Problemas En El Mundo

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—Maldito Haru ¡maldita sea! ¡¿Por qué eres tan idiota?! —mientras más nos acercábamos al área tras los maltratados dormitorios, más fuerte se escuchaban los perjurios en mi contra—. Yo creí que... ¡Ahhhg!

Los chicos me miraban confundidos y Math, que conocía un poco más el contexto, se reía.

—¿Le hiciste algo a Raven? —preguntó Tsuyu.

—Sólo ser él mismo —Math se encogió de hombros y ella asintió como si fuera la explicación más convincente del mundo.

—Ahora entiendo todo ¿por qué no vas a hablar con ella?

—Si, ve —enserio ¿por qué sigo juntando a esos dos?

—Porque no quiero morir.

—Heredame a Gleam.

—Y yo quiero a Kuro ¡es tan lindo!

Prácticamente me empujaron hasta que no me quedó más remedio que avanzar.

—¡Tonto! ¡Tonto! ¡Idiota! —la gótica en cuestión, se encontraba azotando un cuchillo sobre una pila de carne.

Tengo miedo... Pensé para mí y hablé nervioso.

—Raven.

—¡Haru! ¿Estabas allí? —se sorprendió.

—En realidad, me alegra más estar aquí que allá —señalé la carne destrozada.

—Yo ammm... Vi la carne y las cosas, así que mientras llegaban, traté de ayudar fileteandola, pero creo que no lo hice bien.

Yamil fue muy amable; en el área rocosa con el pasto medianamente crecido tras los dormitorios, ya había un gran anafre con carbón, una mesa improvisada con un tronco y la carne con algunas bebidas... Obviamente robadas del área de cocina.

—¿Bromeas? Parece la escena de un crimen.

—Lo siento —su semblante se volvió oscuro y yo traté de mantener la calma.

—¿Sucede algo malo?

—No, nada.

—¿Segura? Porque siento que fui asesinado unas cuarenta veces —lentamente me acerqué, ella aún tenía el cuchillo.

—Segura, espera... ¿Escuchaste todo?

—Creo que todos a cincuenta metros te escucharon.

Ella se volvía cada vez más desanimada.

—Soy medio idiota para algunas cosas, así que a veces digo tonterías —por supuesto que no sot idiota; soy un maldito genio, pero ella tenía el cuchillo...—. Así que, si dije algo que te molestó, me gustaría que me dijeras —y finalmente se lo quité con un gesto amigable.

—Es sólo que, con todo lo que pasó en la ciudad y luego el entrenamiento... Antes de eso los topos; cada vez que creo que nos estamos acercando, pasa algo.

—¿Acercando?

Ella se mostraba dudosa cuando pregunté.

—Si, y ahora, tras tanto tiempo de no verte; justo cuando sentí que tomaste la iniciativa de conocerme... Resultó que sólo querías reclutarme junto a los demás... Me molesté por creer que te intereso.

—Claro que me interesas; salvo por lo violenta, eres una muy buena amiga.

—¡No hablo de eso! —se exaltó y dio un paso hacia mí—. Haru, eres auténtico, divertido... Algo idiota, pero eso me parece lindo en ocasiones.

—Gracias y te odio.

Ella rió por mi comentario.

—Hablo enserio; tú eres el único en el grupo que de verdad me agrada. No me viste menos ni tenias dobles intenciones cuando nos conocimos.

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