Cuando más me hagas falta...

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En medio del silencio su ausencia se revela presente. Presente en el ambiente, en mi mente y en tus ojos; ojos que brillan y no de alegría, que se enrojecen y no de atardecer; ojos que deslumbran en el roce de un rayo de luz y las lágrimas que aferradas a ti, cuelgan de tus pestañas.  

Las mañanas jamás me habían parecido tan melancólicas, la luz nunca fue tan insuficiente, te miro, a sabiendas de que en ti encontraré más del sufrimiento que me aqueja.

Jamás deseaste tan fuerte que el tiempo regresará, lo entiendo, pienso igual, y es que la realidad nos limita tanto, todo es tan seco, tan frío, jamás fui tan infeliz como ahora que vi mi falta libertad —¿Porque no puedo verle de nuevo? — ¡Carajo que alguien me reponda!

Siempre lo asumi inevitable pero hoy, hoy el mundo es un poco más gris y la vida un poco más triste, más real y yo un poco menos libre. Si fuese libre, si fuese menos real, jamás me habría alejado de el, jamás le habría soltado, todos esos momentos que pensé en sujetarle por siempre sería ciertos, porque  ¿Que de ciertos tiene los recuerdos? Nada, no si no lo tengo.

Intente olvidarlo, intente conversar pero mi voz no es lo que querías escuchar, lo se, lo leí en tu falta de palabras. En parte me alegró que no respondieras, ojalá nadie me responda de nuevo, o podría olvidar su voz.

El jamás estuvo tanto en mi cabeza como lo está ahora que no puedo tocarlo, parece que desapareció a mi tacto y se aferró al mundo a través de mi mente, ¡Dios mío, dime qué es así, dime qué en mi hay aún un poco de el!

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2020 ⏰

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Si un día no estás abrazameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora