MH.
Miré el boleto en mis manos y suspiré desganado, "Lo haces por Han", "Lo haces por Han".
—¿De verdad te vas a ir?—Cuestionó Felix mirando mi maleta.
—Sí—Sonreí sin ganas—No me puedo quedar. Mi padre hará lo posible por destruir a Han, incluso a cualquiera de ustedes con tal de lograr lo que quiere—Junte mis labios—Me iré en unos días, espero que sea el tiempo suficiente para arreglar las cosas que tengo endientes.
YJ.
Sentir los labios del mayor sobre los mío era mi perdición, había soñado con aquel acto incontable veces y ahora, en ese preciso instante mis labios estaban siendo tocados por los de Bang Chan. Sentí como sus manos se aferraban a mi cintura y una sonrisa instantánea se forma sobre mis labios.
—Yang Jeongin—Murmuró el peligris besando de forma repetitiva mis mejillas—No sabes las ganas que tenia de hacer esto, use todo mi jodido autocontrol para no besarte en el preciso momento que te conocí
—Basta, Chan—Solté acompañado de una risita tonta—Me avergüenzas.
—Acostúmbrate porque nunca me cansaría de decirte lo precioso que eres—Finalizó besando mis labios una última vez—Te veré mañana.
Asentí con una sonrisa.
Me quede sentado en el sofá mirando el temblor que permanecía sobre mis manos, estaba tan feliz, había sido un día maravilloso, en relidad, podría acostumbrarme a estar con Chan y por fin podría volver a ser tan colorido como antes de que comenzaran esos rumores y las fotos...
Suspiré sin borrar la tonta sonrisa de mis labios, el departamento estaba vacío y no había mucho que hacer. Es decir, mi día había sido perfecto entonces, ¿Por qué estaba llorando?, hoy había hecho todo bien, ¿por qué sentía ese amargo sabor?, ¿por qué las voces habían regresado?, ¿de dónde venía aquella tristeza?, mi vista se dirigió al bote con pastillas para dormir y una idea iluminó mi cabeza.
HJ.
Abrí la puerta con pereza, arrastrando mis pies por el suelo helado y sonriendo al ver dos botes con helado en la mesa.
—Mocoso, levántate del piso, esta helado, te puedes enfermar—Mencioné mientras guardaba el helado en la nevera—Que bueno que ya regresaste, cuéntame, ¿Cómo te fue en tu cita?—Sonreí—¿Uh?, ¿Innie?—Alcé una ceja al notar que este no respondía—¿Innie?, Yang Jeongin, esto ya no es divertido—Me incliné para tomarlo de los hombros y comenzar a sacudirlo—¡Joengin!, Dios, ¡Innie!—Rebusqué en mis bolsillos con las manos temblorosas y llame al numero de emergencias recibiendo un "vamos en camino" como respuesta.
Abracé mis rodillas sin dejar de mirar el cuerpecito del rubio frente a mi, sin poder dejar de llorar, todo esto era mi jodida culpa, Seungmin me había dicho que me deshiciera de ellas desde hace tiempo y yo las deje a la mano sabiendo los problemas del menor. El sonido del teléfono de Jeongin me hizo dar un pequeño salto, no medite al responder y pegarlo a mi oreja.
— ¡Hey, Innie!—Reconocería esa voz en cualquier lugar pero ¿Por qué? ¿Por qué siempre tenía que aparecer cuando necesitaba refugiarse en los brazos de alguien?— ¿Jeongin? ¿Sigues ahí?, Felix me dijo que tenías maletas extras y pasare por ella, ya estoy aquí afuera del edifico, ya sabes, no quiero que Han me vea.
—MI-MINHO—Balbuceo intentando hablar.
— ¿Han?, ¿Qu-Que haces con el teléfono de Innie?
—I-innie é-él
— ¿Qué tienes? ¿Dónde está Jeongin?—Cuestionaba asustado.
—É-Él está dormido—Mi vista se posó sobre el cuerpo inconsciente del rubio— ¡Despierta, Innie! ¿¡Por qué no despiertas?!
—Santa mierda—Maldijo en voz baja—Quédate en el teléfono, ya estoy subiendo.
—Dile que despierte ¡¿Por qué lo hiciste estúpido?!
— ¿Ya llamaste a emergencias?
La puerta fue abierta y un MinHo asustado apareció, sin pensarlo mucho me tomo en sus brazos dejándome esconder mi rostro en su cuello y permitir que las lágrimas salieran sin ninguna pena.
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Coward ¢ Minsung
FanfictionEn donde MinHo recibe notas de un desconocido para ayudarlo a conquistar a una chica. -Menciones a otros ships. -Si no te gusta, simplemente no lo leas.