Ambos hombres dormían en la pequeña sala del apartamento de Seul gi, Jun myeon tenía un vuelo programado para esa misma tarde de regreso a Detroit, para continuar con su trabajo en la estación, pero si de algo no dudaba, era de que se regresaba en compañía de Kyung soo. Podía decir sin titubear que él era una pieza clave en su jugada de ajedrez perfectamente planeada y medida milimétricamente, sin él, todo lo demás se derrumbaba, un espacio en blanco que no podía dejar pasar bajo ninguna circunstancia.
Cuando se levantaron por la mañana, fue gracias a que Seul gi se movía de una habitación a otra, se podía notar desde lejos que algo le preocupaba.
—¿Gi? —alcanzó a oír que Kyung soo la llamaba con una voz somnolienta, llamando de sobremanera su atención.
—Joy va venir y no sé qué hacer —Kyung soo achicó los ojos un tanto confundido, jamás en su vida había escuchado tal nombre salir de la boca de su amiga.
—¿Quién es Joy? —Preguntó Jun quitándole las palabras de la boca a Kyung soo.
Seul gi agitó su cabeza y cerró sus ojos desconcertando aún más a los hombres que habían pasado a mirarse el uno al otro.
—¿Cuándo se van? —preguntó segundos después con algo de vergüenza. Jun myeon dejó salir una risa tintada con algo de sarcasmo y miró a Kyung soo.
—Esta tarde no regresamos a Detroit.
Kyung soo abrió tanto como pudo sus ojos y entre abrió un poco su boca, Jun myeon debía de estar loco como para creer que así como así él se regresaría y dejaría tirado a Kris, a penas había podido dormir por estar pensando en él y en qué demonios estaría ocurriendo dentro de esas grises paredes y sintiéndose culpable por desaparecer.
Negó un par de veces, esta vez indignado por el absurdo plan de su jefe, el cual había armado y planeaba ejecutar sin su previo consentimiento.
—Yo me quedo en Los Ángeles —sentenció firmemente mientras veía al contrario directamente a los ojos. Jun myeon volvió a reír para posteriormente levantarse y estirarse un poco.
—¿En dónde, debajo de un puente? —dijo con sarcasmo sin quitar una sonrisa burlona de su rostro, Kyung soo se notaba molesto, más sin embargo se mostraba tranquilo frente a su mayor.
—No importa, pero debo quedarme aquí —Kyung soo hablaba en serio, tan en serio como le era posible. Fue entonces que Jun myeon se percató de aquello y quedó atónito tras pensar que, después de darse cuenta de que su vida no era tan mala, Kyung soo aceptaría regresar a Detroit sin ningún reproche.
—¿Cuánto tiempo? —pronunció aún incrédulo.
—Lo que resta del año... Y un poco más —el silencio se hizo, uno sumamente incómodo en dónde simplemente se sostenían las miradas.
—No, Kyung soo —dijo después de un rato—, ¡tienes que volver a trabajar! —el susodicho negó un par de veces—. Mira, una vez que regreses, veré si puedo darte un permiso para que vuelvas aquí un par de días —intentó convencerlo, pero el pálido seguía aferrado a lo suyo, no respondió y simplemente se limitó a negar.
—¡Pero si eres un crío! —estalló el mayor, por su parte, Seul gi ya se había marchado a su habitación para hundirse en sus cosas mientras los otros dos se arreglaban, al final de cuentas, ella no podía hacer nada.
Kyung soo se levantó lentamente y se propuso ignorar al más alto mientras se disponía a recoger las almohadas y doblar las sábanas y cobijas. Porque él se quedaría ahí, esperando por Kris y yendo a visitarlo siempre que se pudiese.
Jun myeon bufó, estaba frustrado y comenzaba a desesperarse.
—Kyung soo, escucha. No sé por qué demonios quieres quedarte —hizo una pausa en la que se dió cuenta de que era ignorado, pero de todas formas continúo hablando—. ¿Pero qué vas a hacer? ¿Ah? Acabas de salir de la cárcel, ¡Seguro no tienes ni un centavo!
—Tengo ahorros, Jun —contestó enseguida mirando al mayor, quién decidió está vez ser el que ignoraba para continuar con su discurso.
—Suficientes, ¿No? ¡Claro! ¿Qué vas a hacer? ¿Rentar nuevamente? ¿Ser el parásito de Seul gi? ¿Dónde vas a trabajar? ¿Cuánto te van a pagar? ¡Tienes que empezar de cero Kyung soo! —decía con distintas entonaciones haciendo cada vez más énfasis en sus palabras y colmando la paciencia del pálido, quién odiaba que Jun myeon siempre tuviera la razón y se lo hiciera ver de tal manera—. ¡Allá tienes tu casa propia, un trabajo asegurado y haré todo lo posible por que tu sueldo sea el de siempre!
Ambos se quedaron nuevamente en silencio... Tal vez... Sólo tal vez, Kyung soo podía volver con Jun myeon, balancear su vida hasta estar en un punto de equilibrio y, entonces, volver con Kris dispuesto a todo...
Sólo tal vez...
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𝐷𝑈𝐴𝐿𝐼𝑇𝑌 | Krissoo
Romanzi rosa / ChickLitKyung soo había ido a prisión por voluntad propia. Krisoo. Do Kyung soo & Wu Kris Inspirada en los capítulos número diez y once de la segunda temporada de la serie 'Titans'.