𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 7

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Luke debía aceptar que ya estaba algo cansado, hacia un calor del infierno, además de que llevaba como tres capas de ropa y cargaba el vestido en su hombros.

En cambio la chica desconocida se veía bastante fresca, ¿y como no estarlo? Si solamente vestía un pequeño pedazo de tela, literalmente estaba en topless, con el cabello siendo lo único que cubría sus senos, y eso si, solo de vez en cuando porque se llevaba el cabello a la espalda con bastante frecuencia.

Por suerte Luke iba detrás suyo como para siquiera pensar en mirarle los pechos y es que sabía que no podría resistirse a la tentación de dar un vistazo.

La chica se giró nuevamente hacia él, señalando su espada.

-¿Qué?-preguntó confundido.

La ojiverde señaló nuevamente la espada para después señalar hacia el suelo, de forma repetida hasta que el rubio comprendió que era lo que ella esperaba que hiciera.

Con un suspiro, desenfundó su espada, tirándola en el suelo.

-¿Para que quieres que la tire eh?-preguntó al mirar cómo volvía a caminar satisfecha.

La chica solo se giró hacia el, colocando su dedo índice sobre sus labios propios, indicándole que hiciera silencio.

El mayor solo asintió, comenzando a caminar detrás suyo de forma mucho más cautelosa.

La pelinegra se colocó de rodillas y gateó por debajo de una raíz sobre-salida de árbol, Luke solo frunció el ceño y rodó los ojos.

Levantó su pierna para poder cruzar la raíz, pero se topó de frente con lo que parecía ser una pared de roca, dándose por vencido siguió los pasos de la desconocida.

Fueron unos largos segundos desplazándose a gatas, con a penas unos pequeños rayos de sol cruzando por entre las ramas y piedras.

Al llegar del otro lado la luz lo cegó lo suficiente como para cerrar los ojos y levantarse con los ojos entrecerrados.

Miró a su alrededor sorprendido, ese lugar era mucho más hermoso que lo que había visto del resto de la isla, había un pequeño río corriendo a unos cinco metros de ellos, la pelinegra lo cruzó de un pequeño salto.

Lo miró con una sonrisa del otro lado, haciéndole gestos con la cabeza para que la siguiera, Luke no lo dudo, cruzando el río de la misma forma.

La menor lo tomó de la mano de forma descuidada y se acercó hacia un animal acostado sobre la tierra, había sangre a su alrededor, pero por algún motivo la chica se miraba feliz, dando saltitos de alegría.

El animal los miró fijamente, Luke se quedó quieto en su lugar, no queriendo molestar al que parecía ser un ciervo.

No tenía su espada y definitivamente no quería hacerlo enojar.

Eso no parecía interesarle en lo más mínimo a la pelinegra porque soltó su mano y se acercó al animal, el ni siquiera le prestaba atención a ella, su mirada no se despegaba de Luke en ningún momento.

El pirata frunció el ceño al verla tirarse justo al lado del ciervo, literalmente lamió su cabeza y tomó algo de detrás del animal.

Sostuvo en sus brazos a una cría no tan pequeña de ciervo, parecía recién nacida, porque aún tenía unos pocos restos de sangre en su pelaje.

La ojiverde miró a Luke con una sonrisa enorme, mientras él no daba crédito a lo que sus ojos veían.

Una chica acariciando y abrazando al pequeño ciervo, mientras se encontraba recostada sobre el cuerpo de la madre de la cría, y ésta sin mostrar la mínima señal de molestia contra la pelinegra.

La desconocida al verlo de pie aún, solo le hizo una seña con la mano para que se acercara, Luke aún algo desconcertado con los sucesos se acercó algo incómodo al sentir la mirada del ciervo sobre él.

La chica tomó su mano con fuerza, para colocarla sobre la cabeza de la cría con extrema gentileza y dulzura, Luke acarició al animal como a un perro, solo que más cuidadoso, teniendo en cuenta de que estaba recién nacido.

En medio de esa acción miró nuevamente a la pelinegra, que lo miraba con una sonrisa hermosa y ojos brillantes.

Luke asimiló un poco toda esa situación.

A ver, había conocido a una chica desnuda en una isla despoblada y no se había mostrado avergonzada de su desnudez en ningún momento.

Además, al ofrecerle un vestido ella se negó a ocultar su cuerpo, eso era extraño.

Juraría haber visto algo justo cuando cayó en el mar, podría decir que brillaba pero no lo veía muy creíble.

Ella parecía tenerle miedo a los demás de su tripulación, ya que se alejaba o solo se aparecía cuando todos dormían, claro que Anton era una excepción, pero él tenía cara de bebé.

Además, se conocía ese lugar que en la vida Luke habría encontrado.

Mirándola fijamente, hizo esa pregunta al momento en el que se le cruzó por la cabeza.

-No naufragaste hace dos noches, ¿cierto?-preguntó en un susurro.

La chica solo lo miró de forma dulce, dirigió su mano hacia la mejilla de Luke.

Con su pulgar acarició la mejilla del ojiazul cuidadosamente, y negó, con una sonrisa formándose en sus labios

-¿Fuiste tu quien nos salvó de la tormenta?-preguntó nuevamente en voz baja, dejando de acariciar a la cría, solo dejando su mano sobre su cabeza.

La ojiverde asintió en respuesta .

-Muchas gracias.-dijo sincero.-De no ser por ti, probablemente la mayoría de nosotros hubiéramos muerto.

La chica se encogió de hombros, restándole importancia a sus acciones.

Después de todo, ese siempre había sido su trabajo.

-¿Porque no hablas conmigo si me entiendes?-preguntó Luke después de un corto silencio.

La chica solo negó divertida, señaló hacia su pecho.

-Yo...Leven.-susurró con una voz casi angelical que Luke no pudo disfrutar del todo.

-Ya...ahora lo entiendo.-murmuró divertido.-Yo soy Luke Hemmings, Capitán Luke Hemmings.-dijo extendiendo la mano para estrecharla con la de Leven.

La chica solo miró su mano fijamente, sin realmente entender que quería.

Ignorando su mano, acercó su rostro al de Luke lo suficiente como para rozar sus narices, después sólo lamió sus labios nuevamente.

Luke la miró con una pequeña sonrisa.

-¿Así es como saludas?-la chica asintió, señalando al ciervo adulto.

Luke no pudo evitar reír, era tierno que ella pensara que los animales eran iguales a las personas.

Aunque así es como debía de ser, los humanos solo nos adjudicamos a nosotros mismos el poder sobre el resto de especies en el planeta.

No queriendo ofenderla, repitió su saludo, desde el roce de narices hasta lamer los labios rojizos de la ojiverde.

Mentiría si no dijera que le gustó.

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Leven: 'Vida' en Holandés

Ay, de verdad me gustó mucho este capítulo.

K opinan?

Btw creo que esta será una historia corta, para k se preparen mentalmente.

The Pirate 🏴‍☠️ [l.h] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora