2.

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¡Bip, bip, bip!

La alarma resuena con insistencia, como si cada pitido fuera más fuerte que el anterior. La odio.

Apenas he podido pegar ojo, estoy nerviosa por todo lo que va a pasar hoy.

Me levanto y me voy al baño a acicalarme.

Elijo un conjunto simple pero mono para enfrentar el primer día.

Cojo mi mochila y la bolsa de deporte donde guardo la ropa para jugar a basket.

     —¡Buenos días! —le digo a mi padre cuando entro en la cocina y le doy un beso en la mejilla.

     —Buenos días cariño. ¿Preparada para el primer día de clases? —mientras me deja un café con leche y unas tostadas encima de la mesa.

     —Estoy un poco nerviosa aunque también ansiosa por saber que me va a deparar el día. —admito. —Cuando acabe las clases voy directamente al gimnasio, ¿no?

     —Si, pero tranquila, seguro que antes conocerás a las chicas del equipo. —me dice.

     Una vez terminado de desayunar, vamos hacia el coche para poner rumbo hacia el instituto, que se tarda unos 15 minutos.

     —Luego te veo —se despide mi padre mientras vuelve a arrancar.

     Suspiro hondo y entro en el edificio.

     Con la mirada busco un cartel que ponga «secretaria», lo encuentro y voy hacia la puerta.

Toc Toc

Doy unos golpes suaves, casi tímidos, que resuenan en la madera.

     —Adelante —dice una voz detrás de la puerta.

     —Hola, soy Victoria Hudson —me presento.

     —Oh, eres la nueva, la hija del entrenador Matthew, ¿no?

Asiento.

     —Bien, aquí tienes tu horario, ahora tienes clase de biología, es la primera puerta a la izquierda. Tu taquilla es la 168. ¡Que pases un buen día! —-me dice rápidamente.

     Le respondo un gracias y siguiendo sus indicaciones me dirijo a la primera clase.

Llamo a la puerta y me recibe una señora no muy mayor.

Me examina de arriba abajo y cuando sus ojos encuentran los míos, sonríe, de una manera exagerada diría yo.

     —Victoria, ¿verdad? —pregunta, pero antes de que pueda contestar me coge de la muñeca y me adentra en la clase.

     —Chicos, tenemos una nueva compañera, se llama Victoria y viene desde España. Por favor, solo os pido que os comportéis. —me presenta. Acto seguido me indica con la cabeza que me siente.

Busco con la mirada un sitio libre y el único que encuentro es al lado de una chica, bastante mona por cierto. Me dirijo hacia allí.

     —¿Puedo? —le pregunto en voz baja.

     —Claro. Encantada, soy Grace y ellas son mis mejores amigas —me recibe animada.

Son tres chicas más.

     —Yo soy Mia, encantada, me encanta tu pelo por cierto. —se presenta una chica pelirroja, con tez blanca y pecas.

     —Emma, encantada —me dice una rubia de gafas.

     —Y por último pero no menos importante, Kayla —se presenta la última, una chica con tez morena y un pelo rizado impresionante.

     —Encantada chicas —les respondo con una sonrisa sincera. Agradeciendo por dentro el que me hayan acogido de esta manera.

Gracias al baloncestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora