Drogo
—¿Hasta cuando tenemos que seguir bailando? La puerta está ahí ya.
Me entra la risa al escuchar la pregunta de mi cosita.
—¿Acaso te apetece dejar de bailar? —pregunto en tono seductor.
—No, pero tenemos una misión que cumplir, ¿recuerdas?
Sacudo la cabeza divertido. No sé de que me extraño. En esta relación ella siempre ha sido la sensata y muchas veces he metido la pata por no hacerle caso, así que... Mejor lo dejamos ya.
—De acuerdo, pero me debes un baile cuando volvamos.
—Eso está hecho —responde con un guiño —. Y ahora, ¿por dónde entramos? Por la puerta no, por supuesto.
—¿Y por qué no? —pregunto divertido.
—¿Me tomas el pelo? Seguro que está lleno de guardias.
—¿Con el perímetro de protección que tienen alrededor crees que les hace falta?
Abre los ojos como platos mientras que yo no puedo dejar de sonreír. Por primera vez he sido yo el que ha pensado y eso me sienta tan bien...
—Vale. Pongamos que no hay guardias —contesta un tanto disgustada —. ¿Pero no te resulta demasiado obvio entrar por ahí? Creo que es muy arriesgado. Podríamos encontrarnos con alguien del servicio o algo así.
Una risilla se me escapa. ¡Qué malo le sabe no ser ella la que da buenas ideas!
No niego que lo estoy disfrutando, pero... pensándolo bien... No le falta razón.
—¿Te sentirías más segura si entrásemos por una ventana? —le propongo con cara de bueno.
Ella suspira, pero enseguida sonríe. Sé que no se puede resistir cuando le miro así.
—La verdad es que sí —contesta pasándose la mano por el pelo —. Por lo menos de esa manera sabemos lo que nos vamos a encontrar. Buscaremos una habitación vacía y entraremos por ahí. ¿Te parece?
—Lo que tú digas, mi reina.
Ella me saca la lengua poniendo una mueca de desagrado, lo que me hace reír. Enseguida me calmo. No estamos aquí para juegos, pero lo bien que sienta...
Muy despacio comenzamos a rodear el castillo. Por suerte, hay muchos grandes ventanales y no están demasiado altos. Eso nos da ventaja.
—Esta habitación parece vacía —comenta mirando por la ventana —. ¿Puedes forzarla?
Asiento y, empuñando la espada, la introduzco entre las hojas. Enseguida salta el cierre.
—Están tan seguros del perímetro que ni siquiera toman precauciones —comento orgulloso.
—Así es —responde trepando a la ventana —. Y eso nos beneficia. Por lo menos ya estamos dentro. Ahora, a buscar el cuarto de Hades.
Avanzamos por lo que parece ser una biblioteca en dirección a la puerta. Por el camino no puedo evitar fijarme en todo lo que nos rodea. Parece más antigua incluso que la de la finca. Si Nicolae estuviera aquí, seguro que se emocionaba.
En ese momento me percato de algo extraño. Una librería se está moviendo. Con gran velocidad, cojo a Cris y, tapándole la boca, la llevo tras unas cortinas.
—¿Qué pasa? ¿Qué haces? —me increpa nerviosa.
—No hables ni hagas ruido. Mira hacia allí. A la librería.
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DC XII:LA REINA DEL MUNDO √
Fiksi PenggemarSin Cris, sin Drogo y sin Lorie, los bartholitos van a tener que asumir su responsabilidad como niños prohibidos. Tienen que detener a Merlín e intentar salvar a Fiona de sus garras. Eso sin contar con la amenaza de Hades. Por suerte para ellos. cue...