Parece una locura cómo empezó todo... pero esta historia comienza como cualquier otra historia...
Con un error...
Abro los ojos lentamente, sintiéndome cómodo en mi cama... otro día a punto de comenzar se sienta frente a mí.
La luz del sol entra en mi habitación haciéndola suya. Iluminando cada rincón con un intenso y profundo naranja. Le sonrío apreciando la luz de un nuevo día a punto de empezar.
Me estiro para coger el teléfono y capturar este momento.
—¡Buenos días! ¿No es bonito? —pregunto.
Sin respuesta.
Cojo mis zapatillas mientras me levanto con un claro objetivo en mente... comer gofres.
La cocina está llena esta mañana, los dispersos ojos en el aire se enfocan en mí en el segundo que cojo los gofres... una manera no muy sana pero feliz de empezar un nuevo día. Así que, qué más necesitas si eres feliz con eso, ¿no?
—¡Deja de comerte eso! Te estás poniendo gordo —dice alguien de repente.
—¡No pasa nada! La imagen no lo es todo, jaja —dejo salir una carcajada con mis confiadas palabras.
Sin respuesta.
Tras un agradable desayuno, cojo mi mochila y salgo de casa para ir al cole.
Justo después de cerrar la puerta, puedo sentirlo... el día está despejado, los pájaros pían alrededor de los edificios, y el claro y frío olor de la mañana... ese intenso olor de un nuevo día...
Es una necesidad el respirar hondo por la mañana antes de echar a andar, pero sobre todo, el sentir el aire limpio, el día que se avecina es un preciado momento.
Paso a paso, calle tras calle, más niños empiezan a aparecer. Todos sabemos a dónde vamos. Algunos están solos, otros no... algunos están felices y otros no... de repente, un edificio de aspecto anticuado se alza delante de mí... agarro las asas de mi mochila y, con una mirada desafiante, entro en él. Nada de respirar hondo antes de entrar... vas a la jungla y estos animales te van a juzgar.
*suena la campana*
—Aquí tenéis los exámenes de la semana pasada —dice el más viejo de los animales mientras reparte los papeles a los otros en la habitación.
De repente, cae un papel en frente de mí... con un número en él... ahora me pregunto... ¿por qué este número frente a mí es tan importante? ¿De verdad muestra correctamente lo que tiene que mostrar? ¿Qué tiene que mostrar? Empiezo a ignorar mis pensamientos intentando centrarme en otra cosa cuando, en el momento adecuado para salvarme, mi teléfono vibra.
—Tengo que verte esta tarde —dice el mensaje.
—¡Vale! Estoy libre después de clase, ¿qué quieres hacer? —pregunto alegre.
—A las 7:00 en la casa de cristal —contesta la persona.
—¡Vale! ¿Qué quieres hacer allí? —pregunto de nuevo.
Sin respuesta.
El tiempo pasa y me encuentro entrando a una casa en ruinas... sin paredes... sin techo... sin pilares... solo queda el suelo... un imponente y gigantesco suelo de cristal, transparente, y alrededor de "la casa", la naturaleza se apodera de todo. Enormes árboles se alzan hacia el alto cielo y los animales observan desde la distancia segura que le proporcionan los árboles.
Hay una persona frente a mí mirando hacia abajo, sin darse cuenta de mi presencia.
—Hey, ¿cómo estás? —pregunto, buscando una respuesta.
Una conversación tiene lugar... se empiezan a decir palabras... y con esas palabras, se comete un error. Un error... pero nada importa, porque nada lo hace cuando cometes un error, lo único que importa es que lo has cometido... no importa el motivo... no importa la causa... ni siquiera importa si es uno o varios. Los errores son siempre los conductores de un coche con un objetivo...
Horas después, me encuentro tumbado en mi cama... observando cómo las luces que entraron en mi cuarto esta mañana, se van... sin respuesta a ninguna de mis preguntas... desaparecen en la oscuridad... y levemente, la noche conquista el cielo, no hay más sol para brillar, no más cálido naranja en los muros, y no más seguridad en la habitación...
Mi cabeza empieza a calentarse, la temperatura de la habitación sube y baja al unísono, la habitación se oscurece, poco a poco... cierro los ojos...
Sin respuesta.
Abro los ojos lentamente, segundos más tarde... esperando a que algo cambie. De repente, estoy perdido, tumbado en una jungla. Me levanto lentamente, confuso... cuando noto a mi espalda la casa de cristal.
Siento su poder... grita mi nombre... una atracción desconocida emana de ella... me dirijo hacia ella hasta que alcanzo el centro de la casa, rodeado de cristal...
El hermoso color de la luna y las estrellas crece en la lejanía... noto espectadores... se muestran reacios a mostrarse...
Comienzo a alzar el brazo hacia el cielo mientras observo al infinito sobre mí... este segundo... es de oro... tanto el cielo como yo nos congelamos en el tiempo... por un momento somos solo nosotros... estamos lejos pero a la vez siento que estamos juntos.
El tiempo empieza a correr de nuevo muy lentamente, cogiendo velocidad poco a poco... y el suelo de cristal... colapsa. Incapaz de resistir más... incapaz de aguantar más.
Cientos de grietas se abren paso en el cristal... revienta... a cámara lenta... las grietas se convierten en millones de trozos que reflejan la luz del universo, creando olas de colores... la forma cambia con cada segundo, dejando escapar un bello escenario de colores cambiantes.
Mientras tanto, sigo observando el cielo sin prestar atención a nada más... ¿por qué debería? No hay respuesta, no hay ayuda... es curioso cómo las señales de advertencia se sienten en este segundo... como si nunca hubiesen estado ahí.
Mi mano sigue intentando alcanzar el universo, pero todo mi cuerpo empieza a hundirse... atravesando la niebla de cristal... lentamente... mis pies buscan un momento en el que parar.
Pero no hay donde parar.
La velocidad empieza a aumentar. Los espectadores me ven sucumbir a través de los cristales hacia lo desconocido mientras aprecian la extraordinaria escena desde un lugar seguro.
Los cristales cruzan por todo mi cuerpo, dejando que me hunda mientras que ellos flotan a mi alrededor. Caigo a un agujero negro mientras mis ojos desean el cielo, el cual se aleja cada vez más. Sigo cayendo más y más hacia un lugar nunca visto... los vientos de la caída libre golpean mi cuerpo fuertemente y, finalmente... el cielo desaparece.
Se siente como una montaña rusa en una caída sin fin... la adrenalina se fortalece con el viento, apenas puedo mantener los ojos abiertos, pero no por mucho tiempo... la presión es más fuerte con cada segundo de caída.
Mis ojos se cierran... intento averiguar qué ha pasado... no lo entiendo... Por favor, que alguien me haga entenderlo... no me concentro, la caída no me deja concentrarme... sigo cayendo... Si tan solo lo hubiese visto venir... si tan solo lo hubiese sabido antes de que sucediera...
Parece una locura cuando un pequeño movimiento puede arrastrarte al cementerio.
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Until The Sunrise
De TodoCada segundo de la noche tiene distintas emociones; algunas son oscuras, y ,otras, simplemente están ahí... Las emociones empiezan a tomar el control... una última vez... un último día... Es hora de sobrevivir a esta larga noche... o morir con ella...