MILLIE | Hasta donde pueden llegar las mentiras

I N T R O D U C I Ó N

—Con mucha más razón deberíamos hacer algo con ella— El director de la universidad no dejaba de inquietarse al hablar con el padre de Millie, tanto era su insistencia de verlo que lo logró y ahora la tenia sentada escuchando como reprochaba todos sus malos comportamientos frente a su padre, al parecer esta vez la encontraron consumiendo pastillas más conocidas como éxtasis, un tipo de droga muy conocida en su país, habia sobrepasado la paciencia del director y ahora tenia que cobrarse, bien claro en la mente del señor barbudo quedaba expulsarla pero su mente soberbia entro a su juego —Que le parece si hacemos un acuerdo— El padre de Millie parecía querer sobornar a el dueño de una institución y lamentablemente lo logró, Millie se encontraba sentada en una de las incomodas sillas de la oficina, viendo la pantalla de su teléfono el cual tenia puestos unos audífonos color celeste que conectaban el sonido de este con los delicados oídos de la chica, sin miedo a que le diga su padre pidió permiso para ir al baño y se lo concedieron.

—¿Planeas ignorarme?— Luka se encontraba detrás de la puerta de baño —¿Que haces acá? primero ya termino hace mucho rato las horas de clase y segundo es el baño de mujeres— Precia desconcertada tras ver como se acercaba a ella mientras lo seguía viendo por el reflejo del espejo —¿Estás sola o vienes con alguien?— Su pregunta era obvia pero ella no podía entender porque le pedía tal información —¿Vengo sola que quieres?— Una sonrisa se formo en el rostro de Luka, parecía que la noticia le agradase —Vengo a raptarte, hay una fiesta de piscina a pocas calles de acá ¿vienes?— Lo que habia dicho le llamó mucho la atención al parecer si quería ir pero habia mentido sobre lo de estar sola —Mmm— Miró hacia la oficina por ultima vez —Vale no tengo nada que hacer.