#5 Realidad preocupante

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—Ughhh ¡Que desastre! —se quejó muy ruidosamente Sasha masajeando su entrecejo, dando continuos codazos a su compañero Connie que irritado apartó a la chica castaña de su lado— ¡Oye! ¡Hmp! —hizo un mohín con sus labios, apretando su uniforme y desviando la mirada ofendida de su actitud poco divertida. — ¡¿Pero qué te pasa?! ¡Casi me haces caer!

— ¡Pero es qué desde hace media hora no paras de quejarte de la última expedición! Me está doliendo la cabeza de escucharte balbucear ¡No me dejas pensar tranquilo! —Connie empezó a hablar con velocidad, asegurándose de que cada cosa que tenía que decirle a la castaña fuera recibida. Importándole poco si le prestaba atención o no.— Si tanto te molesta que hayamos salido perjudicados con la sanción del rey por perder la base que establecimos, ¡Entonces ve y quéjate con él! ¡Yo soy inocente! —le dijo dejando salir lo que se había guardado en decirle desde el inicio de aquella conversación sin sentido. Ya extrañaba que no la hubiese dejado sola cuando le propuso "relajarse" a mitad de la noche, debió de irse a la cama de inmediato. Así no le estaría palpitando la cabeza—. Sí, admito que reducir los beneficios y la cantidad de suministros a la legión fue muy cruel e idiota de su parte... Nuestras raciones de comida ahora serán tan pocas que nos desmayaremos a mitad de una expedición... ¿Eso piensas, no?

—Ugh eso es... ¡Tan injusto!

—Hmp. —Connie suspiró pesadamente mientras que un tic se manifestaba en su ojo izquierdo. Sasha podía ser desesperante algunas veces, pero no la culpaba por su actitud infantil frente algunas circunstancias, pues la palabra del rey cuando se dictaba era para imponerse, sí o sí y ella pues... Era Sasha, nunca dejaba la boca cerrada cuando algo le molestaba y solo podía ser callada con comida de la que no disponía en esos momentos.

Connie agradecía que le considerara como un amigo con el que hablar sin ataduras, pero por hoy era suficiente. Mañana tendrían que ocuparse de cumplir sus labores como soldados vigilando en el distrito Hermina. Sería un día tranquilo y fácil de manejar, no esperaba por salir y escabullirse en algún restaurante al que invitar a la chica al frente suyo.

—Oye Connie... —Sasha le llamó en voz baja, y cerciorándose de que no hubiese nadie cerca de allí se acercó hasta su oído.— ¿Tú, escuchaste los rumores? —le preguntó jalándole la oreja con sus dedos.

—¿Ehh, no? ¿Qué pasó? ¿Eren hizo algo acaso? —Connie preguntó curioso, ignorando el dolor en su oído mientras apartaba la mano de la castaña de su oreja enrojecida.

— No, tonto. Es sobre el comandante Erwin.

— ¿Ah sí? —Connie parpadeó tomando interés en la conversación. Acercándose más a la chica que tenía una expresión algo tenebrosa.

— Escuché a algunos soldados hablar del comandante mientras limpiaba los establos ayer en la tarde y en su conversación oí que ellos habían sido los que ayudaron al comandante y al capitán Levi a llegar a salvo a las murallas.

— ¿Y eso qué? ¿No había sido Eren quien dejó al capitán en sus manos para volver a su posición? Y además, ¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro?

— Bueno verás, el escuadrón al que me estoy refiriendo es nada más y nada menos que el del mismo capitán Levi. Prometo que lo que escuché es realmente verdad ¡Lo juro!

— ¿Qué sucede con el comandante?

— Él al parecer se enfermó durante la expedición. Después de desaparecer junto al capitán a quien sabe dónde, el comandante debió de haber tenido un accidente durante ese lapso de tiempo. Ahora mismo se encuentra en cama y no se ha levantado de ella en estás cuatro semanas. ¿Oíste? ¡Cuatro!

— ¿Cómo? —Preguntó sorprendido— ¿Qué va a sucederle a la legión si el comandante no...?

— Supuestamente la capitana Hange se encargará de reemplazar al comandante mientras él se recupera... Las expediciones quedarán pausadas por un tiempo indefinido... También se rumorea que el hecho de haber fallado con mantener activa la base fuera del muro daría motivos suficientes a la corte del rey para terminar con...

La castaña fue interrumpida por un sonido un poco cercano a ellos que les hizo ponerles alerta. Observaron alrededor deseando que ningún superior los hubiese escuchado chismear en altas horas de la noche, de las cuales su tiempo de servicio ya se había concluido, y por ende deberían de haberse retirado de ese lugar para irse a descansar hace bastante tiempo.

Sus corazones se calmaron al encontrarse detrás de ellos a un chico rubio de baja estatura de su mismo escuadrón, que observaba atónito a sus dos compañeros.

En el suelo yacía una cubeta de madera cuyo líquido se encontraba esparcido por el suelo semipastoso.

— Oh... Eres tú Armin. —Connie suspiró tranquilizado.

— Sí que nos diste un gran susto... —Continuó Sasha rascándose su cabeza.

— Lo siento, no quería escucharlos a propósito, solo necesitaba algo de agua.

— Tranquilízate un poco Armin, no te estamos reprochando nada.

— Sasha... ¿Es verdad eso?

— ¿Qué cosa? —le devolvió la pregunta despistada, el susto le había hecho cortar el hilo mental sobre el asunto del que hablaba anteriormente.

— El comandante... ¿Está en cama desde hace más de cuatro semanas? —Armin no podía creerlo. ¿No estaba tan mal verdad?, Quería confirmarlo pues de cierta forma se sentía culpable por no haber sido más de ayuda aquel día.

—Así es. —respondió para sorpresa de todos los presentes una cuarta voz, y caminando lentamente hacia ellos le tocó el hombro al rubio ojiazul mirándole con un semblante de angustia detrás de los vidríales de sus lentes.

Todos guardaron silencio algo nerviosos. Habían sido descubiertos después de todo y tanto Sasha como Connie esperaban sin hacer ningún movimiento el regaño de la capitana.

— Armin. —pronunció el nombre del más joven la mujer de lentes— que bueno encontrarte, lamento mucho tener que pedirte esto tan tarde pero... Realmente necesito que vengas conmigo.

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Si no es mucha molestia, por favor lean la aclaración que escribí antes del primer capítulo.

Los aprecio. ^^

 ^^

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Lazos Rotos | Erumin | Ereri | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora