Todos los días al despertar abría los ojos y lo primero que veía era el rostro de Emilia mi rayito de luz, dueña de mis suspiros y emociones.
- ¿Que miras? - decía Emilia con los ojos cerrados, ella sabía perfectamente que yo la miraba todos los días al despertar.
- Veo un ángel - respondía yo entre suspirando
- Un ángel dices Cavil, pues yo escucho a un saltamontes - suspiro y abrió los ojos, colocando su mano derecha en mi mejilla - pero de un saltamontes especial porque de este me enamore inmensamente.
Yo sonreí, no tenía porque decir nada solo abrazarla tan fuerte pero a la vez tan dulce.
- Bésame - dijo Emilia - pero Bésame cómo si me extrañarás.
Yo la mira directo a los ojos, aquellos mismos le brillaban con una gran intensidad que no sabría explicar bien.
Dicen que los ojos son el reflejo del alma y los de Emilia me reflejaban más que eso, podía ver que sentía, ese amor tan grande que estaba en ella lo podía ver donde iniciaba, pero no en donde terminaba.
Su mejilla se teñian de rojo, carita dulce y mirada sincera una obra de arte la mujer más hermosa del mundo.- Te amo Clark.
Una vez escuche que el alma de las parejas se puede unir con un beso, pero y en donde quedamos nosotros que ya estamos conectados, que ya una parte de nuestro corazón está unida al otro, ¿En que quedamos? Yo creo que no quedamos en nada, por el simple hecho de que esa regla la rompimos totalmente, Y eso es porque con una sola mirada o sonrisa, con un solo gesto, es que ni eso porque ya nuestras almas estaban totalmente unidas.
- Clark - dije después de besarnos.
- Dime pequeño saltamontes.
- Te amo - dije - amo hasta cada letra de tu nombre y quizás este loco, pero cada día me enamoro mas de ti.
Emilia sonrojo.
- Estaremos locos Cavil - dijo - porque yo siento exactamente lo mismo.
Las palabras sobran para decir que paso, solo imaginen.
Bajamos a la cocina pero de una forma muy peculiar pues yo llevaba a Emilia cargada en mi espalda, como vulgarmente le decíamos de niño en mi ciudad natal, haciendo del burro, ella posaba su rostro sobre mi hombro derecho dejando caer su hermoso cabello sobre mi pecho - Gracias por todo Cavil -.
- No hay de que amada mía.
Llegamos a la cocina, yo tenían puesto un short azul con flores blancas estilo playero , ella llevaba solo una franela blanca mía puesta, se veía muy hermosa, muy sexi.
- ¿Que quieres desayunar mi amada?.
- Unos huevos revueltos estará bien mi pequeño saltamontes - respondió - y obviamente pan tostado con chocolate.
- Buena elección mi lady - dije y en ese momento somo El timbre.
- ¿Quien será? - preguntó Emilia.
- No lo sé.
Fui a la puerta y abrí, me lleve una gran sorpresa pues era el vecino Fausto invitándome a una parrilla que iba hacer hoy en la noche.
Le explique a Emilia que Buscaba Fausto.
- Tal parece que mañana se van a su hogar - dije - y hasta aquí terminan sus vacaciones.
- Si es una pena - dijo Emilia - son buena gente.
Después de lo que había pasado el otro día con ellos, cuando llamaron a la policía y todo ese cuento, poco a poco empezamos a tratarnos más hasta que nacía una buena amistad y no sólo con ellos, también con Matt quien se volvería en un buen amigo para mi.
Por eso es malo hacer juicios apresurado y eso fue exactamente lo que había hecho Fausto. Pero ya eso estaba en el pasado por lo tanto ya no importaba.
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Hasta el último momento ( Finalizado)
RomanceEn una vida como la de cualquier pareja, Emilia y Henry un hermoso matrimonio de la ciudad de Nueva York que vivían cada día alegremente, pero como se puede decir la felicidad puede ser efímera, un día como cualquier otro todo cambio para sus vidas...