Really fly

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Las historias de amor no son tan fáciles como nos las pintan, no es un persona conoce a persona, se enamoran, comienzan a salir, se casan y tienen una vida feliz.

O bueno, habrá a quienes si les sucede, pero esta historia no es sobre ello.

Mi nombre es Juliana, bienvenidos a mi cinta... bueno no, es una historia que necesitaba contar.

¡Comencemos!

2014. Era una cría, tenía 15 años, la edad en la que buscas experiencias de cualquier tipo con tal de encajar con los de tu alrededor, caso que no es el mío otra vez.

En ese tiempo recién salía de un internado religioso de solo mujeres luego de 6 años, pensarás que fue aburrido porque... ¿quién quiere aprenderse el Ave María, el Credo y las Cartas de los Apósteles? Para alguien que desde pequeña supo que sus gustos por las mujeres creo no fue una mala experiencia del todo. Ahí di mi primer beso a una chica a los 12 años, fue realmente bueno. Luego de eso me enrollé con varias compañeras sin llegar a más, solo era pasar el rato y la que seguía. Sin proponérmelo dado que no coqueteaba sino que me consideraban linda, las chicas se acercaban y pues, ¿acaso podría negarme?

Pero todo momento de felicidad termina y así es, amigas, terminó el paraíso y bajé a lo terrenal.

Mis padres me llevaron a casa a pesar de saber que tenían poco tiempo para mí, son adictos al trabajo, nada fuera de lo ordinario. Admito eso me dolía, fue una parte vital para que durante mi estancia en el internado tuviese múltiples episodios de depresión, algo que no procesé del todo y aún fuera seguía vigente. Quizás lo único que les agradezco fue el que no me juzgaran por también gustarme las mujeres.

Me inscribieron a un bachillerato de la ciudad y sucedió lo que en las películas, fui la novedad y todos querían acercarse a mí, cosa que permití para al final del semestre eso y a lograr ser capitana del equipo de voleyball me ayudaron a ganar popularidad.

Llegar a la ciudad también implicó reencontrarme con mi mejor amiga, esa chica que conocí a los 4 años cuando me defendió de otros niños que me querían quitar mis dulces en esa noche de Halloween, desde ese momento nos hicimos amigas y fue quien me visitaba en el internado, nunca me dejó sola.

Ella era ya una universitaria de 19 años, estudiante de Derecho y en una relación estable. Situación contraria a la mía, 15 años, con el primer año de preparatoria casi reprobado y en relaciones que duraban menos que un cigarrillo.

Yep, soy el Yin de su Yang.

Y se preguntarán ¿que tiene que ver tu mejor amiga en la historia? ¿de ella te enamorarás? Eso es cliché. Sé que lo es, pero no será de ella. Además, recuerden que los mejores amigos no son comida😉.

Ella me ayudó a establecerme en la realidad en ese entonces actual, me enseñó que los teléfono ya no eran esos de teclado Qwerty y que en pleno 2014 ya existían redes sociales las cuales dominaban sobre la atención de todas las personas sin importar la edad. Me introdujo en Facebook, una red que me comentó era muy popular y al conocerla de mejor manera me gustó era sencilla de usar.

Sin embargo no solo me enseñó eso, también me introdujo a grupos de Facebook, pequeñas comunidades donde personas de todo el mundo interactúan en una especie de habitación sin ser molestado y que no permite el acceso a cualquiera.

Al presentarme me sucedió igual que en la escuela, fui la novedad. A pesar de ello al principio me comporté reacia a interactuar con ellos ya que pues no sabía si eran reales. Muchos me hablaron, me preguntaron mis gustos de toda índole. En una de esas preguntas apareció una chica con una que me contrarió ya que no se enfocó en algo de mi persona, ella solo quería saber:

Just Fly - One Shot AU Juliantina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora