Después de esta semana, el preciado fin de semana llega al fin. Con pereza, el tío Toshinori me levanta de la cama para desayunar unos buenos gofres que él mismo ha preparado. Bajo hasta la cocina junto a él, para comer finalmente su obra maestra. Esta semana en la escuela ha sido bastante tranquila, y poco a poco voy conociendo a mis compañeros un poco mejor. Kirishima es quien me cae mejor de todos, junto a Jirou, aunque todos tienen su encanto de alguna forma... menos Bakugou.
Y hablando de Bakugou, me dijo que este fin de semana quería entrenar conmigo, pero no sé como piensa que sepa dónde y cuándo se tiene que hacer el entrenamiento. Niego con mi cabeza mientras llevo otro trozo de gofre a mi boca, muy indignada.
—¿Y qué harás hoy? —el hombre come también de sus gofres— ¿Irás de compras o algo?
—No, iré a entrenar por mi cuenta. —sonrío, con mis mejillas hinchadas por los gofres— ¿Puego?
—No hables con la boca llena. —ríe, y asiente con la cabeza— Claro que puedes entrenar, no voy a obligarte estar dentro de esta diminuta casa siempre.
—Gracias, tío Toshinori. —acabo mi desayuno— ¡Iré a ducharme!
El rubio asiente con la cabeza, y no tardo mucho más en ir al cuarto de baño para darme una buena ducha. Siempre dejo mis pensamientos volar en cuanto estoy bajo el chorro de agua. Lo primero que viene a mi cabeza es, ¿por qué yo? Ese tal Bakugou no tiene pinta de ser alguien muy "cooperativo" que digamos, y entrenar con él suena más un suicido que una ayuda. Suelto un suspiro junto el cristal de la ducha, la cual se empaña de bao.
Salgo del baño para ir a mi habitación y vestirme con mi ropa de entrenamiento. Seco mi pelo con un pequeño secador, y en cuanto estoy lista bajo nuevamente al primer piso. El tío Toshinori lee el periódico tranquilamente, e inevitablemente una sonrisa se esboza en mi cara. Suelto un pequeña risita al verlo tan tranquilo, y me acerco a él con las manos en la cintura.
—Me voy. Llámame por teléfono si necesitas algo. —abro la puerta de casa— ¡Nos vemos!
—¡Ten cuidado, _______!
Asiento con mi cabeza y me despido finalmente de él. En la puerta de casa, ya afuera, me estiro soltando un pequeño bostezo. Con energías de sobra, comienzo a correr, colocando mis auriculares y música. Por suerte, en este vecindario no vive mucha gente al estar tan alejado del centro, pero para mi eso es perfecto. Continuo corriendo por las solitarias calles, hace un día perfecto, día nublado, pero con nubecitas blancas y rayos de luz se cuelan por los huequitos de estas.
Empiezo a disminuir el ritmo de mis pies al llegar hasta una especie de vecindario fantasma. Miro el alrededor bastante sorprendida, sin poder creer las cantidades de casas que hay abandonadas, ¿ocurrió algo aquí? Las casas están en un estado deplorable, pero aún así, la curiosidad me puede y me detengo delante de una. Wow, las casas aquí en Japón son muy diferentes a las de Estados Unidos, o al menos a las que habían donde vivía antiguamente.
En una de las mucho farolas que hay abandonadas allí, un papel muy descolorido cuelga de ahí. Con cuidado lo quito, tratando de descifrar qué demonios pone. "FAMILIA SHIMURA... MASACRE". ¿Esto de que año es? Parece ser bastante antiguo. Aún curiosa por ello, guardo en uno de mis bolsillos aquel papel, seguro esto me servirá para buscar más información online.
Después de mi pequeño descanso, continuo con mi pequeño trote. Si sigo corriendo al final me cansaré, así que prefiero no correr demasiado por el bien de mi cuerpo y pulmones.
Llego hasta un gran río, el cual conecta con un puente al centro de la ciudad. Aaaah, este lugar es perfecto para estirarme y entrenar un poco. Pero, en la lejanía, observo una figura muy conocida, el rubio chillón.
ESTÁS LEYENDO
Corazones explosivos - [Bakugou y tú]
Fiksi PenggemarCuando dos personas totalmente distintas se conocen, es normal que no tengan muchas cosas en común. Y así es con el caso de nuestra protagonista y Bakugou. Pero el tiempo puede cambiar a las personas, y el roce también. Cuando dos polos completamen...