“Bien dicen que todo lo bueno viene después de lo malo, soy de las personas que creen en las cosas cuando puedo tocarlas. Si vienen y me dicen una cosa yo no voy a creerla hasta que no la vea con mis propios ojos”
Desperté con un increíble dolor en mi cuello, no estudié medicina pero creo que se era torticolis. No recordaba que se sentía, hacía mucho tiempo que no me sucedía.
No sentía mi cuerpo, era como si fuese ligera, como si toda la tensión que contenía se había esfumado, de cierta forma me había olvidado de los problemas en la oficina, mi mente parecía estar en un perfecto equilibrio, donde estas relajada pero pendiente de lo que pudiese ocurrir.
Me duché, cepillé mis dientes, peiné mi cabello, me vestí y fui hacia la cocina esperando un reclamo. Uno que nunca llegó.
-Creí que tendrías mucho trabajo –preguntó mirando su tableta electrónica.
Caminé ignorando su pregunta y dispuesta a servir mi porción de comida, debatiéndome si sería prudente desayunar a su lado.
-Así es… creí que tú ya estarías en el trabajo –contesté.
Tomé mi desayuno y colocándome al otro extremo de la mesa. Preparada para defender mi postura de lo ocurrido.
-Bueno, entonces ambos creímos erróneamente del otro.
Salió dejando dubitativa sobre sus palabras, no sabía si se refería a lo ocurrido el día anterior.
Era temprano, Melanie seguía dormida y aun me quedaba una hora para entrar al trabajo, estoy aprovechando que Julián sigue de viaje pero también un tanto estresada por el atentado en mi oficina, ya habían pasado varios días y él actuaba como si no importara. Su última respuesta había sido “Pero no fue tan grave, haz logrado actuar y afortunadamente los inversionistas no notaron esa falla” ¿Falla? Obviamente no estaba interesado en ese tema, claramente lo dejará pasar porque no afecto nada, pero ¿Qué hubiese pasado si sí? A quien echaría la culpa hubiese sido a mí, por “No haber sido precavida” o “por ser tan confiada”
Fui hasta la habitación de Meli, debía cambiarla darle de desayunar y preparar sus cosas para Bianca, mi bebé la adoraba. Solo temía que la quisiera más a ella que a mí. Hace días había considerado trabajar desde casa como me había propuesto Julián antes de ir a la empresa de Evans y ahora tengo el pretexto perfecto para pasar más tiempo con mi hija. Después de todo, mis proyectos pueden manejarse sin mi intervención, a menos claro de que sea muy necesario.
Apenas llegué al edificio, comencé a redactar la circular de mi decisión de trabajar desde casa.Birmingham; Alabama
Oficio No. 07740/RHC/19
Asunto: Circular informativoA quien corresponda:
Mediante la siguiente circular me permito enviar un cordial saludo e informarle los cambios en el departamento de administración, donde la Lic. Yenevit Arismendi Carvajal es la titular y, donde a partir de la fecha en que esta circular sea enviada, desempeñará sus actividades laborales desde su residencia. Cualquier información que sea requerida será enviada directamente al correo estipulado por la misma.
Cabe señalar que la Lic. Estará presente cuando le sea solicitada siempre y cuando sea de suma importancia.Sin más por el momento reitero mi saludo a su persona. Cualquier duda o sugerencia favor de acudir a la oficina de recursos humanos.
_________________________________
Charles Thompson Beckley
Director General de Recursos HumanosCuando terminé e imprimí lo mandé a firma y me dispuse a recoger todas mis cosas de la oficina, lo único que extrañaría de aquí seria mi oficina, aquel lugar donde me sentía tan plena ahora la habían profanado, o así lo miraba yo. Este pequeño espacio había sido mi segunda casa por varios años ahora tenía que decirle adiós por un lapso.
Mandé un E-mail a todos los compañeros que no se encontraban físicamente en la empresa. Un poco nostálgica abandoné el edificio, lo único que me reconfortaba era todo el tiempo que tendría con Melanie. Llegué a la casa y buscándola me dirigí a su habitación pero no la encontré, las ventanas estaban de par en par y el viento otoñal era frío. Me acerqué para cerrarlas y la observé gateando sobre una manta en el jardín junto a Bianca. Sonreí y fui a su encuentro.
-Buen día Bianca ¿Cómo se ha portado hoy? –pregunté sentándome con Meli.
Ella inmediatamente se acercó hasta mí y eso créanlo o no, me llenó de mucha felicidad, aquello significaba que era con quien quería estar, aun cuando no pasaba mucho tiempo con ella.
-Buenos días, ella siempre es muy tranquila, a menos que no haya comido –respondió riendo. Me uní a ella pues era cierto, Melanie adquiría un humor colérico cuando la invadía el hambre –Ha llegado temprano hoy señorita Yenevit.
-Ya no iré más a la oficina Bianca, trabajaré desde aquí. Así podré estar con Melanie todo el día.
-¿Eso quiere decir que ya no me necesitará más? –preguntó preocupada.
-Claro que no Bianca te necesitaremos, además Melanie te adora.
Sonrió aliviada, y es que aunque yo esté en casa ocuparía su ayuda para estar con mi niña cuando tenga trabajo que hacer.
Comimos tranquilas después me la pasé respondiendo correos y reacomodando mi estudio para trabajar lo antes posible. Habilitando un espacio para las juntas en línea que no requerían mi presencia como tal.
Mi cuerpo estaba relajado y no había tensión en mi sistema, o eso hasta que escuché el motor de un carro estacionarse justo en la entrada. Maldición Evans había llegado. Me había olvidado por completo de él. Pero era temprano para que llegase, apenas iban a ser las cinco de la tarde.
Comencé a hiperventilar y mis manos comenzaron a sudar.
Salí del estudio rumbo a la habitación de Melanie.
-Buenas tardes Carvajal ¿Cómo está Melanie? –pero fui interceptada por él. Bueno este día tenía que llegar tarde o temprano.
Me giré en su dirección fingiendo una sonrisa.
-Hola Evans. Meli está genial acabo de bañarla hace un momento ¿Qué tal el trabajo? –pregunté nerviosa.
-Va bien, todo como debe de estar–me dijo.
-Eso es fantástico, si me permites tengo que ir a bañar a Melanie –me apresuré a salir de su vista.
-¿No acabas de decir que ya la habías bañado? –preguntó sonriendo, claramente divertido.
Me di una cachetada mental y gestando una maldición me giré a él.
-Si… bueno creo que estoy un poco cansada me iré a dormir –dije.
Estaba a pocos metros de cumplir mi objetivo, casi podía “saborearlo” como dicen por ahí.
-No. No estas cansada y no irás a dormir. Lo que estás haciendo es evitar todo lo que pasó ayer.
Mis nervios salieron a flote, comencé a sentir mis rodillas temblar y mi respiración comenzó a acelerarse.
-¿Qué estás diciendo? ¿Por qué crees que lo que sucedió ayer ocuparía mi tiempo y mi mente? –pregunté encarándolo.
Su rostro me mostró una media sonrisa juguetona, su mano derecha se posicionó en su boca y de manera arrogante me miró. Divertido ante mi situación, me moría de vergüenza. Recordando todo lo que ayer había ocurrido y no me refería a nuestro encuentro sexual.
ESTÁS LEYENDO
Adoptando Un Futuro
Random¿Qué dirías si te preguntaran un día que gracias a una bebé ibas a encontrar al amor de tu vida? Normalmente dijeras que todo sería una broma, ¿cómo ibas a encontrar a tu hombre perfecto gracias a una bebé?, pero ¿qué tal si todo eso fuera cierto? ...