Thirty Kisses {Karmagisa/Nagikaru}

5-. Besos cortos una y otra vez

La pareja se encontraba en el pequeño apartamento que compartían desde hacía unos meses. Los dos tenían 20 años y después de una relación de dos años, decidieron dar el siguiente paso y vivir juntos.

Shiota estaba sentado en la cama algo nervioso y atrás suya estaba su pareja colocándole una venda en los ojos.

-¿Hace falta la venda, amor? -Preguntó jugando con sus dedos, estaba claro que confiaba en su novio, pero no podía evitar no sentirse nervioso si le están colocando una venda en los ojos para una supuesta sorpresa.

-Sí, hace falta porque no he podido envolver la sorpresa. -Akabane se bajó de la cama y sacó de debajo de esta una pequeña caja rectangular celeste decorada con un lado rojo. -Aunque tenga su caja, prefería taparte los ojos.

Se sentó enfrente de su novio poniendo la caja detrás de él. Quería jugar un poco con el mayor antes de darle el regalo improvisado.

-¿Debería de tener miedo, Akabane? -Dijo divertido con una tierna sonrisa en su rostro. El nombrado tomó su mano y besó sus nudillos, causando un leve sonrojo en el rostro del celeste.

-Eso depende de la confianza que tenga en mí, Shiota. -Soltó una leve risa al ver la sonrisa que tenía su novio en el rostro.

-Entonces, tendría que tener muchísimo miedo. -Río al sentir un golpe con la almohada. -¡Oye!

-Eso debería decir yo, pitufo. -Volvió a golpear el rostro de su novio con la almohada riendo y puso la caja con cuidado de nuevo debajo de la cama, lo último que quería es que el regalo saliese perjudicado del juego que habían montado él y el celeste.

-¡Eso no es justo! ¡Tú tienes un arma y yo ni tengo el sentido de la vista! -Se quejó entre risas el mayor. Al sentir como la venda de sus ojos era retirada, le quitó la almohada al pelirrojo y sin pensarlo dos veces, comenzó a golpear su rostro con ella.

-¡Tramposo! -Se tiró encima de su novio quitándole el "arma" y comenzar a hacerle cosquillas. El otro suplicaba que parase entre risas con algunas lágrimas en los ojos, obviamente, el menor hizo caso omiso a esas palabras y siguió torturando a su novio con las cosquillas.

Después de un tiempo, se separó dejándo al celeste poder respirar tranquilo.

-Al fin. -Dijo entre risas sentándose. Akabane le miraba sonriendo y con las manos detrás de su espalda. -¿Me darás la sorpresa después de la tortura que me hiciste pasar? -Comentó divertido sin borrar la sonrisa de su rostro.

-Hmm... Está bien. -Le dió la pequeña caja. El mayor la cogió aumentando su sonrisa, no le gustaba recibir regalos de su novio por el simple motivo de que no le gustaba que gastase dinero en él, pero esta vez fue especial, pues el pelirrojo le había estado diciendo que le daría una pequeña sorpresa desde hacía dos semanas.

Al abrir la caja con sumo cuidado, su rostro cambio completamente, cosa que preocupó al otro. Pasó de tener una radiante sonrisa emitía alegría a una expresión de emoción y algo de melancolía.

Sacó de la caja la foto en la que aparecían todos los alumnos de la clase 3°E junto al profesor que les marcó la vida y los otros dos profesores detrás, la foto estaba enmarcada con un marco básico de plata.

-Al vivir solos, pensé que te gustaría tener enmarcada esa foto, dado que sé que es tu favorita porque aparecemos todos. -Dijo con voz suave el más alto sin apartar la visita de su novio quien parecía que iba a llorar en cualquier momento.

Sin decir nada, colocó la foto en la mesa de noche que tenía al lado y miró al pelirrojo para segundos después prácticamente tirarse encima suya abrazándolo dándole mil besos por todo el rostro diciendo una y otra vez gracias.

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Escrito: 16/05/2020