Eran tiempos de locura y sin mayores responsabilidades. Era una noche como muchas otras y como muchas otras veces salí con Claudio y con la Tere a "pasear"....o sea, sin rumbo fijo, comprar algo para tomar y estacionarse por allí. Un "sin rumbo fijo" que esa noche nos llevó a Bellavista.
La noche transcurrió normal. Música de fondo y beber de la botella - algo suave por supuesto, probablemente una piña colada o algo por el estilo – y ya quedaba poco para terminar la velada cuando Claudio se bajó del auto...aun no entiendo para qué. Debí haber imaginado lo que pasaría, era mi amigo desde la infancia, pero no lo hice y me bajé a tratar de hacer que entrara nuevamente. Claudio estaba medio (bastante.....muy) borracho y como buen curado, no hizo caso y se puso a alegar en medio de la vereda.
-Claudio, córtala, todavía queda copete en la botella, éntrate, la terminamos y vamos a comprar más, le dije, a ver si entraba en razón. No entendí que me respondió.
La Tere quiso salir a ayudarme a calmarlo, pero le indiqué que se quedara tranquila y que mejor no se baje. Cuando estaba tomado, Claudio podría ponerse muy pesado, y esta vez, no fue la excepción. Por más que traté no logré empujarlo de vuelta y el "show" fue subiendo de nivel y llamando la atención, hasta que, inevitablemente, llegó Carabineros y aunque yo estaba bien y traté de argumentar, nunca tuve ninguna posibilidad de salir bien parado de esa, e igual me hicieron parte de la procesión de curados que esa noche subieron al furgón, con destino a comisaría desconocida.
Allí cambió lo que hasta el momento había sido un muy buen carrete a lo que lo que sería una interminable noche en la que me pensé una y mil veces ¿Porque que chucha me bajé?
Rápidamente se me pasó el efecto de cualquier cosa que pudiera haber tomado, muy a diferencia de Claudio, que además de curado y porfiado, trató de hacerse el gracioso, con lo que no obtuvo los mejores resultados.
- ¿Por qué me lleva caballero? Repetía una y otra vez, riéndose y haciendo alegoría al tema "Detenido por sospecha" de Los Miserables, que comienza con la consabida frasecita. Al terminar cada vez, hacía como que cantaba y tocaba la guitarra con el temita. Una y otra y otra vez, mientras nos paseaban en el vehículo policial.
- Claudio, cállate, ledije ........ esa sería una frase que repetiría cerca de mil veces más esa mismanoche. No sé si me escuchaba y se hacía el desentendido o de verdad su curaderalo había bloqueado de alguna manera que no reaccionara a ningún estímuloexterior, en tanto que seguía entonando a Los Miserables.
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Modo Mundial
Short StoryBasada en hechos reales Relato de cómo terminé viendo un histórico partido de fútbol en un lugar donde no convenía abrazarse para celebrar los goles.