XIX

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Carcajadas inundan el salón de Hugo. La castaña y él llevaban el día ahí metidos, ninguno de los dos sería capaz de explicar que habían hecho, nada relevante, simplemente las horas habían pasado entre risas, como dos amigos, aunque los labios de ambos se habían encontrado en diversas ocasiones; pero eso era su "secreto". Un secreto que no tenían necesidad de explicar a nadie aunque las amigas de Anaju lo supieran.

-Pero enséñame el final por favor. -Anaju estira su brazo intentando quitarle la libreta a Hugo de las manos, pero el chico se lo impide.

-Que no te voy a enseñar el final. -Hugo es firme respecto a su decisión y cierra la libreta que tiene entre manos.

-Pues que sepas. -La castaña lo señala con el dedo índice-Que cuando te hagas famoso y esta canción sea un exitazo, te voy a pedir derechos. Por el verso que te dije el otro día.

-Su, su. -Articula Hugo poniéndole morritos.

La castaña se cruza de brazos y le gira la cara en señal de enfado. Sus manos se buscan, la necesidad de contacto físico entre ambos cada vez es mayor. Hugo repasa sus dedos, uno a uno, los acaricia como si solo con tocarlos los pudiera romper, como si la pudiera romper. Él era consciente de que eso no iba a suceder, porque si uno de los dos era fuerte, esa era ella. Ambos jugaban como si de dos gatos se tratara, ajenos a lo exterior, ajenos a los problemas, ajenos a la realidad. Porque cuando eres capaz de evadirte con alguien, haces todo lo posible para que eso no termine ya que pocas veces eres capaz, pocas veces te permites sentir de verdad aunque lo niegues, aunque solo lo sepa tu corazón. Los labios de Hugo se dirigen a las manos de la castaña y las besa con la misma suavidad con la que las estaba acariciando hacía un momento.

-Te la enseño si me perdonas. -Hugo la mira con cara de niño pequeño. La chica sonríe y se lleva su dedo índice a la barbilla fingiendo que piensa.

-Te perdono si me enseñas la canción.

- ¿Me explicas por qué siempre ganas tú? -Se cuestiona Hugo mientras coge la guitarra y abre de nuevo el cuaderno con las anotaciones.

...

Susurros, suspiras, posturas divinas

A que no adivinas lo que va a pasar

Tú abajo yo arriba, tú arriba yo abajo

Las sabanas limpias se van a ensuciar

Y si te digo quien te va a sujetar cuando tropiecen tus pies

Soy yo, soy yo, soy yo

Me da igual lo que seamos,

Lo importante es que nos pesamos

Y soñar que nos besamos

La vida se acaba muy temprano...

- ¿Puedes dejar de ser un artista por un ratito y ser una persona normal? -Anaju finge indignación a la cual el rubio reacciona con timidez - Me encanta.

-Gracias-El chico le agradece el apoyo, le encanta verle la cara de ingenua cuando le está cantando a ella porque aunque según él la inspiración no tiene dueña, Anaju había sido la suya para escribir esto.

Las frentes de ambos están unidas, Anaju poco a poco se hace un ovillo quedando los brazos del rubio alrededor de su cuerpo. Sus labios no tardan mucho en unirse y sus lenguas comienzan a danzar en la boca del otro. Las manos se pasean por la cara, cuello, nuca y espalda sin saber muy bien donde posarse, como si en esos momentos sobraran. Pero como ya he explicado varias veces, lo único capaz de romper la intimidad que ambos creaban, era la realidad. La realidad era su aguja personalizada y una vez más, hace acto de presencia en la historia de los dos.

En el salón notan la presencia de alguien, ya no están solos. Eva y Rafa se encuentran parados, mirándolos, ella con una expresión similar a la que pondría si hubiera visto un fantasma. No se creía lo que sus ojos veían y es incapaz de reaccionar. Su mente divaga a su amiga, la chica la cual fue dejada hacía menos de tres semanas por el rubio que estaba besando a la castaña en ese sofá. Su amiga, esa que aun lloraba algunas noches por la ausencia del chico. Las palabras suben por la garganta de Eva como si de un volcán a punto de entrar en erupción se tratara.

- ¿Tú ves esto normal? -Eva se dirige a Hugo pasándose las manos por el pelo. -Que rápido se te olvida todo, que rápido se te ha olvidado la chica a la que le decías la mujer de tu vida. ¿Ahora es ella la mujer de tu vida? ¿Vas a hacer lo mismo que con Aurora? Cuando te canses de ella la mandarás a la mierda, le dirás que no funciona y vuelta a empezar.

-Eva te estás equivocando mucho. -Hugo intenta mantener la calma ante el brote de Eva.

A todo esto Rafa se mantiene impasible y a Anaju se le está empezando a embotar la cabeza. ¿Hugo tenía novia? ¿Por qué no la había mencionado nunca? ¿Cuándo lo habían dejado? Miles de preguntas se le pasan por la cabeza, fugaces.

-Dime Hugo. ¿La engañaste con ella? ¿Dejaste a la chica que te ayudó en todo lo que pudo por alguien que acababas de conocer? Se te tendría que caer la cara de la vergüenza. Es muy injusto lo que le has hecho a Aurora, ella no se lo merecía. -A Eva le caen las lágrimas por las mejillas, impotencia pura y dura. Bien sabía la chica de los ojos azules lo mal que lo estaba pasando su amiga. -Y tú-Esta vez se dirigió a Anaju. -No te hagas ilusiones porque en cuanto se canse de ti te dará la patada, como a todas.

Eva desaparece del salón llorando y sin articular palabra Rafa va tras ella intentando tranquilizarla. Los ojos de Anaju se encuentran cristalinos y brillantes y lágrimas amenazan con salir.

-Me voy. -La castaña se levanta lo más rápido que puede del sofá y se dirige a paso acelerado a la puerta cerrando con un portazo. Hugo tarda unos segundos en reaccionar, no se podía creer la que se había liado en cuestión de minutos. Una hostia de realidad y Anaju había desaparecido. El castillo de arena construido poco a poco, quedó destrozado por una ola de verdad dejando solo los cimientos, volviendo al inicio de todo.

Hugo sale corriendo tras la castaña la cual ya se encuentra saliendo por el portal.

- ¡Ana Julieta! -Hugo la llama elevando el tono para que lo oiga.

La chica se voltea y lo ve, así que se para a esperar que llegue hasta ella.

- ¿Qué quieres? No me apetece hablar.

-Perdón por lo de Eva, ella...

Anaju lo interrumpe antes de que Hugo pueda terminar la oración.

-Da igual, no importa, déjalo. -Anaju se voltea para continuar su camino hacia casa pero el rubio la para agarrándola del brazo

-No Anaju, hablemos. Por favor.

- ¿Quieres que hablemos? Hagámoslo. ¿Por qué yo no tenía ni puta idea de la existencia de Aurora? ¿Y por qué no sabía qué lo dejasteis hace menos de un mes? ¿Hemos estado liados mientras estabas con otra Hugo? Porque si es así y la has estado engañando conmigo te juro que no me lo voy a poder perdonar en mi vida. Porque tu quizás no tienes ni idea de lo que es sentirse traicionado por alguien a quien quieres, pero eso no significa que los demás no sepamos como se siente. -La lengua de Anaju es lasciva y cada palabra que suelta se le clava en el pecho a Hugo como si fueran dagas.

-Deja que te lo explique. Sube a casa y te lo explico todo pero por favor, sube.

-No Hugo. -Anaju niega con la cabeza y es consciente de que las lágrimas ya habían comenzado a brotar y un llanto incontrolable amenazaba con impedirle hablar. -No quiero tus explicaciones. ¿Sabes por qué? Porque no me debes nada, no me debes niguna explicación porque nunca hemos sido nada y nunca lo seremos.

La castaña se va sin darle si quiera la oportunidad de replicar quedándose parado frente a su portal, luchando contra sus demonios solo y perdido en una realidad gris y opaca.

Luces de neón || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora