May siempre amó la nieve en Navidad. Pocas veces nevaba en Petalburgo, pero sus padres solían llevarlos a Max y a ella a LaRousse, donde cada invierno la nieve cubría la tecnológica ciudad.
Pero esta Navidad su familia no la acompañaban, eran solo sus pokemon, ella y su deseo de vivir una blanca Navidad en LaRousse.
No conocía a nadie en la ciudad así que tendría que buscar un hotel o alguna posada, y también compraría uno de esos pequeños pinos de navidad tan bonitos. Iba a ser una Noche Buena increíble, estaba emocionada.
Calentó sus manos con su aliento y las frotó. Comenzaba a sentir más frío que antes, las ventiscas se metían debajo de su grueso suéter de lana y su abrigo. Muy ajena a eso, Glaceon se veía muy feliz con el gélido clima.
La nieve ya estaba en todos lados, el camino ya no era visible y todos los árboles ya tenían una gruesa capa de escarcha. Por mucho que la vista le encantara, ya estaba extrañando la calidez del tren.
Por el bien de sus extremidades (las cuales ya no estaba sintiendo), decidió apresurarse en llegar a la ciudad. Mejor evitaba que la noche cayera y que la temperatura bajara aún más.
Una hora después y unos grados más abajo en la temperatura, May llegó a la entrada de la ciudad tecnológicamente más avanzada de la región. Las calles automáticas le evitaron seguir caminando y pudo frotarse las manos contra sus pantalones para poder entrar un poco en calor.
Sus ojos brillaron cuando observó la ciudad repleta de nieve: los parques, los árboles, incluso las mismas calles. Los locales estaban decorados con pequeñas luces coloridas que parpadeaban y seguían patrones; había lugareños caminando de aquí para allá con sus pokenavs en sus manos, hablando con otras personas y llevando varias cajas en sus brazos. Seguramente regalos de último momento.
Los enormes edificios tenían un aspecto de ensueño con los pequeños copos de nieve cayendo y había algunos árboles decorados rodeando las calles. ¡Era todo tan bonito y navideño!
May decidió salir de la calle cuando vio un mapa de la ciudad. Justo lo que necesitaba. Se paró frente al mapa y buscó con la mirada algún hotel o una posada, pero se sorprendió cuando un mensaje emergió del cartel, el cual resultó ser en realidad una pantalla electrónica.
¿Qué desea buscar en LaRousse?, decía el mensaje y debajo de ese mensaje venían varias respuestas:
Un lugar dónde hospedarme.
¿Dónde me puedo divertir?
¿Qué es lo más interesante?
Centro pokemon.
Ella pulsó la primera y un pequeño dibujo de una lupa con anteojos, boca y manos apareció con una mueca de tristeza.
"Lo sentimos, ya no quedan lugares con espacios disponibles. Gracias por visitar LaRousse, que tenga una feliz Navidad."
Okay, esto era algo que no tenía contemplado.
―¡¿Qué?! ¡¿En serio?! No puede ser. No, no, no, no, no.
Se frotó el rostro con frustración dejando rojas sus mejillas y su nariz.
Era víspera de Navidad, por supuesto que ya no había lugares disponibles dónde quedarse. «¿Cómo fuiste tan ingenua, May?». Suspiró consternada.
¿Qué iba a hacer ahora? Dormir en el bosque era un no definitivo, regresar a casa le tomaría al menos dos semanas y estaba casi segura de que en LaRousse no había Centro Pokemon.
Para estar segura de eso último presionó esa opción en la pantalla y la misma lupa con ojos le confirmó que, de hecho, LaRousse no contaba con un Centro Pokemon. Regresó a las opciones y, esperanzada, volvió a presionar la opción de buscar hospedaje. ¿Quién sabe? Tal vez alguien canceló de último... olvídalo, por supuesto que nadie iba a cancelar en plena víspera de Navidad.
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Navidad con olor a rosas
FanfictionA May siempre le gustaron las blancas navidades, pero ahora era diferente, esta vez no estaba con su familia o sus amigos, eran sólo sus pokemon, ella y su deseo de vivir una blanca navidad en LaRousse.