-No, no me gusta. Este -Marcus apuntó hacia al otro extremo del periódico.-.
-Muy caro. -Amelie suspiró.Sentados en una plaza buscaban su nuevo hogar, pero ninguno los convencía.
Amelie se inclinó hacia atrás. Frustrada.Mirar los árboles siempre la relajaba, observar como se movían con el viento, las aves y esos recovecos donde se colaba el sol.
Y listo, mucho mejor.Pero esta vez, el inclinarse hacia atrás no solo le trajo paz, si no que también la solución del problema en el que se encontraban.
Un cartel amarillo de "se alquila" llamó su atención.
-Mira-dijo apuntando en dirección al cartel.-. Ese es el indicado.
-¿Como lo sabes?
-No lo se. Sólo lo sé.Marcus hizo una mueca.
-El punto es que sólo se que es el indicado, algo me lo dice.
El chico suspiró.
-Si tu lo dices...
Entonces se levantaron de la banca y se encaminaron al departamento.
Cuando entraron hablaron con el conserje y este les dio el número del dueño:-¿Diga?-respondieron en la otra línea.
-Si, emm...estee...soy Marcus HammAmelie rió por lo bajó. A lo que Marcus la miro feo. Siempre le había hecho gracia, ya que, significa jamón en inglés (aunque con dos "m")
-Dimos cuenta que esta arrendando su departamento
-...
-¿Cuanto costaría alquilarlo?
-...
-¿De verdad?-Marcus miró a Amelie sorprendido
-...
-Si, claro. Nos encantaría visitarlo.
-...
-Estamos en el edificio
-...
-Muy bien, muchas gracias. Adiós.Cortó.
-Estará aquí en 10 minutos.-dijo guardado su celular.
-¿Nos alcanza el dinero?
-Si, tuvimos suerte de hacer esos trabajos en el orfanato y guardar el dinero.Ambos se sentaron al inicio de la escalera y sonrieron. Al fin sus sueños se volvían realidad.
Pero Amelie no sabía que detrás de ellos otro sueño empezaría a volverse realidad.
-Con cuidado...con cuidado...-susurraba un muchacho que llevaba un par de telas y una caja de herramientas.
-Uy-se quejó Amelie al intentar pararse.
-Descuida, yo paso por aqui...pongo mi pie aquí..
-¿Quieres que te ayude con eso?- pregunto Marcus.
-No gracias estoy bien.El muchacho hizo un par de maniobras y llego en una sola pieza al último escalón. Acomodo sus pinturas bajo el brazo y cuando iba a dar el primer paso Amelie le pregunta:
-¿Son tuyas esas pinturas?
-Mmm si...
-Me encantan, los colores son tan fuertes...Amelie se había perdido en los movimientos del pincel que había encontrado en la tela. Pero al mirar al chico, para hablarle sobre la pintura, se perdió en el color miel de sus ojos. Solo se limitó a cerrar la boca y sonreír.
-Em...ten.- Amelie le pasó la pintura.- Parece que ibas apurado, lo siento.
-No te preocupes. Y gracias.Le lanzo una sonrisa fugaz y salió por la puerta.
-Am...explícame lo que acaba de pasar...
-Parece que tenemos un vecino artista.
-No me refería a eso, yo...Justo en ese instante un señor de traje le preguntó algo al conserje y este señalo hacia los adolescentes.
-Buenos dias, soy Bob Noboa, un gusto conocerlos.
Saludo cordialmente a los dos chicos y luego dijo:
-¿Listos para conocer su nuevo hogar?
N/A: Hola n.n como estan? espero que bien :3 Bueno no hay mucho que decir. Voten, comenten, compartan, den amor y vayan a comprar el pan que es hora de tomar once, o la merienda, la hora del té que se yo como les digan en su pais. Acá en Chile es la once xd
Besoooootes, Diente de Leon
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El arte de soñar
Teen FictionAmelie es una huérfana, que tiene dos grandes sueños: Ser una artista reconocida y enamorarse. Ella y su amigo Marcus han salido del orfanato para vivir como siempre lo quisieron.