4. Las hermanas mes.

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- No sabes cuánto, hermanita. ¡Qué bien que estés aquí!- dijo Abril mientras la abrazaba. Por fin las dos juntas. Sanas y salvas.

- Vaya locura de viaje, Abs. No te lo puedes imaginar, ¡el peor vuelo de mi vida te digo! Un hombre enorme y sudoroso iba a mi lado y... Abril, ¿quién es este chico?

- Este chico es Nic, vive en el piso de enfrente. Nic, mi hermana Julia.

- Oh, venga ya. - exclamó Nic - ¿Qué les pasa a vuestros padres con los meses?

Las chicas se miraron y empezaron a reírse a carcajadas. Cuando pensaron en sus nuevos nombres no se dieron ni cuenta de ese detalle.

- Y da gracias a que no fui chico y me llamaron Julio.

- Bueno, encantado Julia.

- Lo mismo digo. Ah y puedes llamarme Juls. Bueno, como ves soy la hemana más guapa, simpática y divertida.

- Y la más vieja - replicó Abril.

- Sólo son dos años más, graciosa. ¡Por dios, que no tengo canas!

- Todavía - susurró su hermana entre dientes.

- Bueno aún así tampoco era muy difícil superar a Abril. ¿Qué te puedes esperar de un mes que sólo trae alergias y lluvia?

- OYE QUE SIGO AQUÍ.

- Me cae muy bien este chico - anunció Julia agarrándose a su brazo.

Los tres chicos, como si fueran amigos desde hace años, pasaron el resto de la tarde terminando de amueblar el ático.

- Y entonces, ¿vas a vivir aquí con tu hermana?

- Pues sí, es el plan. Al menos hasta que no la soporte más y tenga que matarla o mudarme - bromeó Julia.

- Pero si te encanta estar conmigo, deja de hacerte la interesante. Además, va a empezar a trabajar de profe en un colegio de aquí cerca.

- Osea que profesora. ¿De qué? - preguntó el vecino.

- He estudiado magisterio de primaria y daré inglés. Bueno, basta de preguntas. Esto ha quedado muy bien, nos hemos ganado un descanso.

- Sí, igual debería irme ya, es hora de cenar - comentó el chico.

- ¡¿Qué dices?! Cenas con nosotras. Además, te debo una cerveza. Yo pago mis deudas - dijo Abril empujando a Nic hacia la cocina.

Los nuevos amigos tomaron unas pizzas y unas cervezas. Hablaron, bromearon y rieron hasta las dos de la madrugada y habrían seguido así toda la noche.

- Bueno chicas, será mejor que me marche ya. Tendréis muchas cosas de las que hablar sin un intruso de por medio.

- Que sepas que ya no eres ningún intruso. Para mi ya eres mi amigo. Poner tornillos crea unos lazos irrompibles - aseguró Abril, acompañándole a la puerta.

- Ya, cierto. Es algo que poca gente consigue. No, pero ahora en serio. Siento como si te conociera de toda la vida, me lo he pasado muy bien hoy.

- Yo también y gracias otra vez. Si necesitas algo ya sabes dónde estoy, bueno, estamos.

- Gracias, vecina. Buenas noches.-contestó con una de sus increíbles sonrisas - ¡Adiós, Julia!

- ¡Adiós, Nicolás! - gritó Julia desde el salón.

Una vez a solas las hermanas se pusieron al día como si huciera años que no se veían, cuando en realidad habían pasado dos semanas.

- Creo que es hora de que veas tu cuarto.

Abril condujo a Julia a una habitación de la planta baja que todavía no le había enseñado.

- Wow Abs, esto es precioso.

- Iba a esperar a que llegaras para elegir todo a tu gusto, pero pensé que estaría bien darte una sorpresa. ¿Te gusta?

- ¿Estás de broma? ¡Me encanta todo! - exclamó eufórica lanzándose sobre su cama nueva.

- Me alegro, hermanita.

Ambas se quedaron tumbadas mientras Abril acariciaba el pelo a su hermana mayor. Era realmente guapa. Su pelo era rubio como el de ella, aunque algo ondulado, y sus ojos color miel. Ella siempre se quejaba de que los de Abril eran verdes, pero no tenía nada que envidiarla.

Poco a poco, el sueño se fue apoderando de ellas. Abrazando a su hermana, Abril se quedó dormida con la sensación de que, ahora sí, estaba en casa.

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⏰ Last updated: Apr 16, 2020 ⏰

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