Incluso si está feliz de poder estar generando ingresos, Jin no dejar de revisar la hora en su celular y cuando puede, en el bonito reloj de pared de la cafetería.
Ha sido bueno, no puede quejarse. Sorprendentemente, las personas que trabajan con él fueron bastante pacientes en la explicación de las instrucciones, pero sobre todo con los errores que cometió durante el proceso de ejecución. Está ligeramente cansado de llevar pedidos y concentrarse de manera profunda, mientras se repite con constancia cada una de las nuevas cosas que aprendió y que debe tener presente mientras siga trabajando allí.
Es una suerte también que su jefe sea un alfa comprensivo y no lo juzgue demasiado duro cuando comete alguna equivocación. Para ser su primer día, Jin siente que lo está haciendo mucho mejor de lo que esperaba. Sus pies duelen y su cabeza está a punto de explotar por la información recibida, pero está feliz de poder suplir sus gastos. Lo tiene mucho menos preocupado.
Sin embargo, cuando su turno está a punto de finalizar, Jin tiene que volver a la realidad en donde también es un estudiante. Le explica con rapidez la situación a su jefe y el hombre asiente, recordándole sus nuevos horarios de trabajo que son los mismos que el chico que abandonó el puesto. Él siente mientras agradece con una reverencia y se cambia rápidamente en el camerino de los empleados, procurando que su ropa se vea arreglada y lisa en su cuerpo. Luego de observar su reflejo en el pequeño espejo de uno de los casilleros viejos, de acomodar de mejor manera su suéter de cuello tortuga color vino y peinar los mechones de su cabello con sus dedos, toma su morral y sale tan rápido como puede del establecimiento.
Maldice por lo bajo cuando observa la hora en su celular. Son las 9:50 y él de ningún modo va a alcanzar a llegar al aula a las 10 en punto. Tomar un taxi no es una opción, Jin lo sabe. No puede escatimar en gastos innecesarios cuando debe ahorrar lo mejor que puede para sostenerse de manera eficiente. Así que, en medio del agotamiento y el dolor de pies, el omega tiene que comenzar a correr por las calles, recordando en donde se encuentra su universidad y olvidándose por completo de su aspecto.
A través de las calles transitadas, Jin recuerda con pesar su horario y el hecho inevitable de su turno en las mañanas los lunes, justo en el horario de su clase. Está enojado por eso, pero va a buscar una solución luego. Claro que sí.
En la Universidad, el chico se dedica a correr por los pasillos, disculpándose con las personas que ha tocado bruscamente en el camino demasiado rápido. Puede sentir el ahogo del sobresfuerzo, pero lo omite cuando se da cuenta de que está cerca del edificio de la facultad. No tiene tiempo para esperar un ascensor, así que toma las escaleras sin pensarlo demasiado mientras ruega con todo su corazón poder entrar al aula.
Entonces llega. Jin está aliviado de localizar el salón, pero una mano está tomando el pomo desde adentro para comenzar a cerrar la puerta. Jin corre tan rápido como puede y cuando logra estar frente a la entrada, con la respiración agitada, la frente ligeramente sudorosa y la cara roja, sus ojos se tropiezan con unos ajenos. Unos ojos que son crueles y nada empáticos, y que lo están mirando como si Jin fuera alguna especie de cosa despectiva.
—10:07 —dice el hombre rubio y más alto. Su rostro luce inexpresivo frente a él, sin ninguna sonrisa ni gesto amable. El aroma llega a sus fosas nasales gracias a la cercanía y Jin se niega a aspirar por pura curiosidad el olor amaderado del anís mezclado con clavos que desprende el alfa—. Lo lamento.
Es todo. La puerta es cerrada en su cara y Jin está completamente seguro de que el señor Kim no lamenta en lo absoluto el haberlo dejado por fuera.
Tanto esfuerzo para nada. El omega tiene ganas de ponerse a gritar de pura rabia, pero sobre todo por la humillación del haber sido rechazado de su propia clase. El pasillo está vacío, así que se permite sentarse en él, con la espalda apoyada en la pared. Jin maldice en voz baja mientras peina su cabello hacía atrás, con el sudor facilitando que se quede allí. Olfatea su ropa en busca de su propio olor, pero no hay nada allí y eso lo hace sentir aliviado en medio de la ira.
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El amor es el silencio más fino - Namjin (omegaverse)
FanfictionKim Seok Jin es un omega que ha aprendido a conformarse con aquello que le fue enseñado si con ello asegura el futuro que otros siempre han deseado. Sin embargo, le gustaría poder deshacerse de la pesadilla constante que representa habitar su cuerpo...