Capítulo 1.

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EMILIA:

Era un día normal en mi vida, me levante de la cama, con sueño, y fui al baño a lavarme la cara llena de rímel corrido que me puse la noche anterior para una fiesta el cual no me quite antes de dormir. Baje a desayunar todavía con un poco de rímel debajo de los ojos y me encontré a papa leyendo el diario de esa mañana. Siempre nos llega el diario temprano por la mañana y papa lo recoge de la puerta de la casa. Él tenía una bata azul arriba de su viejo piyama negro que al parecer tenía desde antes de casarse con mama ya que le quedaba un poco chico y tomaba café recién hecho. Mama no estaba despierta todavía ya que le pregunte a papa sobre ella y me dijo que estaba en la cama leyendo la Biblia. Lucrecia, mi mama, se hizo católica hace un par de años después de que mi abuelo murió y fuimos a su funeral. Lleve un vestido negro con zapatos de charol negros que me había comprado para ir al nuevo colegio en el que mi mama me inscribió. Ella y mi abuela Nancy, lloraban desconsoladamente, lo que es obvio porque a los funerales uno no va por la comida como con los cumpleaños de 15, sino que va a llorar con los parientes y a recordar las cosas maravillosas (o no tanto) que hacia la persona fallecida.

Me serví una taza grande de café, porque tenía mucho sueño y sabia que no iba mantenerme de pie si no lo hacía. Tomo café desde que tengo 6 años según mis parientes. Ellos dicen que yo iba a una cafetería y pedía un lagrima con medialunas saladas, ya que en ese tiempo no me interesaban mucho las cosas dulces como tortas, dulces caseros y esas cosas que las mamas preparan, así que desde ese día que yo probé el café, no me pude despegar de él.

En el desayuno estuvimos callados, mi papa leía y leía, y yo tomaba mi café sin decir nada. Luego bajo mi hermano, Martin, despeinado y con cara de zombi. Dijo que había estado estudiando toda la noche para un súper examen que tenía el lunes, pero yo no le creí nada, pero no estuve en casa anoche, así que no puedo decir nada. Mis papas no sabían que fui a la fiesta, creían que fui a casa de mi mejor amiga Catalina y yo creo que se enteraron y por eso es que mi papa estuvo tan callado en el desayuno. En fin, cuando mi hermano bajo, se incorporó en la silla y a mí me sonó el celular, era un mensaje de Tomas, mi novio de la preparatoria, yo estoy en tercero y el está en cuarto, es alto, morocho de ojos marrones y extremadamente atractivo. Creo que me gustan los chicos más grandes porque mi primer fue Zack Efron, cuando lo vi en una película muy famosa para niños llamada High School Musical, me enamore de el.

 El mensaje decía: -Emilia, qería decirt que esto ya no puede segui mas,., me refiero a nuetra relacin, no so ovs, soy yo, vah en realida es esa nuva chica de la prepratoriaa que est tan fuerte que si pogo un hielo sobre sus tetas se deretiría en uno segudos. Beno espero que tengs un lido dia y que te divietas musho!! Yo,, Tomas.

Eso me destrozo hasta el último pedazo de corazón que tenía, él debía estar ebrio porque el mensaje tenia tantos errores que hasta un niño se espantaría. Pero bueno, mis sospechas eran ciertas… estuvo saliendo con Hanna. Subí a mi cuarto, llorando.

Me acosté en mi cama con la cara en la almohada y llore lo más fuerte que pude esperando que mama no me escuchara, no quería que se preocupara y mucho menos papa. No lo podía creer cuando leí el mensaje de Tomas, él estaba terminando conmigo por una chica nueva de primero que al parecer tenia tetas de fuego. Yo lo amaba tanto que deje mi otra escuela cuando lo conocí, y me cambie a la preparatoria en la que él estaba para que pasáramos más tiempo junto. Fue difícil, porque yo tenía amigas y amigos allí, pero me sacrifique por nuestro amor que pensé que sería eterno, pero se ve que me equivoque, porque este tipo te cambia como si fueras una figurita.

#Inicio FlashBack#

La chica por la que me dejo, Hanna, es estudiante de intercambio desde Italia. Tiene el cuerpo que todas quisiéramos tener a nuestra edad de 16 años, y ella solo tiene  14 y tiene ese cuerpazo. Y por supuesto que todos los chicos se le abalanzaron como helado de chocolate en un día de mucho calor. Hanna se aprovechó de eso y comenzó a interesarse más por los chicos más grandes –es lo único que tenemos en común ella y yo- y cuando se dio cuenta de Tomas la miraba todo el tiempo, se acercó a él más que a nadie, pero lo peor fue que cuando los vi juntos charlando ese día, me acerque a ellos y tome a Tomas de la mano, le di un beso largo en la boca, y le dije:

Mr Perfection & Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora