Acostada en mi cama y en completa oscuridad puedo contemplar a través de el gran ventanal el edificio ''Ateneo'' levantándose como siempre imponente, rodeado de un cielo nocturno repleto de estrellas.
Algunas de las luces del Ateneo se encuentran encendidas; pero también se puede contemplar que las luces del último piso aún no han sido activadas, según lo que mi padre me ha dicho, esa parte del edificio no ha sido comprada, por ello es que a pesar de haber sido inaugurado hace tres meses no he visto rastro alguno de luz en el lugar.
La imagen que forma el cielo y la ciudad nocturna repleta de edificios son una de las imágenes que más me gustan, este momento del día realmente me deja una sensación arrolladora, simplemente me gusta cuando la noche inunda cada rincón, dejándome sola con mis pensamientos; en completa calma. Es un sentimiento muy distinto al de la hora dorada, cuando al mirar el cielo anaranjado puedes asociarlo con ternura e inocencia, calma y luz.
En el cómodo silencio de mi habitación, el ruido de mi celular interrumpe la calma. Moviéndome sobre mi cama alcanzo el aparato móvil buscando el mensaje que había interrumpido la paz de este momento.
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«Adrián hizo una fiesta ¿Vienes? :)»
Rachel 18:44
«¿Irá Lucas?»
Tú 18:46
«Si»
Rachel 18:47
«¡Si, me apunto! Pero necesito transporte. :(»
Tú 18:50
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Escucho la bocina de un carro, y al asomarme por la ventana veo el gran fortuner negro de Rachel.
Corro a encender la luz y cerrar las cortinas. Me cambio de ropa lo más pronto posible, cojo mi teléfono y voy hasta la cocina, al parecer papá no ha llegado aún, sé que me meteré en problemas por no avisarle con anticipación, pero ya le he confirmado a Rachel.
Me aseguro de apagar todas las luces del departamento, y cierro con seguro la puerta principal. Tomo el elevador para después salir de mi edificio. Finalmente veo a Rachel que me saluda alegre, tiene una mirada de complicidad y no para de reír.
Mi amiga trae un maquillaje llamativo, el delineado blanco le luce realmente, además combina muy bien con su outfit. En mi caso, llevo un vestido negro acompañado de mis zapatillas favoritas, el moño que traigo lo deshago en el camino, y con precisión empiezo a maquillarme.
Rachel continúa con la sonrisa gigantesca, y me mira todo el tiempo.
-Bien Rache, suéltalo.- hablo mientras me aplico la máscara de pestañas.
Estamos a pocos metros de llegar a la fiesta cuando mi amiga me suelta la mejor noticia del mundo.
-Lucas y Paula han terminado.- sin darme cuenta empiezo a aplaudir y gritar, Rachel también comparte mi entusiasmo, se siente tan bien compartir esa extraña sensación con alguien más.
-Esa princesita no me caía para nada bien.- muestra en su rostro el disgusto.
-¿Crees que sea la definitiva?- pregunto aún insegura, si mal no recuerdo la última vez que supuestamente habían terminado, no era verdad, y algunos meses atrás rompieron pero una semana después estaban como si nada.
-Esta vez es oficial, y la verdad Dan me contó que ella lo había engañado. Y todos sabemos que para Lucas la lealtad es lo más importante.- dudosa, permito que mi parte más alegre gane.- Además ésta noche viene soltero, y muchas chicas ya han corrido la voz. - suspira, sin embargo rápidamente vuelve a mostrar su gran sonrisa. -Pero tranquila, Dan está de nuestro lado.- dice dándome leves palmadas al costado de mi hombro.
Cruzamos una calle más y por fin llegamos a casa de Dan. Antes de bajar del coche me aseguro de tener el labial bien puesto y mi cabello bien arreglado, Lucas realmente me gusta, cumple con todo lo que busco en un hombre, y sobre todo es conocido por ser uno de los chicos más guapos de la ciudad.
