PRÓLOGO

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Camino por el pasillo mirando el techo.

Hace unos minutos me encontré con Chase en la cosina, para avisarme que mi padre quería hablar conmigo.

Me detengo frente a la puerta de su despacho.

Tocó la puerta y en enseguida es abierta por mi padre.

Arthur Kershaw.

—Chase me dijo que querías hablar conmigo. —él da media vuelta para terminar de guardar el unos cuchillos en la correa de sus pantalones.

—Los vigilantes me llamaron —los vigilantes, así es como le llamamos a los guardias que vigilan los límites del territorio—. Dicen que encontraron el cuerpo de una chica cerca de los límites.

—¿Una chica? —digo confundido—. ¿Qué hace una chica en medio del bosque?, ¡Hay una tormenta ahí afuera!

—Por eso voy a ir a revisar, no creo que la lluvia la hubiese arrastrado hasta acá, estamos a las afueras de la ciudad.

Guarda una pistola en su pantalón, se voltea y continúa.

—Necesito que me acompañes, ya que pronto serás el próximo... —no puede continuar, ya que la puerta es abierta abruptamente.

—¡Señor, la chica está perdiendo el pulso!

—¿Qué?, ¿por qué? —pregunto yo.

—Al parecer tiene hipotermia, y creen que se debe a que lleva horas bajo la tormenta.

—Diles que la mantengan con pulso, y que ya vamos para allá.

—Si señor. —dice y se va.

—Ve por tú cosas que en dos minutos salimos

—Esta bien.

Trás decir eso doy media vuelta y salgo del despacho de mí padre.

Una vez en mi habitación, empiezo a preparme.

Me amarro unas correas en los muslos, y las otras en la cadera.

Las lleno de varios cuchillos pequeños, algunas dagas, y una 9milimetros.

Por último me pongo mis botas de combate.

Y salgo en busca de mi padre.

E S C A P E ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora