Harry Potter el niño que vivió ahora también era quien venció.
Luego de tocar la copa y ver revivir a Voldemort. Se las arreglo para pelear contra este mismo y llamar a la orden del fénix en el proceso. Llegaron no solo los miembros si no que también más magos a pelear. Fue un caos. Pero Harry logro vencer. Matando al señor oscuro frente a todos.
La noticia se esparció, todo el mundo mágico se entero. Aquel verano fue un verdadero dolor de cabeza. Entrevista tras entrevista. Incluso tuvieron que esconder al chico para que le dejarán en paz.
El mismo ministerio le agradeció y le reconocieron como un héroe. El propio ministro lo apoyo.
El mundo mágico parecía celebrar la caída del gran ser oscuro. Todos reían, sonreían y disfrutaban su vida. Los pocos mortífagos que quedaron tuvieron juicios. Uno tras otro recibieron condena.
Una vez que el verano termino, Harry podía volver a Hogwarts lugar en el que al menos los reporteros no le estarían persiguiendo. Era obvio que recibió respeto y cumplidos por todos sus compañeros. No solo de su propia casa, sino que también del resto de estudiantes del castillo. A excepción de la casa evidente. Las serpientes no le odiaban, pero era obvio que no le iban a felicitar. Sin embargo tampoco se metían con el, ni siquiera el mismo Draco Malfoy.
Eso fue un alivio. El año escolar empezó bien.
Era algo tedioso ser perseguido por muchos alumnos que le admiraban, pero Albus advirtió que dejarán de hacerlo y le tratarán como un estudiante más. Pues sabía que eso era lo que Harry quería.
Así que ante la gran amenaza del director los demás poco a poco dejaron de seguirle. Y pronto el trío de oro empezó a caminar tranquilos por los pasillos. Ron feliz por tener al fin un año tranquilo y Hermione alegre de poder estudiar sin preocuparse de que su amigo corriera un peligro de muerte como en años anteriores. Todo tomaba su curso, todo comenzaba a estar tranquilo.
Pero el chico de ojos esmeralda tenía un plan...
Apenas había pasado un mes desde que entraron cuando algo comenzó a suceder.
Dicha cosa no pasó desapercibida ante los ojos negros del profesor de pociones.
En su clase se había dado cuenta de que un par de esmeraldas se le quedaban viendo fijamente durante la hora que duraba la clase. Pero en cuanto le devolvía la mirada, el dueño de aquellos ojos desviaba su atención por fin a su caldero. Le parecía extraño. Tal vez el muchacho aún pensaba que no podía confiar en el o probablemente el lado James al fin despertaba en su interior y le miraba solo para tramar como molestarlo.
Aunque no creía a Potter con el valor de hacer una travesura en contra de un profesor. Y menos a el, sabía que todos los alumnos le temían. Era el maestro más odiado en todo el castillo.
Pero entonces, una semana después de solo miradas, noto que el chico ahora había dado otro paso. Por lo que veía traía una pluma, si no mal recordaba aquella era muggle. Suponía que el chico la trajo de su casa por el pasado verano. El lugar de dónde la había conseguido no le importaba mucho. Más bien su atención se centraba en ver qué aquel chico le miraba mientras tenía la pluma tocando sus labios, acto seguido le vio morder la punta en dónde se encontraba la tapa con levedad. Incluso le vio lamerla un poco de forma tímida.
Joder, si no conociera a Potter pensaría que el chiquillo le estaba coqueteando.
Pero aquello era imposible de pensar. El niño no tenía porque estarle coqueteando, le odiaba por el trato que le estuvo dando desde el primer grado. Incluso si ese odio ya hubiese quedado atrás ¿Porque Harry Potter le coquetearía? Más bien que persona se fijaría en el. No se consideraba un hombre atractivo. Encima había escuchado rumores de que el chico el año pasado estuvo tratando de obtener la atención de una jovencita.
Todo aquello era tan extraño. Le dolía la cabeza de buscar la respuesta de lo que sucedía.
Y al parecer el destino le concedió dicha respuesta o tal vez el mismo muchacho se dio cuenta de que estaba siendo muy leve en sus coqueteos.
Pues durante la tercera semana desde que aquello había comenzado, el chico se comenzó a pavonear por el salón luego de que la clase terminará. Sabía que tenía la atención del maestro. Sabía que el le miraba.
Incluso llegó en varias clases a quitarse la túnica y el chaleco, abriendo un par de botones de su camisa. Todo eso alegando que hacía calor en dicha aula. Pero no había que ser demasiado listo como para darse cuenta que en realidad lo hacía para enseñar un poco de su cuerpo al profesor. Ya que solo lo hacía en su clase. Y Severus lo sabía bien.
Los coqueteos fueron más evidentes cuando en la cuarta semana cada que se cruzaban en un pasillo; El menor pasaba realmente cerca del profesor, tanto así que le rozaba el brazo con el suyo. Incluso un par de veces le rozo la pierna con su mano. El muchacho era sin duda un insolente. Pero por alguna razón jamás le detuvo, a pesar de que bien pudo darle un castigo alegando que desde que comenzó el curso estuvo acosando le.
Pero no lo hizo.
Aquellos coqueteos leves pasaron a ser más notorios, más atrevidos. Con cada semana que pasaba. Durante dos meses estuvo recibiendo las insinuaciones del joven.
Merlín, si James viera lo que su crío estaba haciendo y más específicamente a quien iba dirigido todo aquello, seguramente se levantaría de su tumba y volvería a morir.
Harry Potter tratando de llamar la atención de Quejicus.
Que horror.
Severus noto que aquellos coqueteos estaban siendo más directos cuando veía que él joven se re lamía el labio en su clase mientras le miraba. También había atrapado al chico recorriendo su cuerpo con la mirada, al comienzo fue algo incómodo pero tampoco lo evitaba. Aunque sabía que la túnica no era como que dejara ver mucho.
Y la sonrisa... No sabía cuándo empezó, pero un día noto como Potter le dedicaba sonrisitas cuando se daba cuenta que tenía su atención.
Al principio pensó en que era desagradable ver esa sonrisa que tanto le recordaba a James, le daba náuseas... Sin embargo a medida que pasaban los días y ponía más atención a aquellas sonrisas; Se dio cuenta que, de hecho, jamás había visto esa sonrisa dirigida a el. James solía sonreírle pero siempre con burla, se reía de el. Entonces ¿Porque recordaba a James sonriendo de la misma manera que su hijo?
Y entonces el recuerdo le golpeó tan bruscamente.
James sonreía de esa manera a Lily, cuando esté quería llamar su atención. Cuando ambos habían empezado a coquetearse y todo ello había resultado en... una relación.
¡Por Merlín! Harry James Potter estaba...
No. Claro que no.
Ese muchacho no estaba buscando una relación con su profesor.
Eso no podía ser.
Pero pese a que se negara a creerlo, ahí enfrente de el estaba la prueba de que Harry le coqueteaba.
Dicho joven se estaba quitando la camiseta que usaba para entrenar Quidditch, al parecer venía del entrenamiento. Estaba un poco sudado, con el cabello ligeramente mojado pero de agua que se lanzaban encima para aliviar un poco el calor cuando terminaban de entrenar. De hecho Severus pudo observar como el pelirrojo le tendía una botella que a su vez Potter tomaba con la mano y la llevaba a su boca.
Ahí estaba el muchacho bebiendo agua en el pequeño patio que había entre los pasillos, sin camisa y con ligeras gotas de sudor por aquel abdomen algo marcado. Se lograba ver cómo su garganta se movía al pasar aquella agua, al igual que algunas gotas de esta caían por fuera. Resbalando por su barbilla y cuello, hasta llegar al pecho.
La vista era un pecado...
Y entonces sucedió: Severus vio al chico separase de la botella y voltear hacia el. Se mordió ligeramente el labio y termino por guiñarle el ojo al profesor seguido de una sonrisita.
Hasta el momento, aquel era el coqueteo más directo que el joven le había dedicado, no solo eso sino que había sido tan imprudente. Enfrente de todos los alumnos y sin disimularlo ni un poco.
Al menos los coquetos anteriores habían sido más íntimos y estaba seguro que habían pasado desapercibidos ante casi todos los estudiantes.
Pero este... Joder, sabía que cada persona presente en ese momento, a excepción de Ron weasley que todos sabían era demasiado torpe y despistado incluso con su mejor amigo, se habían dado cuenta no solo del coqueteo sino que también a quien iba dirigido.
Estuvo a nada de ir y regañarle, incluso llevarlo ante el director y exigir una expulsión. La tenía más que merecida por insolente. Y aunque no se la dieran, si recibiría un buen castigo por andar medio desnudándose en frente de tanta gente. Le estaba faltando el respeto al mismo castillo.
Pero a pesar de todo ello, aún teniendo tantas excusas para castigarlo, no lo hizo...
Se quedó parado viendo como el joven entraba a un pasillo y desaparecía de su vista.
Solo hasta que se dio cuenta de que varios alumnos le observaban volvió en si y se esfumó del lugar.
Joder... ese maldito niño lo volvería loco.
Para cuándo llegó la cena, el rumor de lo que Harry Potter había hecho al mediodía llenaba el gran comedor. Todos sabían. Muchos hablaban de ello como tema de conversación en sus mesas.
Incluso las propias serpientes dialogaban de aquello. Muchos de ellos, por no decir todos, estaban enojados e indignados por las acciones de Potter.
Pero para el alivio de Severus los alumnos habían confundido el coqueteo del muchacho con una burla. Si, todos creían que el salvador del mundo mágico se estaba burlando del profesor. Que lo había hecho para molestarle, pues luego de derrotar al señor oscuro ¿Porque iba a tenerle miedo al profesor más odiado de Hogwarts? Por favor, el niño era valiente. Era un maldito león después de todo.
Y Snape por un momento se obligó a pensar como todos los demás en aquella cena.
Potter solo se burlaba de él. Solo eso.
Pero para su mala suerte sabía desde hace semanas que aquello no era cierto...
Después de tantos coqueteos era casi imposible tratar de engañarse a si mismo.
Aunque tampoco estaba seguro de conocer las verdaderas intenciones del muchacho más haya de llamar su atención.
Sería demasiado idiota de su parte pensar que Harry Potter quería un tipo de relación con el... ¿verdad?
Un adolescente de ojos esmeralda le saco de sus pensamientos al percatarse de que le miraba desde su mesa. Y cuando Snape le sostuvo la mirada, el chico que había estado tomando un sorbo de su bebida le sonrió como idiota provocando así que el líquido se le saliera de la boca y se manchara la ropa. Al parecer sus compañeros se dieron cuenta pues vio como varios dejaron escapar una carcajada mientas el joven buscaba con que limpiarse.
Incluso pudo percatarse como los gemelos le golpeaban el hombro probablemente burlándose al creer que eso había sido provocado por una chica.
Todos reían.
Todos excepto Hermione. Por lo que pudo ver; La chica estaba tratando de buscar quien había sido la causa de aquello. Y al parecer se dio cuenta al notar que el único en aquella dirección era Severus Snape.
La muchacha palideció al instante y miro a su amigo desconcertada. Para ser la mejor de su generación no era muy rápida que digamos...
O talvez el simple hecho de pensar que su mejor amigo sentía algo por el profesor de pociones le resultaba imposible.
Si, era eso.
Unos minutos luego del incidente, Harry le dedicó una mirada a Snape y luego se levanto. Poniendo la excusa de que iría a cambiarse por lo cual nadie le detuvo.
Salió lentamente por el pasillo entre las mesas, hasta llegar a la enorme puerta y mandar una última mirada a su profesor acompañada de una sonrisita. Salió de ahí luego de ello. Dejando al mayor un poco confuso al respecto, se levantó unos minutos después y luego de despedirse de los demás adultos, le siguió.
No tardó mucho en encontrar por qué pasillo se había ido el más joven, sin embargo tomo un poco de distancia. Lo seguía, si. Pero trataba de que esté no se diera cuenta de su presencia.
Quería seguirlo a escondidas para ver si podía lograr escuchar la razón de todo lo que había estado haciendo.
Aún tenía una pequeña sospecha de que aquello era un acuerdo entre Potter y Black para molestarlo. Así que pensó que el muchacho iría a por su lechuza para enviarle una carta al pulgoso detallando cada cosa que había hecho y burlándose de él.
Pero para su sorpresa el muchacho dio vuelta en un pasillo contrario hacia donde pensó originalmente que iría. Aún más extrañado por ello continúo siguiéndolo.
Entre más caminaba sin que el contrario le notara, más confundido respecto a todo se encontraba. Aquellos pasillos…
¿A dónde se dirigía el joven?
“Seguramente va a encontrarse con Black”
“Tal vez irá a practicar sus próximos coqueteos”
“Ira a algún lugar a reírse en voz alta”
“Va a leer una carta del pulgoso, pero quiere hacerlo en privado”
Todo esos pensamientos daban vueltas en la cabeza de Severus.
Estaba tan distraído buscando razones, cada una más improbable que la anterior, que no se dio cuenta cuando habían llegado al baño descompuesto de chicas.
Aquel lugar tan solitario.
¿Qué mierda buscaba Potter en ese lugar?
-Es de mala educación seguir y espiar a un alumno, Señor.
Severus casi da un salto ante aquello, hasta sintió como su respiración se cortó por un momento.
¿En qué momento se había dado cuenta?
Más bien ¿Cómo ese niñato sabía siquiera que lo estaba siguiendo? Maldito mocoso.
- Usted tiene un don para meterse en problemas, Potter. El simple hecho de entrar a un baño de chicas, aunque no funcione, es contra las reglas.
Respondió cortante, saliendo de su escondite y acercándose al joven.
Sin embargo, contrario a años anteriores en dónde probablemente el mocoso le hubiera buscado pelea, esta vez solo se dio media vuelta con una sonrisa traviesa. Mientras dejaba caer su túnica al suelo.
Severus alzo una ceja, desconcertado ante aquello.
- Aún no se ha dado cuenta ¿Cierto, profesor?
¿Darse cuenta? ¿De que?
Que era lo que aquel chico quería que se diese cuenta.
No hablaba de sus coqueteos porque estaba seguro que Potter sabía que de ello ya estaba consiente.
Era algo más...
Algo que se le había pasado desapercibido...
Algo que tal vez estaba a simple vista pero aún no lo captaba...
Algo...
Y entonces, la realidad volvió a golpearle. Incluso más fuerte que la vez anterior.
Harry Potter lo había atraído hasta ese lugar a propósito.
El no lo estaba siguiendo, era el muchacho quien lo estaba atrayendo.
Era eso lo que el joven quería, llevarlo a aquel lugar.
Había caído como un idiota, un completo idiota...
Se había dejado enredar por el muchacho.
Había sido como un pájaro siguiendo las migas de pan dejadas por el mismo chico.
Maldito Potter.
- Bien, así que me trajo hasta aquí. Mi pregunta es ¿Porque? ¿Que es lo que intenta? ¿Que está buscando, Potter? - Se atrevió a preguntar una vez que acepto que había caído en su trampa.
- Estoy bastante seguro de que las respuestas a esas preguntas ya las tiene, Profesor. Me asegure de ser muy directo respecto a ello. Aunque estoy bastante decepcionado de que haya tardado dos meses en poder comunicarle que era lo que deseaba.
Aquello fue dicho mientras el joven recorría lentamente el baño, paseando en círculo alrededor de Snape. Este solo permanecía quieto, mirándole.
Era tan diferente, al parecer más confiado y se atrevía a decir que mucho más arrogante que su padre. Aunque no tan irritante como el.
Tal vez y los demás tenían razón, el mocoso ya no le tenía ni el más mínimo miedo luego de vencer al mago oscuro.
Maldito niñato confiado.
- Creo que ya fue suficiente de esta broma de mal gusto, Potter. Si sigue con ese acoso hacia mi persona me veré en la necesidad de-
Pero fue interrumpido antes de terminar.
- ¿Acoso? ¿Así se le llama ahora a coquetear con la persona que me gusta? Por favor. Si trata de acusarme por tener un enamoramiento hacia mi profesor de pociones tenga por seguro que el ministerio hará una investigación en usted.
- ¿En mi? ¿Porque deberían? - Pregunto molesto.
- Por que si me he enamorado de usted es obvio que el idiota ministro que tienen pensará que es usted el que me dio más de una razón para tal cosa. El mundo mágico pensará que el profesor de pociones estuvo dando indirectas hacia los alumnos sobre algún tipo de relación más haya de la formal de alumno y maestro. No solo eso, piense en como reaccionarán los demás sobre que el temible y frío profesor de pociones no solo ha rechazado sino que también ha roto el corazón del "niño que venció y vivió". Dios mío, sería un escándalo tan grande. No viviría ni una semana.
- ¿Está intentando amenazarme, Potter?
- No, no lo hago. No me malinterprete, solo bromeo respecto a ello. Si quiere acusarme puede hacerlo. Si el ministro o alguien más intenta dañarlo seré yo el primero en defenderlo.
Snape casi soltó una risa ante aquello.
- ¿Y porque me defendería?
- ¿No es demasiado obvio? Estoy enamorado de usted, Profesor.
El mayor casi quiso gritarle al niñato que detuviera está broma de mal gusto. Pero se contuvo.
- Eso es mentira.
- No, no lo es. Puede darme poción de la verdad si así lo desea.
- Esta prohibido usarlo en un alumno y lo sabe, Potter.
- No si el mismo alumno da el permiso de que sea usada. Así que, adelante. Si no cree en mi palabra estoy seguro que creerá en sus amadas pociones.
- ¿Porque se sometería a tal cosa?
- Usted sabe porque. Se que le he dejado en claro lo que quiero
- ¿Y que es, con exactitud, lo que quiere?
El chico se le acercó lentamente, acortando toda la distancia entre ellos. El profesor estuvo tentado a separarse pero eso le haría creer al mocoso que le tenía miedo. Nunca se mostraría débil ante nadie, no de nuevo.
- A usted.
Sentenció el muchacho para después juntar sus labios a los del mayor, dándose a si mismo la libertad de besarlo. Algo torpe a decir verdad. Pero dando el mejor esfuerzo.
Le beso lentamente pero dejando en claro todo el deseo que le tenía. Saboreando los labios del contrario. No uso su lengua, solo sus labios que danzaban con los ajenos.
Haciendo con ello que todo alrededor desapareciera y solo pudieran concentrarse el uno en el otro. Y en ese increíble primer beso.
Aunque claro que Harry tuvo que ponerse de puntitas para lograr llegar hasta su profesor, ya que este mismo era un par de cabezas más alto y no estaba agachándose para facilitar la tarea del menor. Y este mismo lo entendía, sabía que Snape estaba tan impresionado y un poco en shock de que aquello estaba sucediendo.
Al muchacho le encantaba, le fascinaba tenerlo así.
Así que no dio ningún reproche y siguió en lo suyo, dándose el lujo de saborear el sabor de los labios ajenos sabiendo que el mayor también recordaría su sabor.
Le beso de forma que ambos disfrutarán de aquello, que se derritieran en el proceso de aquel beso.
Siguió con aquello hasta que la falta de aire se hizo presente y tuvo que separarse tan solo un poco de los labios del mayor, dejando que su aliento golpeara contra ellos.
-Severus…
Se atrevió a susurrar aún rozando sus labios.
Finalmente se separó por completo y dio media vuelta, soltando una sonrisita mientras caminaba dando leves brinquitos hasta salir del lugar.
Severus Snape quedó solo, totalmente paralizado ante lo que acababa de suceder.
Ni siquiera terminaba de asimilar aquello. Las sensaciones, los sabores, todo.
Lentamente llevo una mano a sus labios, rozando estos con lentitud mientras miraba hacia la dirección por la cual el joven se había marchado luego de lograr su cometido.
-Maldito Potter….
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No estás arrepentido, Severus. (Snarry)
FanficHarry venció a Voldemort al final del torneo de los tres magos (No existen los horrocruxes). El mundo mágico celebra y alaba al niño que vivió y venció. El verano termina y Harry regresa a Hogwarts feliz de ya no tener que lidiar con todas las entr...