Capítulo 41

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~ LEXA~

- Sabes que al ser el segundo lugar tengo el privilegio de ser yo el elegido para ya sabes. Dice Marcus y tiemblo de miedo.

-Atrévete, capullo. Contesta Clarke.

-Voy a hacerlo, Ama. Le aseguró mirándola de frente.  Esa declaración hizo que Clarke se detuviera en seco. 

-No lo dices en serio. Yo asiento, con las pupilas un poco dilatadas por la tensión que acumulaba y, sobre todo, por el miedo de hacer algo que, en otro tiempo, encontraba pervertido y obsceno.  Pero lo haría y punto. 

-Sí, Ama.  Ya he hecho esto otras veces, ¿sabes?  No soy una novata. Murmuró para hacer creer a Marcus, a quién creo no podía engañar,

Una doble penetración era solo sexo.  Nada más.  A excepción de que la tendría teniendo al amor de mi vida entre las piernas y, a su peor enemigo, detrás. 

Con un gesto lleno de carácter se enfrento a Marcus y le dijo:

-Adelante. 

Los ojos de Clarke se cubrieron de llamas de enojo e impotencia.  Yo iba a terminar con ella. 

-¿Y era verdad lo que me dijiste esta mañana ?. Preguntó incrédula y decepcionada. 

-Si, lo era. Digo y recuerdo como esa mañana le decía lo mucho que la amaba.

-Adelante, Sara. Ordenó ese hombre con una sonrisa. 

La cría morena se acercó a Clarke y le puso una máscara de cabeza entera.  Una que le prohibía ver y oír.  Solo podrá respirar y hablar en caso de que alguien le abriera la cremallera de la boca. 

Clarke agradeció la máscara porque no quería ver nada de aquello, ni oír ningún ruido desagradable.  Ojos que no ven, corazón que no siente. 

Aunque tenía muy claro que iba a sentir cosas ... Iba a sentir demasiado y su Lexa le iba a quemar. 

-¿Y yo?. Pregunto a ese horrible hombre.

La mirada oscura de Marcus le acechó con lujuria y maldad y me dijo:

-Pon las manos a tu espalda, Heda. Ordenó sin inflexiones. 

-Si. 

-Sí, ¿qué?.

-Sí, Marcus.  No voy a llamarte señor.  No te pertenezco y nunca lo haré.
Dije con gusto y rabia. 

Él quería hacer daño Clarke;  y seguro que lo iba a conseguir.

Clarke sabía que ella solo iba a sufrir por tener hacer eso.  Cuando nunca en mi vida había hecho un trío, eso seguro le  tenía recarcomiendo por dentro y más si es con él hombre que le ha hecho tanto daño.  

Marcus me ajustó las correas rojas de piel a las muñecas y después unió la cadena que colgaba de mi collar a la junta de las esposas.  Estaba inmovilizada. 

Mientras la tal Sara ayudaba a estirarse en una mesa metálica que no había visto a mi Clarke, Marcus cogió un bote rojo de lubricante que había en el suelo.

- Date la vuelta. 

Yo lo hice y, justo cuando Marcus llevó sus grandes manos a quitar mi bestido, la puerta de la mazmorra se abrió y la última mujer que esperaba ver en ese maldito juego macabro y desafiante. 

Becca,  que tenía el pelo recogido en una cola alta y extrema, entró en la celda y sonrió a su cría para después, mirar a Marcus con todo el odio del mundo. 

-Te vas. Ordenó. 

Marcus dio un respingo, pero no apartó las manos de mi. 

-No me voy a ningún lado, Becca.  Este es mi premio por llegar de segundo. Besó el lateral mi cuello  y yo me apartó. 

Captive in his armsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora