9. Magnolia rosada

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Simboliza la dignidad y la alegría

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Simboliza la dignidad y la alegría. Expresa un amor natural y tímido.


A principios de año, Moonbyul me dijo que cambiar algo de tu físico podía hacer un gran cambio externo como interno. Aquello me lo confirmó, cuando de un día para otro apareció con un color castaño después de llevar por más de ocho meses un azul intenso.

Y vaya que tenía razón.

Había olvidado como me veía con mi color de cabello natural y me sentí extraño en el momento que mi madre terminó de secar mi —ahora— cabello castaño. Era el mismo color que tenía él, pero ya no dolía tener aquel color; ya no.

El invierno comenzaba a despedirse, comenzando a llevarse aquel frío que se instala en los huesos y llevándose, a su vez, el entumecimiento que tenía en mi corazón. La primavera se hacía presente lentamente y, con ello, algunas alergias aparecían; afortunadamente a mí no me pasaba eso. Los días en la cafetería no cambiaron, era la misma rutina de siempre, pero con más personas yendo a comprar bebidas heladas.

Las flores dejaron de aparecer al culmino del invierno, dejándome con un raro sentimiento en mi pecho por la incertidumbre de no saber quién era el remitente. 

Pero no fue hasta un mes después que aquella duda sería respondida.

Estaba limpiando las máquinas y quitando los papeles que no necesitábamos que estaban en el mostrador cuando escucho el sonido de la campanilla de la puerta al abrirse. No vi quién entró porque Solar es la encargada de atender, además, en ese horario van pocas personas, ya que, en el local, se vende postres en lugar de comidas contundentes.

Aquella presencia no me inmutó en lo absoluto hasta que pude oler unas suaves notas frescas y mentoladas en el aire.

—Moonbyul, en este último tiempo he pensado en hablarle directamente. Me da temor su reacción, pero me gustaría que supiera que soy yo quien está detrás de las flores y que lo estoy "cortejando"... —mi cuerpo se paraliza por completo cuando escucho lo que dice y cuando siento la pequeña y disimulada patada que me da Solar. Intento levantarme para mirarlo, pero mis extremidades no responden en lo absoluto—. Debí hablarle directamente, pero mi mamá pensó que sería algo romántico hacer esto... No lo sé, ¿crees que querrá hablar conmigo a pesar de que soy un chico?

Siento como mi pulso sube hasta mis oídos, impidiéndome escuchar las negativas de Solar hacia aquel chico que estaba del otro lado del mostrador y haciéndome temblar levemente por la emoción al ver las piernas del chico a través del vidrio. Si bien, antes solo había salido con mujeres, realmente nunca me limité a que solo me gustaran chicas, pero eso realmente nadie lo sabía.

Por una parte, quería llenarlo de preguntas. Por otra, quería llamar a mamá y decirle que tenía razón, que todo ese tiempo las flores si eran para mí, pero, por otro lado, quería gritarle y exigirle la respuesta del porqué se mantuvo en el anonimato. Así que hice lo único que mi cerebro me permitió hacer: levanté mi rostro y cuerpo de manera lenta, tal y como en una película de terror, para después, mirarlo a los ojos sintiendo un fuerte ardor en todo mi rostro y manos.

—Eras tú todo este tiempo... —murmuro anonadado, mientras él me mira completamente sorprendido. Frente a mí está el chico de aquella noche en la que hice el ridículo—. ¿Por qué...?

—¡Kwannie!, Chan dijo que vayas a buscar los postres porque ya están listos —Moonbyul me interrumpe al aparecer desde la cocina con una bandeja llena de tazas limpias, iniciando un silencio incómodo y que todas las miradas se concentren en ella. Byul, al darse cuenta de la presencia del otro chico, abre sus ojos enormemente al reconocerlo—. Oh...

De repente, como si el tiempo y el espacio se acoplaran, comienzo a ver todo en cámara lenta: las tazas caen estrepitosamente en el piso y miles de pedazos de loza caen cerca de mis pies. El grito de Solar hace que Jeongin y Chan aparezcan corriendo a verla, Jun sale de la oficina y mira el desastre causado por Moonbyul y, los pocos clientes que están ahí, saltan en sus asientos por el ruido. 

Y el chico de las flores se va en un abrir y cerrar de ojos.


Las únicas respuestas que obtuve en ese viernes, fue la flor que descansaba sobre el mostrador y saber que un precioso chico me las regalaba.

Flower Boy | wowkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora