Volte al escuchar la campanilla que tenemos puesta en la puerta de la cafetería, esto significa que un nuevo cliente a llegado, camine hacia ellos cuando ya estaban sentados, era una pareja de ancianos que venían aquí por las tardes
-Señora López, ¿como han estado?
-Lu, querida, estamos bien hija, gracias ¿que tal tu?
-Bien, ya sabe, trabajando para cubrir los gastos de la universidad y los medicamentos de mi madre
-¿Cómo sigue tu madre hija?- Preguntó el señor Santiago
-Un poco mejor, gracias, aunque aun faltan unos análisis para que culmine el tratamiento y nos digan que prosigue, pero bueno, ¿lo de siempre?- les pregunté
-Claro que si
Camine hacia el mostrador para empezar a preparar dos americanos, los señores López, son una pareja demasiado linda, los conozco desde hace 5 años, cuando empecé a trabajar aquí por las tardes después de la universidad, para poder cubrir los gastos de la casa y los tratamientos de mi madre, como también una u otra cosa que implique la escuela.
-Aquí tienen, que los disfruten- dije mientras les dejaba a cada uno su taza de café
-Gracias Lu
-Oye Lu ¿podrías ayudarme a terminar de hacer un pedido?- preguntó Ethan, mi amigo
-Claro que si tonto, ¿que te hace falta?- pregunte mientras caminaba hacia el mostrador
-Dos club sándwich y un frappe de moka- me dijo mientras veía como tapaba dos espumosos
Ethan y yo nos conocemos desde años antes que yo entrara a trabajar aquí, hemos estudiado siempre en las mismas escuelas hasta que decidió no seguir en la universidad, ya que lo suyo era el baile, nunca he conocido a alguien que baile mejor que él, lo practica desde los 6 años, siempre ha ido a las mejores escuelas de baile, que con ello, a concursado demasiadas veces, llevándose los primeros lugares, bueno ¿que les puedo decir?, hasta los buscan para videos musicales.
Su familia es de dinero, siempre a tenido esa facilidad, abrió esta cafetería para un ingreso extra que no sea el dinero de sus padres, es demasiado guapo, es un chico de muy buen cuerpo (creo que ya sabemos el porqué), alto, de tez blanca, cabello rubio y unos ojos color chocolate que enamora a cualquier chica, a excepción de mi, yo jamas lo e visto de esa manera, para mi es como el hermano que nunca tuve
-Muy bien, gracias Lu, no se que haria sin ti- dijo mientras pasaba por mi lado y dejaba un beso en mi cabello
-Para eso están los amigos
Nunca me di cuenta cuando el matrimonio López se había retirado, fui a recoger las tazas y ahí estaba el dinero, siempre dejaban extra, como propina, tome lo que me correspondía y lo puse en mi mandil. Como ya era algo tarde, empecé a recoger las mesas, cuando volví a escuchar la campanilla
-Lo lamento, ya no tenemos servicio por el día de hoy- comente mientras barría por debajo de las mesas
-Solo quería un americano para llevar, por favor- escuche la voz de un hombre, pero con un acento que no parecía ingles
Al darme la vuelta, no podía creer lo que mis ojos veían, este hombre era un adonis, era alto, demasiado, podría jurar que me sacaba dos cabezas, de una tez blanca y cabello negro, pero con unos ojos azules, pero no el tipico, si no un azul oscuro, sus facciones eran demasiado varoniles, viene vistiendo un traje azul marino, su cabello peinado hacia atrás con dirección a la derecha.
-¿Se va a quedar mirandome, o me despachará mi café?
Por dios, que hombre tan engreído ¿pues que se cree?
-Ya le comente que no tenemos servicio por el día de hoy- dije de una manera poco amable
-Lu, prepara el café, yo terminare de limpiar- me dijo Ethan
Camine a la barra y prepare el café de la manera más rápida que pude
-Aquí tiene señor- dije mientras le pasaba el café y el me extendió un billete
-Quédese con el cambio- dijo mientras se dio la vuelta para salir de la tienda con una sonrisa triunfante
Una vez que salió por la puerta, corrí a cerrarla para que nadie más pudiese entrar y seguir arruinando mi noche, una vez que terminamos todo, salí a la fría noche y emprendí mi camino a casa con Ethan
-No puedo creer que estoy a una semana de titularme de la Universidad- comente mientras me abrazaba a él
-Ni yo, ya no eres una niña come mocos- dijo mientras se reía
-Oye que te pasa, yo jamás lo e hecho, eso es asqueroso
-Lo se hermosa, solo estoy molestando y lo sabes, mejor deberíamos de apurarnos porque muero de hambre.
Ethan y yo vivimos en el mismo edificio desde que decidió no ir a la universidad, se mudó solo, ya que se había cansado de los reclamos de sus padres, ellos eran unos importantes abogados y creían que él también seguiría la tradición familiar, pero no fue así.
Cuando llegamos, subimos por el elevador hasta llegar al piso número 12, que era el nuestro, una vez que llegamos a la puerta número 24, entramos
-Mamá ya llegue, estoy en la cocina- grité para que se escuchará dentro del departamento- ¿mamá?- pregunte ya que no escuche respuesta de su parte
-Estoy en el baño Lu, en un minuto salgo- me comentó
Ethan empezó a preparar la cena en lo que yo me dirigí a mi habitación a ponerme el pijama, por lo que supe, haría pasta, algo rápido y delicioso
-Lu, esta tarde han llamado del hospital, mañana tendrán mis resultados, tengo cita a las 3 de la tarde- dijo mientras entraba a mi habitación
-Hola mamá, claro que si, mañana es mi día de descanso
-Gracias hija, no sé qué sería de mi sin ti- dijo mientras me abrazaba
-No tienes porque agradecerme, eres mi madre y haré todo lo que esté a mi alcance para que estes bien
-No es por interrumpir su momento, pero la cena ya esta servida- dijo Ethan mientras entraba por la puerta
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No lo creí de esa manera
RomanceLucía es una Joven de 23 años, dispuesta a salir adelante para poder pagar los gastos médicos de su madre. Lo que ella jamás pensó, es que Christopher Berlusconi, un italiano, le daría la mejor oferta de su vida.