Nada queda

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Todo estaba en ruinas.

Después de 6 años con el virus, todo estaba llegando a su fin.

En los primeros dos años, las personas de 65 años no lograron sobrevivir al terrible brote. Al año siguiente el virus mutó de tal forma que ya no solo a atacaba a las pocas personas de la tercera edad que quedaban, sino que también a personas de 30 años en adelante. Solo bastó diez meses para que cada niño, adolescente y joven adulto quedara sin ningún familiar mayor.

Al principio en el 2020 se creía que el virus solo tendría una ola, más no contaban con que el virus estuviera aún vivo en los cuerpos de aquellos que lograron recuperarse. En Wuhan ocurrió la segunda ola, llevándose a todo aquel que hubiera sobrevivido, para la tercera ola, en EE.UU, España, Italia y China quedaban muy pocos sobrevivientes.

En Latinoamérica aún estaban los escépticos que creían que era todo una farsa dirigida por el gobierno de los Estados Unidos. Tal era el caso del presidente de Brasil, que seguía repitiendo que salieran a las calles, que el virus no era peligroso, tarde se dio cuenta de que en su país ya estaban llegando a la tercera ola, donde no solo él se contagió, sino que la mayoría de su población. Y así en Brasil solo quedaron deambulando niños llamando por sus padres.

Colombia, Venezuela, Paraguay, Argentina, entre tantos otros paises, no pudieron hacerle frente por tanto tiempo al virus, en poco tiempo niños se quedaron sin padres.

Yo estoy en Chile, donde se dice que tiene el mejor sistema de salud. No todos creían eso, y con razón, solo bastó dos años para que en Chile los adultos mayores cayeran, seguido muy de cerca por los de 50 y 40 años, para la segunda ola solo quedaban pocas personas de 35 años que en poco tiempo también murieron.

Y así empezó la guerra en todo el mundo, los que tenían arriba de veinte años luchaban por conseguir el poder. En EE.UU habían grupos luchando entre sí, por comida y suministros básicos.

En Chile se estaba siguiendo los mismos pasos, yo fui una de las que se arriesgó a salir para conseguir un pedazo de pan para mis hermanos.

Y me arriesgué demasiado, porque en poco tiempo yo también estaba infectada.

Ahora solo me pregunto qué pasará con este mundo que se cae a pedazos.

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