Un viaje inesperado

Capítulo 6

—Día 11—

Lexa POV

A veces necesito llorar y no puedo; es como si las lágrimas no quisieran salir, incluso cuando siento un nudo en la garganta que no me deja respirar.

Siento una presión constante en el pecho y, a veces, todo lo que siento es desesperación.

Un abrazo.

¿Habrá alguien que pueda saber cuánto necesito de uno?

Una muestra de afecto tan simple para tantos y tan lejana para mí hoy.

Necesito aferrarme a alguien y no sé a quién.

Desearía poder cerrar los ojos y sentir el calor de un abrazo sincero.

Uno de esos que en silencio expresan más que las palabras, de esos que te hacen sentir segura. Sin embargo, en medio de este espacio sin sentido, en mí, solo hay un sentimiento de vacío, por no poder alcanzar un deseo tan simple del corazón.

Soledad, es todo lo que comienzo a experimentar.

Los días pasan y todavía veo mi cuerpo inconsciente en una cama de hospital; sin reacción, sin cambios.

Es como estar muerto en vida; vivir sin vivir.

Me atormenta pensar que nunca me despertaré y que me quedaré aquí para siempre; en un lugar inexistente, oculto a los ojos de los demás.

Mi día comienza y termina con la visita de Elis y Clarke.

Más allá de eso, no hay nada; es todo lo que tengo y lo que motiva mi día.

Me he vuelto dependiente de ellas y siento que es algo inusual en mi forma de ser, porque algo me dice que la dependencia emocional no tiene nada que ver con quien soy; pero es solo un sentimiento, una sensación, porque ni siquiera estoy segura de cómo soy en realidad.

Hoy, hay un sentimiento muy extraño en mí y no sé qué es; pero se acrecienta con cada momento que pasa.

Me muevo con pesadez, como si mi cuerpo estuviera aletargado.

Mi mente se ha ralentizado y me imposible dejar de mirar mi propio cuerpo en aquella cama.

Me pregunto si hay algo de mi allí.

Mi mente va y viene, de un lado a otro sin mucho sentido y no logro concentrarme en nada concreto.

He intentado mantener la conversación habitual con Clarke, pero incluso eso me ha sido difícil hoy.

POV general

—¿Estás aquí? —preguntó Clarke y después de un tiempo sin recibir una respuesta, lo intentó nuevamente—. ¿Lexa? —insistió—. ¿Todavía estás aquí?

Lexa escuchó la voz de Clarke a lo lejos, pero no pudo desbloquear su mente inmediatamente. Intentó volver a la realidad, su vista se fue apartando lentamente de su cuerpo físico.

—Si —respondió monótonamente, era todo cuanto podía verbalizar, porque incluso hacer aquello era difícil de hacer hoy; su mirada permaneció fija en el rostro de Clarke.

—¿Estás bien? —preguntó Clarke con preocupación.

Hoy, Clarke, no había recibido mucha atención de Lexa y le parecía extraño.