Vitacora Cuarentena N°1

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Muchos días han pasado ya desde que este nudo de palabras que ata mi garganta está presente y me niebla la existencia, es imposible poder contener el dolor que brota por cada letra pronunciada hacia una realidad bastarda que nos enseña que el esfuerzo al final de todo no vale nada. He hablado de tantas cosas y escrito de muchas más y ni con eso logro saciar este vacío inmenso que me corroe el alma y el pensamiento. Varias personas se entrometen en buena fe a tratar de aliviar el paso diciendo que la respuesta al vacío que me encierra está en mi interior, muchos hablan y dicen que si no encuentro el amor por mi mismo ¿cómo carajos pretendiendo llegar a ser amado por alguien ? y la verdad es que esta pregunta ya más que tediosa me parece estúpida.

¿Cómo quieren encontrar que uno se ame si al buscar el espejo no se ve más que una montaña de escombros sin sentido de una edificación pasada de la alegría? El amor es ciego y además apesta, su fragancia grotesca hipnotiza y cuando la fantasía se disuelve ya es tarde para anunciar la caída del precipicio en el que se busca el calor de un afecto. Puedo hablar de muchas cosas que me llevan a esta conclusión, para empezar no sirve de nada querer fingir alegría en una realidad que te muestra lo asqueroso que es el ser humano, las relaciones personales e interpersonales no tienen ningún sentido, ¿para qué luchar en agradar a alguien si al final de cuentas nadie es del agrado de nadie? ¿De qué sirve analizar, interiorizarse y tratar de construir una nueva percepción de vida si al final todo termina tirado en la basura ?. En algún momento escuché una frase en una canción que decía "busca en la basura algo mejor, busca en a basura solución" y llegué a creer en una esperanza de mejoría a partir de esto, pero tantos daños han pasado desde aquel momento que hasta mi fuerza literaria se ha visto palidecer.

Llevo infinitas noches tratando de soltar el nudo de soga que aprieta mi garganta, luchando por no sucumbir ante la tranquilizante sensación de la muerte y su despedida pero, aún si muriera no dejaría de ser basura, desperdicio terrenal que dará de comer a los gusanos a cambio del dolor insoportable de mi partida para mis queridos. Que egoísta soy a veces sintiendo mi dolor y no el de los demás, pero eso no sirve de nada, al final la empatía es utópica no podría estar nunca en los zapatos del otro y nadie jamás se podrá poner en mis zapatos. ¿A caso si se lograra ser empatico con alguien no habría de buscarle solución a su tormento? ¿Para qué hacer esto si ni siquiera se fijan en el esfuerzo que se da por tratar de comprender? Traté de comprenderla a ella por ejemplo y al final recibí un platado de lodo en mi rostro y una fugaz imagen desvanecer en el horizonte ...

Casi todas mis historias relatan el retrato de una dama a la que le entregué parte de mi, a cada espectro de mis letras he entregado parte por parte un pedazo de mi sentir siendo consciente de que eso jamás habría de volver a ser de mi. He guardado escritos jamás entregados y entregado letras que no se si valieron la pena entregar, ante cada entrega palabras de consolación que parecían verdaderas ahora se extinguen entre el veneno de la mentira y la incertidumbre. He deambulado entre sueños incomodo por encontrar una forma de explicar esta presión tan grande que me consume el pecho como mi boca el cigarrillo. Me parece algo absurdo comprender que hay tanta debilidad por sentimientos inquietantes como el amor o la simpatía social. He conocido diamantes ocultos tras la piel de un ángel ser opacados por la maldad de quien su corazón llena de envidia, he visto como desde que somos criaturas dependientes de una mano adulta nos convierten en seres que absorben malicia y juegan a quien es más malo y más abeja para ganar el terreno de la vida, he palpado tantos sentimientos y reprimido tantos más que el aroma de un día nuevo me asfixia la existencia y me doblega hasta caer en las profundidades de este mar inconsolable de tristeza y soledad, aunque el lector no crea, esto causa tedio, busco respuesta en las palabras de seres iluminados de pensar pero igual de doblegados al dolor de esta realidad como yo y en todas la respuesta es la misma "¿Cómo piensas estar bien con los demás si al final no estás bien con tu ser?", respuestas que no ayudan a nada, respuestas que ya había recibido antes y que ahora tampoco sirven de nada.

Desde la partida de aquella que mis barreras derrumbó y que en mi interior rápidamente se incrustó dedico mis horas a buscar su imagen entre archivos efímeros y cajones de memoria donde me siento pensar y la observo, observo su sonrisa y su cabello oscuro y ondulado surcando por sus hombros, entre esto y más recuerdos la extraño de una forma que no logro describir, es más, tampoco comprendo como es posible que llegue a extrañarla tanto. En ocasiones mientras dibujo con el humo mortífero de mi cigarro su imagen alcanzo a sentir una voz que me dice que no podré olvidarle porque aún queda mucho por decir, me dice que todo lo que ella ha dicho es solo un contra tiempo y que ella aún tiene más por declarar. Esto no es más que un pensamiento convaleciente buscando calmar el dolor de vacío que siento pues desde su partida sin motivo en mi pecho no habita más que un pequeño órgano inanimado sollozando, luchando noche tras noche por no perder el control ante aquel vacío que trato de llenar entre las venidas de la vida que al contacto con este aire de desánimo termina convirtiéndose en un fugaz lamento.

Miguel Garzón

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⏰ Last updated: Apr 10, 2020 ⏰

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