𝚂𝚄𝙲𝙸𝙾 [ᴴʸᵘⁿⁱⁿ]

Capitulo 13

Jeongin siempre ha tratado de ser un buen hijo, de cuidar a la familia tanto como puede e incluso más allá de eso, pero su padre es diferente, para su padre solo hay una persona que merece tal importancia, y aunque eso suene bien en realidad no lo es, porque Jeongin recibe cada represalia que su cojo padre le da, cada grito y golpe que le otorga con intención de que sea una enseñanza, pero es justo, porque Jeongin mantiene a flote la pequeña familia. No se le permite llorar, nunca lo ha hecho frente a sus padres y detestó hacerlo frente a su pequeña hermana, es por eso que frente al hombre contiene todo el sentimiento y deja que un gesto frio se adueñe de su amoratado rostro, pero eso no es lo peor, lo peor es cuando llega la pregunta que tanto trató de evadir; ¿Por qué? Si él pudiera contestar con sinceridad lo haría, pero en este caso solo le queda encogerse en hombros y decir que ha sido un error.

Su madre no le pregunta nada sobre donde estuvo, cree que ha sido suficiente con el hombre y lo deja en paz, también sabe de lo que su hijo es capaz y de lo que no, no está preocupada ahora que él está en casa. Con su pequeña hermana ocurre lo mismo, ella no se mete y solo lo abraza porque lo extrañó durante todo ese tiempo.

Es cuando está en su cama que suspira y recuerda lo que ha pasado, como su cabeza ha colapsado en tan poco tiempo, desde aquel militar hasta Hyunjin o el preservativo que aún guarda, solo quiere dejarlo ir y descansar en su cama un momento. Cierra los ojos y varias imágenes lo atacan, no quiere eso, quiere dormir sin pensar pero su subconsciente no deja de recordarle el mal rato que pasó ni aquel momento con el sucio, todo es una mezcla de lo que quiere olvidar y se vuelve un caos ante sus ojos cerrados. No puede dormir en su propia casa, no lo consigue por más que lo intenta y se consuela de ver que su niña se encuentra bien, pero aun así no puede solo cerrar los ojos y ceder al sueño que definitivamente tiene.

Se sienta y descansa ambos brazos sobre sus rodillas encogidas, la luz entra tenue por la ventana y es de un color azul, casi como el de la luna, esa poca luz se aprecia porque la ciudad estaría completamente oscura de no ser por ella. En ese momento admite que le gustaría dormir con Hyunjin otra noche.

—¡Mira Innie!— Le dice su hermana menor apuntando a cierto lugar que no alcanza a ver, ella es pequeña pero suele en fijarse en cosas que no deberían interesarle, como aquellos callejones o lugares alejados. —¡Parecen hormiguitas! ¿Qué crees que son?

Jeongin se asoma por el lugar donde su hermana está viendo, ambos caminan a la pequeña escuela y en alguna parte del camino se puede ver el campamento de los militares desde lo alto de un puente peatonal, y aunque no hay automóviles que crucen la calle a su pequeña le encanta subir y observar la ciudad. Agudiza la vista porque su ojo no se encuentra del todo bien, tiene que tener cuidado y esforzarse para alcanzar a ver lo que su hermana tanto dice. Cuando los ve concuerda con la pequeña, parecen hormigas negras a lo lejos en medio de los militares, el uniforme es negro y muy distinto a los de ellos, no se asemejan ni a los sucios ni al propio ejército del país, es algo distinto que quizás no debería de estar viendo.

—Son personas.— Responde con simpleza para evitar que su hermana vuelva a preguntar. —Policías tal vez, o más que eso.

La pequeña queda satisfecha con la respuesta y vuelven a caminar. Han pasado siete días desde la última vez que logro salir de casa, sus padres lo mantuvieron especialmente vigilado con la intención de no dejarlo ir, y aunque Jeongin lo tomó como un castigo en el fondo sabía que era para protegerlo de él mismo, porque podría volver a ocurrir otro incidente que en vez de mandarlo con Changbin lo mandaría al lugar baldío donde suelen tirar los cadáveres de personas que no pueden pagar un funeral, así que tampoco renegó la decisión de sus padres, solo aceptó y obtuvo un breve descanso. Su hermana no había asistido a clases en ninguno de esos días, su madre por fin había conseguido un buen trabajo y ahora no podía llevar a la pequeña a clases, y su padre era más invalido que cojo, no dejarían que la niña fuera sola, aquello sería peligroso por cuanto militar y personas desagradables que habían en las calles de la ciudad.