Capítulo 30
—Lo siento. —había dicho un segundo después con la voz un poco más calmada. —No quería decir eso es solo que...
—¿Estás bromeando? —lo interrumpió con cara molesta.
Maya no creía lo que escuchaba, jamás le había dado motivo alguno para que pensara algo similar de ella, definitivamente tenía un problema grave si esos pensamientos estaban rondando por su cabeza.
Dimitri la conocía bien y podía asegurar que jamás haría algo como eso, era capaz de meter las manos al fuego por ella. Sí, Maya era la mujer más pura y sincera que había conocido, pero estaba tan asustado que simplemente las palabras habían salido de su boca sin pensarlo.
—Te dije que lo siento, no sé porque lo he dicho es solo que ya no sé lo que digo. —su mirada se había suavizado un poco. —Estoy muy molesto por todo.
Era cierto en algunas partes, porque era hombre y sabía que Erick quería otra clase de cosas con ella, solo que Maya era demasiado buena para notarlo.
—¿Te has puesto a pensar en cómo estoy yo? —dijo mientras alzaba la voz haciendo que los vecinos voltearan a ver la escena. —Nada de esto es fácil, Dimitri, debes entenderme.
—¡Lo hago! —aseguró con rapidez. —Claro que lo hago, Maya. Quizás ahorita estés un poco asustada, pero sé que todo pasará cuando por fin estemos juntos, como debe ser.
Maya negó lentamente. Estaban en distintas etapas de la vida, él al parecer ya tenía escrito la lista de cómo debían de ser las cosas y ella, no parecía querer hacer el esfuerzo por comprenderla.
No había forma de entender cómo Dimitri aseguraba que las cosas mejorarían con ellos viviendo juntos, es decir, ¿No lo notaba? Los problemas no pasarían con ese acto, es más, se incrementarían. No tenía ni idea cómo lograr hacerlo entender, pero parecía que no la estaba escuchando, que simplemente estaba cerrado con la idea de vivir juntos sin importar sus alrededores, ni lo que ella pudiera llegar a sentir con eso.—Mejor vuelvo a la mesa. —dijo un poco cansada de todo notando cómo la conversación estaba un tanto perdida. —No quiero más problemas.
Su novio asintió colocando las manos en sus mejillas y dejando una delicada caricia, ella lo observó sin ganas, con una mirada sumamente cansada.
—Ya verás que todo pasará pronto, mi amor. —besó su frente con delicadeza, un beso que cerraba la conversación, no le gustaba esa clase de besos, sin embargo, no se lo hizo saber. —Te amo tanto. —la miró a los ojos, los de él se habían oscurecido. —Me amas, ¿Cierto?
Maya asintió con la cabeza sin decir una palabra, sintiendo como su pecho se cerraba por la ansiedad que todo le causaba. Lo observó marcharse y sus nervios se alteraron a mil.
¿Cómo podía hacerle entender las cosas? Dimitri estaba cerrado en lo que quería y ella sabía que nada estaría bien. No entendía cómo él podía decir eso con todo lo que tenían encima, parecía que no lo notaba o que simplemente lo ignoraba de manera desvergonzada. ¿Ella quería irse con él? Sí, o bueno, no quería perderlo y sentía que si no lo hacía lo perdería para siempre de alguna manera, lo amaba más que nada en el mundo y pensar en eso hacia que un miedo insoportable se instalara en su pecho, quizás Dimitri si tenía razón después de todo.
El resto de la cena pasó bajo un silencio absoluto. Uno muy incómodo que fue interrumpido cuando Gustavo decidió dejar tirada su comida de mala gana y se marchara a su habitación dando un portazo. Su padre estaba demasiado molestó y Maya sentía que tenía todo el derecho de estarlo. Es decir, era su padre y ella, aunque no le gustara la palabra, era una niña todavía, una que aún estaba bajo sus cuidados, bajos sus normas y para que eso cambiará faltaba mucho.
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Punto débil © (Versión Corta)
Romance-No te entiendo. Los ojos de la joven se llenaron de lágrimas. Él soltó una fuerte carcajada. Rompió su corazón lo sabía, pero daba igual, eso era lo que ella había conseguido con sus acciones. -¿Enserio no lo notaste? -preguntó con burla. -¿Eres...