cursed; Kakashi Hatake [editando]

Capítulo 3; "Weakness"

*letras en cursiva harán referencia a flashbacks/acontecimientos pasados*

Me miraba perplejo con la mirada perdida. Llevó su mano a su mejilla recién golpeada.

— ¿Por qué hiciste eso..? —me interroga aturdido.

— Porque detesto la seguridad en tus palabras —escupí tajante — En cualquier misión que nos encomiendan me toca estar contigo, siempre, desde La Academia no he dejado de ver tu cara, de escuchar tu voz, no eres la gran cosa que todas dicen —solté y él me continúa viendo de la misma manera. Parpadea un par de veces para después entreabrir su boca.

— Me conoces más de lo que me gustaría, Nashiro — dejó ir un suspiro — Yo estoy muy a gusto contigo, de que seas mi compañera, tenemos el mismo nivel de batalla. Hacemos muy buena pareja y tienes mucha razón en que no soy la gran cosa, pero gracias a ti, tengo un complemento. —vuelve a concentrar su mirada en el bosque una vez que dijo aquello.

¿Complemento? ¿Soy su complemento?

— ¿Es así como un chico le muestra sus sentimientos a alguien? — interrogué por impulso, provocando que una pequeña sonrisa se formará en su rostro.

— Si quieres verlo de esa forma, entonces; sí.

No mostró ninguna emoción tras haber recibido aquel fuerte golpe de mi parte.

— Se supone que destruirías todas las amenazas de la Aldea, ¡no que te les unieras! — vociferé con lágrimas en los ojos.

— ... Fue un gusto hablar por última vez contigo, Shiro —negué con mi cabeza repetidamente y antes de que ocurriera algo más sujeté una de sus muñecas.

— Yo nunca te vi como un asesino. Sé que lo hiciste por salvar a Konoha... — bruscamente me obliga a que lo suelte y el sharingan se hace visible en sus ojos.

— Concentrate en tu deber. —es lo último que me dice antes de desaparecer e incontables cuervos aparecieron enfrente de mi. Todo este tiempo había sido un clon y no había sido capaz de detectarlo. Me quedé perpleja sobre mi lugar, con mis palabras en la boca, con todas las emociones a flor de piel, con un mil de cosas que quería contarle, con los sentimientos que había reprimido los últimos cinco años...

Miré su máscara de porcelana sobre el piso, había sido un milagro que está no se rompiera. Sintiendo una lagrima rodar por mi mejilla la tomé con un temblor en mi mano. ¿Realmente Itachi sería capaz de asesinarme?

Eso estaría por verse. Guardé el pergaminos en mi uniforme y acto seguido tomé delicadamente su máscara. Deslicé un dedo por ella, contorneandola. ¿Por qué Itachi diría algo como eso?

— ¿Nana? —escucho la voz de Naruto, el se encontraba asomado por la puerta de nuestro hogar—¿hablabas con alguien?

— No, me pareció haber visto un movimiento sospechoso, pero nada de que preocuparse —le alcé mi bulgar y el me vio un tanto convencido.

— Estás pálida, como si hubieras visto un fantasma —su rostro lucía preocupado.

— Será mejor que vayas a dormir, pronto volverás a tener la prueba de la Academia, y esta vez la aprobarás, ¿de acuerdo, Naruto? —caminé hacia él y algo triste asintió con su cabeza.

— ¡Seguiré tus consejos!

Confiaba en Naruto, habíamos practicado toda una semana entera en mis tiempos libres el clon de sombra y aparentemente lo tenía dominado. Sé que lo lograría.

***

— ¿Primer día de trabajo? —interrogué al platinado en un tono burlon.