Yo era de Harry y él mío. No planeaba pedir permiso tampoco, así que cuando me di cuenta de que su respiración se cortaba cada vez que me levantaba usando mis rodillas, lo seguí haciendo.

Las ventanas comenzaron a temblar y traquetear un poco mientras sentía mi control deslizarse, pero lo ignoramos.

Pronto, me quitó la sudadera demasiado caliente del cuerpo, y la lanzó al asiento a nuestro lado. Sólo usaba una camisa de tirantes blanca debajo y de pronto el aire frío me estremeció y se me puso la piel de gallina. Tomó mi mano y besó las yemas de mis dedos, y luego el interior de mi muñeca, y después mi codo.

Siguió haciéndolo y eventualmente llegó a mi hombro desnudo. Tiró hacia abajo la delgada tira y también me besó ahí. Cuando mordió un poco en la piel suave, casi lo acusé ahí mismo de mentirme cuando dijo que yo era su primera novia, porque era demasiado bueno en esto. Pero su cuerpo imprimado me conocía por dentro y por fuera. Sabía exactamente qué hacer para volverme loca por él.

Así que sentí que tenía que averiguar si podía hacerle lo mismo.

Como por instinto, me acerqué a mordisquearle la barbilla. Era gruesa y rasposa, pero en una muy buena forma. Inclinó la cabeza hacia atrás en el asiento y dejó salir un gemido ahogado mientras sus manos me mantenían cerca.

—Demonios, _______ —repitió su opinión de más temprano.

¿Por qué era tan caliente cuando lo decía así?

Cambié mi atención al punto debajo de su oreja e hizo un ruido completamente diferente que nunca antes había oído. Eso me estimuló, me impulsó. Así que tomé el lóbulo de su oreja en mi boca y lo mordí gentilmente.

El sonido se más que multiplicó para entonces. Me sentía poderosa. Por una vez en mi vida, sentía como si estuviera fuera de control de la forma más controlada, y sonreí contra su piel.

Atando Cabos (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora