Capitulo Once

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Los domingos estaban hechos para descansar y pasar el rato en familia, probablemente la persona que ha impuesto eso no se esperaba que existieran actividades deportivas

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Los domingos estaban hechos para descansar y pasar el rato en familia, probablemente la persona que ha impuesto eso no se esperaba que existieran actividades deportivas. Habían llegado el sábado solo para instalarse a entrenar arduamente, como si no hubiera algo más que hacer o mejor, pero para eso era el dichoso campamento.

Kenma le había comentado que constantemente había una rotación de ubicación de dónde sería el campamento intensivo. Aunque se sintió mal al saber que Karasuno no podría recibir a los estudiantes en algún año, por cuestión de comodidad. Esperaba que en un futuro, fuera en su institución que se organicen campamentos intensivos.

Esa tarde, gloriosa y calurosa teñida en naranja y rojo, habían perdido cada partido de práctica como el día anterior. El equipo estaba muy desintonizado por experimentar nuevas jugadas, creando constantes metidas de patas bastantes vergonzosas. Los otros equipos de las otras instituciones les miraban como bichos raros mientras hacían poses espectaculares pero ejecutaban terribles jugadas dignas del primer lugar de los perdedores, aunque al parecer el único que no intentaba nada nuevo era Kei; honestamente, a Shoyo no le interesaba el desinterés sobrehumano de Kei por el esfuerzo físico que conlleva; lo que en verdad asombro a Shoyo fue algo, tal vez muy sutil pero que para el fue tosco.

Tobio había cambiado. Su jugada ahora era más... Alta y precisa, había algo que la hacía desconocida: la forma en la que el balón descendió, la altura, la fuerza... Todo fue asombroso. Busco respuesta al escudriñar a Tobio con los ojos, seguían sin hablarse por lo que no lo dijo directamente, pero no logro obtener nada solo con su insistente mirada.

Esa tarde seguían descoordinados, lo maravilloso del voleybol era su trabajo cooperativo pero parecía que ahora todos estaban cada quien en su mundo. Demasiado ocupados en si mismos para determinar el progreso de otros. Aún así habían avanzado, con torpes y temblorosos pasos se habían camino a su propio estilo.

Acabado otro agotador entrenamiento, como castigo por la derrota dieron esas carreras monstruosas por la colina. El estómago de Shoyo daba vueltas, sentía el vómito atascado en la salida de la garganta queriendo ser expulsado, con la frente estaba perlada de sudor, pegajoso y oloroso a agrio, sus extremidades ardían y sus articulaciones estaban tensas.

Ya no podía más, si volvía a hacer la carrera por la colina terminaría huyendo del campamento. Solo manténlo...

Hitoka y Kiyoko fueron tan amables de pasarles sus bebidas deportivas frías una vez que hubieran descansando correctamente. Fue glorioso el momento cuando el líquido frío refresco toda su garganta al hacerse paso hasta el estómago.

— ¡Buen trabajo! — exclamó Daichi siendo respondido con fuerza por el resto del club. Algunos se fueron a descansar, otros estaban conversando afuera para tomar aire fresco y los demás seguían entrenando. Shoyo decidió permanecer entrenado, después de mucho suplicarle a Kenma que le ayudará con algunos pases, después de acceder de mala gana Kenma se escapó después del sexto pase.

- ¡Nuevo Mensaje! - (crossover) HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora