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Mi recamara...

Se ve tan rara, vacía, sin muebles, sin ropa por doquier, sin una cama donde recostarme y perder el tiempo sin pensar en nada, solo viendo el techo, que es lo que solía hacer...

- ¿Lista?

- Si mamá - mi madre se encontraba recargada en la puerta apreciando ese cuarto vacío.

- Mira el lado bueno...- hizo una pausa a lo que decía mientras se acercaba a mí y colocaba su brazo alrededor de mis hombros en un pequeño abrazo. - tu abuelo recuperará su pequeña bodega y tú tendrás un cuarto para ti sola en NUESTRA nueva casa

- Pero en otro país - vi como su mirada se apagó un poco así que decidí tranquilizarla. - que de seguro será increíble explorar, como una nueva oportunidad - al parecer lo que dije funcionó, porque en su rostro apareció una brillante sonrisa.

Mientras bajábamos las inestables escaleras de mi abuelo, porque yo dormía en una pequeña bodega en la azotea de la casa de mis abuelos, el sostenía la escalera.

- Así, falta uno - decía mi abuelo mientras mi madre trataba de bajar sin caerse, aunque lo veía difícil pues no paraba de reír, mientras yo ya me encontraba abajo también sosteniendo la escalera.


Me encontraba en el auto, después de despedirme de mis abuelos, esperando a que mi madre se despida bien de sus padres. La comprendo, aunque ya lleva media hora despidiéndose, creo que yo sería igual si me alejara de ella. Aunque esa posibilidad la veo muy lejana, es lo único que tengo, y soy lo único que tiene, pero me siento más como un estorbo para ella. Por mi se tuvo que alejar de sus padres en primer lugar y ahora está pasando de nuevo...

- Bien, vamos. A una nueva aventura - dijo con su linda sonrisa la cual me contagio y la vi de la misma manera.

En el viaje todo iba sumamente serio, pero no era para nada incómodo, estaba recargando mi cabeza en la ventana, mientras un poco de aire circulaba por el vehículo y se escuchaba la débil música que sonaba en la radio por la falta de volumen.

Nos dirigíamos hacia Michigan, Estados Unidos, dicen que es un lugar tranquilo, eso espero. Mi madre había conseguido empleo allá por eso nos mudábamos desde México, donde nació mi madre y dónde teníamos todo.
Nuestra familia, amistades y una vida. Aunque a la vez no teníamos nada. Vivíamos en la casa de mis abuelos, yo me sentía aún más un estorbo. Siempre he dicho que no encajo. En las reuniones familiares nadie me incluía, aunque tuviera muchos primos, simplemente no encajaba.

En el colegio, tenía amigas. Si, las quería muchísimo, pero a la última hora me hicieron este viaje aún más fácil.
Las escuche hablando de mí, que era mejor que me fuera, que no me soportaban y....
No entiendo porque no me sorprendió. Claro que me dolió, pero ¿Qué puedo hacer?

No les dije o reclamé nada de lo que había escuchado, pues no es su culpa, talvez las molestaba con mi actitud, hasta quería disculparme por hacerlas sentir incómodas y no darme cuenta.

Lo que si me sorprendió fue que, aunque estuvieran hablando de mi a mis espaldas, se despidieron como si realmente me fueran a extrañar. Juro que, si no hubiera escuchado eso, les hubiera creído.

En pocas palabras yo no tenía nada porque quedarme, pero mi madre tiene a toda su familia, su lugar de nacimiento.

No le dije nada de lo que sucedió con mis "amigas", ya que de por sí tiene demasiadas cosas en la mente como para preocuparse por mis "problemas de adolescentes", insignificante.

De repente empecé a sentir mis párpados pesados, aunque suene extraño, odio dormir. Para muchos es como un escape al país de las maravillas de dónde no quieren salir, pero para mí es siempre una pesadilla, un infierno el cual odio visitar, pero hay veces que mi cuerpo no aguanta más y simplemente me sumerjo en él, esperando lo peor...

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- no le digas, no tiene porqué saber, será un secreto, nuestro secreto... Como lo que viste el otro día ¿Recuerdas lo que viste? - pregunto muy cerca de mi oído - ¡¿Acaso lo recuerdas?!- yo solo fui capaz de negar con la cabeza - bien eres buena niña

Solo seré con fuerza mis ojos, sé que no es verdad, sé que no es verdad, solo despierta, vamos tú puedes. Pero no podía y esto se siente tan real, como si lo estuviera viviendo, como si estuviera pasando ahora mismo y no lo quiero, solo quiero que me deje en paz y que se aleje de mi...

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Me desperté con la respiración agitada, al parecer estábamos estacionadas fuera de una gasolinera y una tienda de autoservicio, puedo ver desde el auto, a través del gran ventanal, a mi madre comprando algunos alimentos.

Lo vuelvo a repetir, ODIO DORMIR...

Lo Ideal .- Jeon Jungkook, Park Jimin -.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora