Capítulo 6

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Pedro y su creatividad de último momento no me agradan para nada.

—¿Qué les parece salir juntos? Lo digo porque nadie encontró la Plumilla y creo que nos beneficiaríamos todos si ustedes dos— nos señala con el dedo índice— salen juntos— ahora mira en mi dirección— por favor Nathalia, ¿Podrías hacerlo? No solo por mi sino por Morat— expresó Pedro.

—Pedro, con gusto saldría con Juan Pablo pero no me gustaría hacerle daño a los fans de Morat; por ende, ellas y ellos son los que realmente merecen salir con él— señalo a Juan Pablo Isaza.

Sentí dolor al decirle a Pedro que no será capaz de salir con Juan Pablo porque si quería salir con el.

Juan Pablo Isaza P.

Cuando decidimos lanzar las plumillas noté a Nathalia por su cabello rizado, esa chica me hace pensar cosas que no debería. Al terminar el concierto me dirigí al lugar donde estaba Pedro hablado por el teléfono.

—Pedro, ¿Me necesitabas?— lo noté un poco enojado y sorprendido

—Juan Pablo, ¿Es verdad que compartieron un pedazo de pizza con una chica del Staff? No preguntes quien me lo dijo, solo no quiero más distracciones porque ya tengo suficiente con Martín, Simón, Villamil. Todos tienen pareja, tú eres el único cuerdo que me queda y te necesito así— Pedro de veía enojado.

Lo miré extrañado, pero no podía ocultar que si siento un poco de curiosidad por aquella chica de cabello rubio y botas.

Vi caminar a Nathalia en dirección a nosotros, al parecer quería decirnos algo importante, decidí no mirarla porque sabía que entraría en transe y dirá cualquier estupidez.

Muy bien Juan Pablo.

—Hola, disculpen que los moleste pero— respiró hondo— debo decirles algo importante— Nathalia fue un poco tímida.

—Claro Nathalia, ¿Qué pasa?— preguntó Pedro.

—Mientras buscando objetos perdidos encontré esto— saca del bolsillo de su jean la plumilla dorada y se la entrega a Pedro.

—No puedo creer nadie la halla encontrado, ¿Ahora hago? ¿Qué haremos Pedro?— digo algo desesperado tocándome el cabello.

—¡Tengo una grandísima idea!— Pedro me mira— claro, cómo no pude haber pensado esto antes, ¡Soy un genio!— dijo Pedro mirando a Nathalia.

Nathalia Martínez S.

—Nathalia si no aceptas tendremos que me hacer muchísimo cosas para poder hacer un nuevo evento con esta dinámica, por favor ayudamos—Pedro se veía algo, ¿Desesperado?

Lo pensé varias veces. Miento, acepté de una vez.

—Esta bien; aunque, si me siento mal por las chicas y chicos que no ganaron, lo intentaré por ustedes chicos.

Realmente estaba feliz de tener un día con Juan Pablo.

—¡Muchas gracias Nathalia! Pedro ya debo irme, después hablamos— le comentó Juan Pablo Isaza.

Me despedí de Juan Pablo y Pedro, me dirigí a la tarima para organizar todo el cableado y guardarlo. Por un momento ecordé una canción de los chicos y comencé a cantarla en voz baja, no quiera que me escuchara alguien porque no creo tener una linda voz— hablo muy en serio— y sería penoso.

Con un beso llegó la calma
Con un beso se fue el dolor
De esos besos que ganan guerras a tu favor...

Unos besos salen del alma
Y otros besos del corazón
Y la magia es que yo en tu boca encontré los... Dos...

—Qué linda voz tienes, eres toda una cajita de sorpresas, querida Nathalia— habló Simón acercándose a mi.

—Ho-Hola Simón, ¿Qué haces aquí, no deberías de estar con los demás?— le pregunté nerviosa.

Demonios.

Nadie me había escuchado cantar además de mis dos mejores amigos y mi tío.

—Los chicos y yo queremos invitarte a festejar este gran concierto, la verdad es que no haremos una fiesta muy grande, solo haremos una reunión en nuestro apartamento.

—No sabría que decirte Simón, la verdad estoy muy cansada y aún tengo cosas por desarmar y empacar— le respondí triste.

Quería acompañarlos pero tengo muchas cosas pendientes.

—Sé que Nathalia tiene tu número, así que le diré que te llame al rato para saber cómo vas, por favor avísanos si puedes ir Nathalia— dijo Simón y se fue.

Me encuentro cansada de organizar tanto cables, Carolina me ayudó junto a Johnny, duramos mucho tiempo y terminamos a las 9:50 PM, guardé todo lo que tenía y le dejé las llaves a los señores de seguridad, que me caen muy bien por cierto.

—Carlos y Johan aquí están las llaves, muchas gracias chicos, tengan linda noche— me despedí.

—Adiós señorita Nathalia— dijo Carlos y Johan se despidió igual.

Busque mi auto, me subí y guardé mis cosas en la parte de atrás, tenía tanto sueño. Las calles estaban solas y llegué rápidamente a mi unidad, agarré mis cosas y me bajé del auto para luego subir por el ascensor y dirigirme a mi apartamento.

Sentí unas personas reírse muy fuerte, ¿Quién podría reír así de fuerte a esta hora? Me pregunté, al pasar frente a ese apartamento noté que salían personas con rostros conocidos.

•••

Nota del autor: ¿A quién no le gustaría ir a una fiesta con Morat?

Nathalia, reacciona.

Les quiere, Natalia.

DORADA | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora