Planes

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El primer carro del día sale siempre a las 10 de la mañana, pero Mangel tenía ya un plan que no podía esperar tanto, asi que se fue a las 5 caminando para llegar a las 10 al pueblo. Se fue sin despertar ni a su madre ni a su abuela.
Ya a las 10 llego muy cansado al pueblo y escondiéndose en cada esquina para evitar que lo reconocieran. Se dirigió primero al molino que estaba por las orillas del pueblo. Al asomarse vio al molinero y a su aprendiz de espaldas a el, cargando sacos. Tomó una piedra entonces, y la lanzo a los pies de Alexander, el aprendiz. Este volteo y miro la cara de Mangel asomada y desapareciendo en un segundo.
- ¿Señor? - dijo el aprendiz -
- ¿Mmm? - recibió como respuesta -
- Podría usted dejarme salir un momento? Me siento un poco mareado -
- Mmhm - dijo en tono afirmativo. No le gustaba hablar mucho al pobre viejo
Alex salió rápidamente y abrazó a Mangel.
- ¡Mangel! ¿Que haces aquí? -
- Shhhh! Máh bajo Alex, que te oyen -
- Vale vale perdón - dijo riendo - pero es que casi no te veo, ¿que haces por aquí? -
- Bunoh verah... Nejesito tu ayudah -
- ¿Para que? -
- Primero tenemoh que ir a ver a Abraham -
- Puf, pero tengo trabajo Mangel -
- Es importante -
- Bien, en ese caso... creo yo que puedo... - se asomó al molino, para ver a su señor - puedo ir. Vamos, te llevo por la zona menos transitada. -
Y así fueron por las orillas del pueblo. Ahí fue mas difícil, ya que la herrería se encontraba en el centro, pasaron por los espacios mas estrechos que había entre casa y casa. Hasta llegar por la puerta trasera a la herrería.
- Bien, Mangel que no te vean mientras entro a llamar a Abraham ¿de acuerdo? -
Mangel asintió con la cabeza. Estaba tan cansado de esconderse, sabía que si alguien lo veía obviamente llamaría a alguien, porque el era un criminal. Como odiaba llamarse a si mismo así, pero no era otra cosa, y ahora, en vez de intentar "limpiar" su reputación, estaba a punto de arruinarla si es que algo del plan salía mal.
Entonces Alex salió con Abraham de la herrería. Abraham tenía (como siempre desde que conoció a Mangel) una barba frondosa y grande.
Se acercó a Mangel y le dio un abrazó muy fuerte. Mangel se sintió cómodo: tenía amigos que lo querían.
- Mahel, ¿que hace' aquí? - dijo con alegría
- Necesito su ayudah - miró hacía todos lados - pero aquí no, tenemoh que ir a algún lugar mah di'creto -
- ¿Que eh que es tan secreto? -
- Abraham, nos lo dirá en un momento deja de hacer esas preguntas e investiga como salir de tu trabajo - dijo Alexander -
Abraham entonces entró refunfuñando, con la excusa de que se había lastimado el brazo y necesitaba descansar en casa. Caminaron en silencio a un callejón aislado, Mangel se volteo hacía sus amigos y comenzó contando lo que había pasado ayer.
- Ahora me siento en la necesidad de verlo de nuevo, verlo... Cerca - dijo al terminar -
Entonces llegó un silenció en el que mientras los aprendices pensaban que decir, Mangel esperaba hubieran entendido a lo que se refería. Al fin, Abraham fue el que habló.
- ¿Que noh esta' pidiendo exactamente? -
Mangel inhalo aire y soltó lo siguiente:
- Necesito que me ayuden a entrar a la torre de la alcoba del príncipe esta noche -
Los otros no sabían ya que decir. Ambos, aunque no querían hacerlo, pensaban que su amigo había perdido la cabeza. ¿Como se le podía ocurrir entrar al castillo tan fácil?
Al final solo Mangel pudo romper el silencio.
- Escuchen, si soy descubierto en el camino, - en ese momento los chicos pensaron "y seguro lo harás", sin malas intenciones - ustedes jamas tendrán nada que ver con esto, nadie tiene porque enterarse. Ademas, como seguro ustedes ya sabrán, mañana el príncipe se convierte oficialmente en rey, eso pone al menos 30 guardias mas custodiándolo. Solo... solo quiero verlo una vez mas, por favor -
- Esta bien - dijo Abraham, seguido por una mirada de sorpresa de Alex - ¿Por qué mirah así? Sabe' que Mangel ha pasado por mucho. Dejemosle se' feliz por una veh -
- Tienes razon... Mangel, ¿que podemos hacer para ayudarte? -
Mangel sonrió al sentir que había la posibilidad de ver esa cara de nuevo. ¿Por qué tenía esa necesidad? No lo sabía, lo que si sabía, era que lo iba a descubrir si lo volvía a ver.
Entonces, con palos, en la tierra, dibujaron y escribieron todo lo que sabían sobre los guardias y el castillo, sobre como escalar paredes y abrir ventanas. De vez en cuando preguntaban a alguien ó se asomaban para ver la estructura de esa torre. El castillo tenía la estructura en sí, los jardines y una reja rodeando todo.
Al caer la tarde ya habían hecho los últimos repasos. Ni Alexander ni Abraham entrarían com Mangel, ellos solo le dieron consejos y conocimientos, los cuales sirvieron de mucho ya que Mangel no sabía casi nada.
- Mangel, si te atrapan... - comenzó Alex -
- No lo haran, llevamoh toda la tarde planeando ehto - lo interrumpió Mangel
- Mangel... - dijo Cheeto seriamente - No... no muerah ¿de acuerdo? -
Y se abrazaron. Fue un abrazo de agradecimiento para Mangel y uno de aprecio para los aprendices. Entonces casa uno se fue a sus respectivos lugares, excepto Mangel.
Esperó hasta que fuera muy tarde, no sabía exactamente que hora era en ese momento, solo sabía que estaba muy oscuro.
Esperó que llegara un momento en el que los guardias que rondaban las cercanías dejaran de pasar por la torre, donde Mangel había visto al príncipe a los ojos por primera vez ayer.
Cuando eso pasó, Mangel se apresuro a escalar la reja. Eso fue un poco mas difícil de lo que tenía pensado. Cruzo los jardines escondiéndose en cada arbusto que pudo. Y por ultimo, escalo el muro. Por alguna razón, este no estaba tan regular y plano, así que pudo escalar fácilmente. Quizá fue solo su impresión, pero parecía a ojos de Mangel, que alguien había sacado los ladrillos de manera que fuera fácil subir.
Al fin llegó, la ventana estaba abierta.
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Prohibido (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora