HARRY.

Primera parte: Novio impuntual.

SORPRESA: Estoy preparando para ustedes un especial de One Shots inspirados en canciones de ONE DIRECTION  en modo interacción. Tendrán que leer el One Shot y la pista para después adivinar de qué canción se trata.

Pero antes disfruten de este OS. Han esperado mucho por uno y se lo merecen.

***

Andrés estaba apenas sacando la primera ronda de panecillos del horno cuando el timbre se hizo sonar por toda la casa anunciando la llegada de su invitado. Su esposa, que también estaba en la cocina, abandonó los menesteres y se quitó el delantal que llevaba puesto sobre su elegante ropa.

— Amor, deja que tu hija vaya a abrir la puerta.

Pero ella hizo caso omiso. Puso el delantal sobre la meseta y caminó a paso apresurado para llegar a la puerta antes que su hija.

— ¡Andy! Tu mamá se adelantó a abrirle a tu novio— avisó asomándose a las escaleras, pero volviendo de inmediato para meter la segunda ronda al horno—. Se lo va a espantar— murmuró para sí mismo al no sentir a su hija responder ni bajar a salvar la situación—. Y yo que ya me ilusioné con tener un yerno.

— Tú siempre hablando solo— escuchó a su esposa entrar a la cocina mientras él apagaba el horno—. Falsa alarma. Fue Harry quien llegó.

El señor frunció el ceño extrañado y se giró para ver a su esposa poniendo un ramillete de flores coloridas en agua.

— ¿Cuál Harry? ¿Ricitos de oro?

— Él mismo, aunque ya no tiene los rizos— le dijo sonriendo—. No sabía que aún mantenían contacto. Está tan apuesto. ¡Harry, cariño! ¡Ven aquí!— lo llamó sabiendo que la timidez no lo dejó pasar a la cocina detrás de ella. Andrés carcajeó con ganas ante la incredulidad de tener al mismísimo Harry Styles frente a sus ojos.

— Mírate, muchachón. Estás hecho un hombre— se quitó el delantal y lo atrajo en un abrazo varonil de breves toques en la espalda—. Pensé que seguías fuera del país.

— Estoy viviendo aquí hace casi un año.

— ¡Un año! Pero bien olvidados que nos tenías— Ana, que no trató de disimular la indignación en su rostro pasó a su lado para dejar el jarrón con las flores sobre el desayunador.

— No diga eso, señora Estrada. Hace pocos días que Andrea me invitó. Es culpa de ella.

— Sabes que me tienes que decir Ana y que esta es tu casa hace muchos años, Harry. Ha pasado mucho tiempo, pero no necesitas que Andrea te invite para venir a visitarme.

— Lo tendré en cuenta.

— He escuchado mi nombre. ¿De qué hablan? — Andy, la hija menor del matrimonio y la única que vivía con ellos entró a la cocina sin mirar al rizado. Él le puso un mensaje de texto segundos antes de tocar el timbre, así que ya estaba consciente de su presencia en la casa.

— Hiciste muy bien en invitar a Harry, pero debiste traerlo antes. Ya sabes lo mucho que disfrutaba la compañía de este señorito.

— Sí, de hecho recuerdo cómo lo preferías a él siempre— Andy  tomó agua del refrigerador y se percató de que, aunque su madre le respondió, ambos de sus padres seguían maravillados con la presencia de Harry.

— Me alegra mucho que te haya invitado la niña. La verdad no sé qué esperar de este noviecito que nos va a presentar. A ti por lo menos te conozco y sé que tenemos temas de interés en común— rieron—. Vamos a sentarnos a la sala para esperar al señorito, que ya está quince minutos tarde— reprochó Andrés.