TaeMin se despierta agitado, con sudor en su frente, y un sentimiento de tristeza en su corazón.
Salta de la cama y corre por la habitación tratando de buscar lo que sabe, no va a encontrar.
Quiere ponerse a llorar, a pesar de que es realmente absurdo, así que sale apresurado hacia el pasadizo. Se acerca a la habitación de Onew hyung y toca con fuerza para que le abra.
Este, no demora demasiado. Lo escanea de pies a cabeza, pero al verlo con los ojos rojos lo recibe en sus brazos sin preguntar.
TaeMin se acurruca en medio de sollozos, sabe que nunca podrá explicarle con palabras lo que sucedió en las últimas semanas, sin embargo, puede sentirse tranquilo entre los brazos de su hyung.
Es seguro, y quiere que siga haciendo así.
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KiBum se mantiene caminando en su habitación como un loco. Está de aquí para allá, pensando en cómo afrontar lo que va a venir.
A penas hoy en la mañana despertó ahí, sin JongHyun a su lado, o sin el mocoso pervertido corriendo como un bobo a su alrededor.
Se sintió raro. Se sigue sintiendo raro.
Es como si se hubiera acostumbrado a esa habitación llena de pósters, con una cama pequeña, un tacho de ropa sucia casi rebasando, y sobre todo... ese molesto libro lleno de perversión.
Increíble, que ahora extrañe ese agujero en vez de su propia habitación.
KiBum da vueltas en ella, y no se siente como suya.
Tal vez, porque en el fondo sabe que sí extraña a TaeMin, y que sí extraña esa manía rara de ir suspirando por él.
— Bummie, ábreme soy yo.
KiBum gira hacia la puerta, los murmullos de JongHyun se escuchan a través de ella.
Corre, gira la manija y tira de su mano para que entre.
— Creí que no volveríamos - susurra el mayor apretando la cintura de KiBum en un abrazo, apoyándolo contra la puerta ya cerrada - Estaba tan asustado de que algo saliera mal.
— Lo importante es que estamos aquí - dice el rubio, separándose para besarlo, para apretarlo más cerca si es que es posible - Te extrañé tanto.
JongHyun toma sus labios de nuevo, con lentitud, con suavidad, con todo el amor que siempre ha sentido y nunca dejará de sentir.
Quiere empujar a su rubio contra la cama, poder darle más besos hasta hacerle perder el conocimiento, pero ahora no puede...
Rayos.
Tienen que ir a hablar con el manager antes que el hombre se vuelva loco, además deben comentarle lo que pasó en todas estas semanas.
Ellos deben hacer eso primero. Antes que cualquier cosa, por muy tentadora que sea.
— Espera, espera... - susurra contra los labios suaves, utilizando todas sus fuerzas para separarse.
— ¿Qué sucede? - pregunta KiBum, agitado.
— El manager quiere hablar con nosotros. Supuestamente estuvimos de vacaciones en este tiempo, no sé, es tan rato todo... es como si hubiéramos tenido dobles...- dice JongHyun, acariciando la mejilla pálida - Tenemos que ir, y aclarar todo ¿sí?
KiBum asiente, aunque está preocupado por las consecuencias que puede traer todo. Abraza a JongHyun, para sentirse seguro, para tener un poquito de ese amor que tanto bien le hace.
Con la seguridad... de que nada va a separarlos. Cueste lo que cueste.
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